Luis Barrionuevo y Pablo Moyano quedaron golpeados tras el cierre de listas del oficialismo. En la cúpula sindical preparan un acto para apoyar al ministro la primera semana de agosto.
Primero calmar las aguas internas y curar los propios heridos para recién después hacer explícito el respaldo sectorial a la postulación de Sergio Massa. Ese plan de acción se trazó la conducción de la CGT tras el cierre de listas del oficialismo y la definición de una oferta electoral de unidad a la que apostaron los principales caciques sindicales, sumando incluso la gestión personal de algunos dirigentes para destrabar las negociaciones en la cúspide de poder de Unión por la Patria.
La candidatura de Massa siempre fue la opción electoral preferida en la primera línea de la central obrera, pero nunca la única. Algunos dirigentes de peso jugaron fuerte en favor del proyecto K que impulsaba al ministro Eduardo Wado de Pedro, y otros tantos se encolumnaron con la renovada aspiración de Daniel Scioli, apalancada desde la Casa Rosada. La definición dejó heridos.
La divisoria de aguas escaló en el seno mismo de la alianza dominante en el consejo directivo cegetista: los referentes de los «gordos» (grandes gremios de servicios) y los «independientes» (UPCN, UOCRA y Obras Sanitarias) se alinearon de entrada con una postulación del tigrense a pesar de que la realidad económica resultaba demasiado esquiva a sus intereses electorales, mientras el frente sindical que responde a Luis Barrionuevo, fiel a la postura pública del gastronómico, se jugó todo por el proyecto de Wado y hasta celebró de antemano su efímera confirmación.
La elección de Massa como candidato de unidad fue para ese espacio un revés demasiado doloroso. «Barrionuevo quedó muy golpeado, apostó demasiado y en soledad, sin ninguna contención», advirtió un dirigente de la conducción que habla a diario con el gastronómico. Otro gremialista amplió en el mismo sentido: «arriesgó mucho, y quedó mal parado. Fue todo a pérdida, fondos y estructura».
Acto de apoyo en marcha
Esa situación, incluida la disidencia con el pronunciamiento cegetista que -en línea con el planteo de los gobernadores del PJ- pidió evitar una PASO en el oficialismo con una oferta única, generó ruidos indeseados en la cúpula que ahora la primera línea de la entidad trabaja para poder salvar antes de escenificar su adhesión institucional al proyecto de Massa.
Contener a los heridos internos es la misión central a la que se abocaron desde la semana pasada los líderes cegetistas en paralelo a proyectar la demostración pública para respaldar la candidatura del ministro de Economía.
En ese último propósito la principal idea apunta a la realización de un acto en un estadio cerrado, con capacidad para 15.000 o 20.000 referentes del sector, durante la primera semana de agosto. El estadio Movistar Arena o el DirecTV Arena de Malvinas Argentinas son las alternativas que evaluaron en la sede de Azopardo, pero aún resta para esa definición.
Pablo Moyano, otro golpeado
Mientras, a la par de acercar posiciones con Barrionuevo, la preocupación cegetista también se dirige a la posición de Pablo Moyano, que jamás simpatizó del todo con la postulación de Massa y en los últimos meses se mostró zigzagueante en su alineamiento irrestricto con Máximo Kirchner.
Incluso, dentro del propio Fresimona advirtieron sobre un distanciamiento cada vez más evidente entre Moyano y Manrique por la dirección de ese espacio sindical. Algunos allí no le perdonan al triunviro los coqueteos con Scioli que alimentaron la desconfianza kirchnerista. Otros deslizan que el vínculo personal entre ambos dirigentes quedó muy desgastado pese a algunos encuentros que compartieron en los últimos días. «Algo se rompió«, aseguran dentro del frente.
Si bien Pablo Moyano se alineó con la postulación de De Pedro el único día en que el ministro del Interior fue oficialmente el candidato de UP, ese gesto lo golpeó por partida doble: quedó sin paraguas el día después con la nominación de Massa y luego el kirchnerismo lo castigó en el armado de las listas.
Las disputas internas del clan Moyano
Por eso el operativo contención de la cúpula cegetista también apuntará a la figura de Pablo. Esta semana un par de dirigentes de la conducción lo llamaron expresamente para sumarlo a la organización del acto que preparan para oficializar el apoyo a Massa. «El mensaje es consolidar hacia adentro para evitar fugas indeseadas de heridos«, aseguró uno de los gremialistas que conversó con el camionero.
En medio de los preparativos para la elección de autoridades en el Sindicato de Camioneros, prevista para septiembre, Hugo volvió a mostrarse en la semana junto a sus hijos Facundo y Jerónimo en un encuentro de la vertiente de las 62 Organizaciones que encabeza el dirigente José Ibarra, enfrentada a la versión que responde a Pablo y que se encolumna decididamente con el mundo K.