Villa Carlos Paz. Profunda tristeza provocó en la comunidad de Villa Carlos Paz la noticia del fallecimiento del peluquero Eman Pirez, de larga trayectoria en la ciudad.
El historiador Eldor Bertorello lo recordó en las redes sociales de Encuentros con la Villa de Don Carlos Nicandro, de la siguiente forma:
“La historia de este Peluquero Cordobés Eman Pirez Coiffeur comienza no con un curso, sino con una mirada curiosa. Siendo apenas un niño, frecuentaba 2 peluquerías pequeñas de su Localidad de Origen San Carlos Minas con una estrategia infalible: se sentaba a observar cada movimiento de los maestros, el ángulo de las tijeras y el ritmo de la navaja. Su simpatía era tal que los barberos le permitían quedarse…aveces horas; cuando llegaba su turno de pasar al sillón, él simplemente sonreía y se retiraba, llevándose consigo las lecciones visuales de la jornada.
Esa semilla de aprendizaje autodidacta germinó durante su juventud mientras servía en la Gendarmería Nacional. Allí, entre uniformes y disciplina, comenzó a practicar sus primeros cortes, perfeccionando su técnica nueve años. En 1969, cerró su etapa en la fuerza para volcarse por completo a su verdadera vocación.
Su camino profesional independiente inició en la ciudad de Córdoba, donde abrió su primera Peluquería.
Para 1970, ya consolidado junto a uno de sus hermanos en un salón (San martín 509 / 555 ), dio el salto hacia la excelencia Fue de la mano de los representantes de L’Oréal en Argentina que profundizó sus conocimientos, obteniendo su primer diploma Internacional y marcando el inicio de una etapa de especialización.
Durante los años dorados de la cosmética capilar, no solo fue un estilista de renombre, sino también un referente técnico. Actuó como representante de diversos laboratorios de la época, liderando el uso y promoción de productos que marcaron una era: desde los primeros matizadores de canas hasta los innovadores tratamientos en ampollas y lociones para la caída del cabello.
Aunque dominaba el arte de la barbería clásica, demostró una gran responsabilidad profesional y conciencia social al decidir dejar de afeitar con navaja en sus salones ante la crisis sanitaria del SIDA, priorizando siempre la seguridad de sus clientes.
Su legado en la ciudad pasó por puntos emblemáticos: desde su recordado salón en Maipú 86, donde trabajó durante varios años, hasta su última gran escala en San Martín 384. En este último local, demostró su espíritu emprendedor al diversificar el negocio integrando un kiosco, convirtiendo el espacio en un punto de encuentro .
En 1996, tras décadas de dedicación, decidió retirarse oficialmente de la actividad comercial. Sin embargo, el alma de peluquero nunca se jubila: se trasladó a su casa fuera de la ciudad, donde continuó despuntando el vicio y atendiendo ocasionalmente, disfrutando del oficio en la tranquilidad de su hogar.
Finalizando su actividad luego de un Accidente Cerebro vascular.
Una trayectoria que nació de una sonrisa infantil en una peluquería de pueblo y se transformó en una vida dedicada a la estética y el cuidado de su clientela. Descansa en Paz. EMAN PIREZ (1943 -2025).”
