Los datos oficiales de inflación de agosto de 10,8% para la Ciudad de Buenos Aires y de 12,5% para Córdoba y el fuerte aumento de la carne, que tiene un alto impacto en el Índice de Precios al Consumidor fueron indicios suficientes de que, en el mes de las PASO y la devaluación, la inflación nacional llegará a dos dígitos por primera vez desde el 10,4% de abril 2002.
Las proyecciones de las consultoras tienen un piso de 11% para la inflación de agosto y un techo de 13%. Cerca del Gobierno calculaban un IPC del orden del 12%. Es casi el doble del 6,3% que arrojó en julio.
El precio de los alimentos impulsó la suba, especialmente durante la segunda semana desde las PASO, tras el alza de 22% del dólar oficial y la corrida de los dólares paralelos. Aunque se intentó frenar las remarcaciones con la renovación del acuerdo de Precios Justos (que aún se sigue negociando), esta política tuvo poco efecto.
Según la consultora EcoGo, que estimó una inflación de 11,6% en agosto, en la cuarta semana del mes, tras la devaluación, hubo una variación de 5,8% en los precios de los alimentos con respecto a la semana previa. Para la firma liderada por Marina Dal Poggetto, la inflación de alimentos consumidos en el hogar en agosto trepó cerca de 13%.
El incremento del precio de la carne en el mostrador rondaría el 30% en agosto y el 13% en septiembre. Una recuperación de la carne del 30%, sumaría 1,6 puntos porcentuales al IPC.
La disparada de la inflación a los dos dígitos mensuales -valores que se mantendrían en septiembre– presionan sobre las tasas de interés que define el Banco Central. Tras la devaluación, la entidad las subió a 118%, que otra vez quedaría por detrás de los precios. Este jueves es la reunión de Directorio en la que deberán analizar si vuelven a elevar la tasa para que los ahorristas obtengan una renta positiva con sus plazos fijos.
Para intentar frenar los precios, el Gobierno trató de desindexar ciertos valores que se actualizaban automáticamente. Así, tras permitir algunos incrementos, fijó los precios de combustibles, tarifas, medicamentos, transporte público en la región metropolitana y medicina privada.
También acordó con fabricantes de bienes durables y semidurables (motos, electrónicos y electrodomésticos) una única suba del 25% hasta el 31 de octubre, es decir, hasta poco después de las elecciones generales.
La apuesta del ministro Sergio Massa es tratar de contener la inflación de septiembre, que se conocerá el 12 de octubre, 10 días antes de las elecciones. La apuesta es volver a un dígito, una meta que en las consultoras ven muy complicada.
NE