El libertario Javier Milei ha despertado la indiferencia de los medios europeos por la crisis argentina y sus consecuencias. Como antes fue Jair Bolsonaro en Brasil, ahora es Milei quien interesa a la prensa europea por sus ideas y su voto socialmente transversal.
Libération, el legendario diario francés de izquierda, hijo de Mayo del 68, decidió ir al terreno en las villas miserias de Buenos Aires, habló con sus habitantes para conocer por qué lo votaban y comprobó la popularidad de Milei.
“En las favelas de Buenos Aires, la popularidad de Javier Milei, el Bolsonaro argentino que quiere decapitar al Estado con una motosierra”, describió Mathilde Guillaume, su corresponsal en Buenos Aires.
“A tres semanas de las elecciones presidenciales, el diputado ultraliberal ocupa la posición de favorito. Supo seducir a los pobres y a los jóvenes, impulsado por el mismo hartazgo de la clase política y de la crisis económica, y de la tentación del individualismo y de una cierta brutalidad política”, escribió Libé.
“¡En el barrio ya vivimos bajo el reinado del ultraliberalismo!” . Héctor Espinoza, de veintitantos años llenos de vitalidad, corre como quien sabe hacia dónde va por las calles entrelazadas y retorcidas de la Villa 31”, describió la corresponsal .
“Es una de las favelas más grandes de Buenos Aires: una colmena de 72 hectáreas de edificios de bloques de concreto rojo, que alberga a 40.000 personas y linda con los barrios más chic de la capital. Aquí, como en todos los barrios marginales de Buenos Aires, Javier Milei, el candidato presidencial de extrema derecha, ganó las elecciones primarias de agosto”, relató Libé. .
Qué los seduce de Milei
“Fue el discurso hiper capitalista de Milei lo que lo sedujo. El ‘Bolsonaro argentino’ propone ‘decapitar al Estado con una motosierra”: de los dieciocho ministerios actuales, sólo se quedaría con ocho. Cultura, medio ambiente, ciencia y tecnología, transporte, salud, asuntos sociales: “¡Fuera!” ¿El Banco Central? Privatizaciones y desregulaciones en todas partes.” sintetizó la corresponsal.
“Aquí si sabes hacer pasteles, los vendes en la calle. Y si son buenos, la gente te los comprará. Sin necesidad de permisos ni autorizaciones. No hay necesidad del Estado. Si trabajas duro, tendrás éxito”. Héctor trabajó duro. A los 18 años dejó atrás su pueblo en la frontera con Bolivia, su casita con piso de tierra e iluminación con velas, su madre que no sabía leer ni escribir. En Buenos Aires limpiaba sanitarios en grandes espacios, era electricista, guardia de seguridad y vendía purificadores de agua. Estudió economía en clases nocturnas en la Universidad de Buenos Aires y con sus ahorros montó en plena pandemia un bar en la Villa 31, al que llamó Libertad 31.
Así Libé describió al elector de Milei. “Cuando los políticos miran nuestros barrios, ven gente pobre. Mientras seamos trabajadores. Milei nos habla como sujetos, nos ofrece un plan donde somos individualmente responsables de nuestro éxito” explicó Hector, que vive en la villa.
Su visita a la Villa 31
Hace dos años, mientras hacía campaña para las elecciones legislativas, Javier Milei visitó por primera vez el barrio, sin previo aviso, sin guardia de seguridad. Le gustó mucho. Prometió que volvería y lo hizo.
“¡Estamos tan acostumbrados a que los políticos nos mientan, que nos sorprendió que cumpliera su palabra!” ríe Tarcilai, vendedor de camisetas de fútbol no del todo oficiales. Antes votó peronistas, como la mayoría de los vecinos del barrio repleto de asociaciones, comedores sociales y oficinas de activistas financiados por el partido. Estas zonas populares eran su bastión” .
“Pero con el empeoramiento de la crisis (124% de inflación anual, casi el 40% de la población por debajo del umbral de pobreza) y el aumento de la economía informal de subsistencia, el eco de la narrativa tradicional de la izquierda peronista sobre los derechos laborales, sobre una base fuerte y el Estado protector resuena en el vacío. Hoy, el 45% de los trabajadores no están declarados en Argentina. Entonces, las ideas de organización colectiva y justicia social parecen conceptos vacíos. Y la política de subsidios ya no basta para garantizar votos. “La mayoría de la gente aquí recibe beneficios”, explica Héctor. ¿Pero estas son sólo migajas por las que deberíamos jurar lealtad y dar las gracias? Ahora tomamos con la mano izquierda y votamos con la derecha. Milei nos quitó las escamas de los ojos. Como él dice: él no está ahí para guiar a las ovejas sino para despertar a los leones” testimonió Héctor en el diario francés.
Norberto Suárez le contó a Libé que “Nunca ha habido tantos robos en el barrio y la policía, pagada con nuestros impuestos, no hace nada. La Justicia tampoco. Milei promete ‘mano dura’, podremos comprar armas para defendernos. Los matones ya los tienen”, señaló.