Daniel Osvaldo Malacalza (66) cenó con su esposa en Venado Tuerto, Santa Fe, y se fue al campo que administraba desde hacía más de dos décadas, propiedad de una familia de la ciudad de Buenos Aires. Pero la noche tranquila que esperaba pasar se transformó en una escena de terror: lo asesinaron ladrones que escaparon con una suma millonaria.
Según los investigadores, quienes lo mataron tenían el dato de que, el día anterior, había concretado una venta de ganado, que ahora intentan determinar si se hizo de manera formal o «en negro».
Por eso fueron hasta la estancia El Chamallue, de unas mil hectáreas, cuyo ingreso está ubicado sobre la ruta provincial 4S, entre las localidades de Venado Tuerto y Carmen, del departamento General López, a más de 300 kilómetros de la ciudad de Santa Fe.
«El Gringo», como le decían a la víctima, tenía un balazo en el estómago. Lo encontró su esposa, el domingo a la mañana, preocupada porque no le respondía sus mensajes ni sus llamados telefónicos, ya que él había quedado en pasarla a buscar por la casa de su hermana.
El sábado a la noche, en una camioneta, «El Gringo» atravesó la tranquera de la entrada del campo, la cerró y llegó hasta la casa, ubicada a unos 800 metros, para pasar la noche allí. Si sus asesinos estaban esperándolo o si llegaron después que él es lo que procuran establecer los detectives.
Las pericias en la casa de campo donde ocurrió el crimen. Foto MPA Santa Fe.Cuando la pareja de la víctima se acercó al lugar con un allegado a la familia, la Ford Ranger gris que usaba Malacalza estaba detenida pocos metros antes de la tranquera, del lado de adentro del campo, con la llave puesta.
Al ingresar a la casa, la puerta estaba trabada, por lo que la mujer, de 55 años, y su acompañante tuvieron que romperla con una barreta. En el interior había manchas de sangre y estaba todo revuelto.
En la habitación, sobre la cama y boca arriba, estaba el cuerpo del capataz, en medio de un completo desorden.
La víctima presentaba también una herida cortante en la espalda y signos de defensa en la mano derecha (excoriaciones y lesiones cortantes, compatibles con una mordedura).
Daniel Osvaldo Malacalza (66), con su hija.Además, los policías hallaron precintos y cartuchos de distintos calibres sin utilizar.
El fiscal Eduardo Lago afirmó a la prensa local que los asesinos «buscaban dinero que existía por una operación propia del giro habitual del campo«.
Además, sobre las versiones de que se robaron cerca de 100 millones de pesos, solo sostuvo que se trata de una suma «muy importante». Los delincuentes se llevaron también armas de fuego: escopetas, carabinas y revólveres.
«El Gringo» tenía una hija de 21 años, que le había escrito un mensaje en Facebook para su último cumpleaños, el 6 de enero pasado: «Feliz cumple al hombre de mi vida, te amo muchísimo, sos un excelente papá y un excelente hombre, sos la luz de mis ojos. Para siempre mi cómplice en todo y mi gran guía«.
EMJ