Estos expertos que trabajan en colaboración con proyectos del Instituto Antártico Argentino (IAA) están siendo distribuidos en campamentos y refugios desde la base Marambio, administrada por el Comando Conjunto Antártico (Cocoantar) para realizar investigaciones paleontológicas y geológicas en islas cercanas, en un escenario meteorológico que varía entre los -2 y -14 grados de sensación térmica, como ocurrió la semana pasada, con apariciones esporádicas de sol y algunas nevadas.
«La base no tiene horarios. Cuando se abre una ventana para volar todos los servicios se activan», dijo a Télam el encargado de base Raúl Gustavo Velázquez, suboficial mayor de la Fuerza Aérea, quien transita su sexta invernada.
Entre los investigadores que estuvieron y/o permanecen en Marambio están los grupos de Criología, Paleovertebrados Jurásico, Micropaleontología y Geología, quienes planean acampar entre 20 y 40 días.
Criología
En una zona rocosa de grandes acantilados de más de 100 metros de altura, en la isla James Ross, a 90 km de Marambio, en cabo Langman, acampa el grupo de Criología conformado por el geólogo de Conicet y de la Universidad Nacional de La Plata Gerardo Páez; el climatólogo de la Agencia Japonesa para la Ciencia y la Tecnología marina Kazuyuki Saito; la estudiante de Geología Belén Zurieta y el guardaparques nacional Pablo Rosso.
La criología es el estudio de todas las formas del paisaje periglaciar, que están ubicadas en las inmediaciones del paisaje glaciar, definió Páez a Télam. Su objetivo es entender la evolución de las glaciaciones durante los últimos 10 millones de años.
Estudiando la edad de las rocas volcánicas se puede obtener la edad de los depósitos de los glaciares, dijo Páez, al destacar que lo interesante de la isla Ross es «la calidad de los afloramientos».
«Vemos la panza del volcán expuesta a la vista. Son únicos a nivel mundial», resaltó.
Anatomía del pez extinto
Por su parte, Soledad Gouiric Cavalli (45), paleontóloga, licenciada en Biología e investigadora del Conicet, después de diez días de espera desde que llegó a Marambio con su equipo logró llegar a Longing, localidad de estudio ubicada a 115 kilómetros de la base en la que busca fósiles de peces de hace 150 millones de años preservados entre lajas, dijo a Télam.
Sin embargo, luego de ser trasladados, uno de los dos helicópteros presentó una falla -que esperan resolver próximamente- y, por seguridad y protocolo de los vuelos, al estar ubicados en el campamento más alejado, indicaron replegarlos.
Su objetivo es estudiar la anatomía del pez extinto que dio origen al grupo de peces más diversos de la actualidad, cómo era el ambiente donde vivía y con qué otros organismos convivían, explicó la también investigadora y docente de la Universidad de La Plata, que transita su cuarta campaña antártica.
También el grupo de Micropaleontología espera ser trasladado desde la base a Stoneley, al noroeste de la isla James Ross.
Para acampar trasladan carpas, comida agua, generadores eléctricos, tubos de gas y calentadores, además de las herramientas de trabajo.
Un alga de hace 150 millones de años
La micropaleontóloga, licenciada en Biología y doctora en Ciencias Geológicas Marina Lescano tomará muestras para buscar nanofósiles calcáreos, un alga unicelular de hace 150 millones de años que «habita todos los océanos» y que es utilizada como marcador bioestratigráfico porque ayuda a determinar edades de las formaciones de los estratos de rocas, contó a esta agencia.
Su equipo está conformado por Rafael López Martínez, especialista en calpionélidos y doctor de la Universidad de México; Gustavo Lezcano, profesor bicontinental con más experiencia en la Antártida; y el suboficial del Ejército Alfredo Zanatta, que acamparán por primera vez en este lugar.
«Hacemos muestreo, lo cargamos en una base de datos en las que informamos puntos GPS sobre los perfiles estudiados, fotos y la información geológica recolectada. Las muestras micropaleontológicas llegan al Omega (que representa a la Dirección Nacional del Antártico en base Marambio), y luego a la Universidad Nacional de San Martín, donde está el repositorio de paleontología. Tomamos un poquito de sedimento, y lo estudiamos en un microscopio con 1200 aumentos para encontrar el fósil», explicó.
Por otra parte, dos equipos del Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar) realizarán en Cerro Nevado un estudio geológico, geomorfológico, estructural y ambiental por la conservación de la cabaña, con mapeo de permafrost y el estudio de la costa, dijo a Télam Carlos G. J. Wilson, licenciado en Ciencias Geológicas de la UBA, responsable del mapeo geológico, geomorfológico y estructural de todo el sector antártico argentino.
Además, a 7 kilómetros de la estación Marambio, se encuentra una colonia de pingüinos Adelia y, desde fines del año pasado hay dos investigadoras que trabajan todo el verano en el monitoreo del ecosistema y censo de estas aves.
«Los pingüinos son indicadores para analizar el estado de conservación del ambiente, especialmente de especies que son de explotación y que ellos usan como alimento. Los Adelia comen krill, y que haya deficiencias en estas poblaciones les trae consecuencias», dijo a Télam Sofía Viviani (28) estudiante de Biología, de La Plata, quien vino por primera vez a la Antártida, y trabaja con Ailén Solanas (32) licenciada en Biología y becaria doctoral del Conicet -oriunda de Entre Ríos- quien transita su segunda campaña.
Ambas trabajarán parte del verano alojadas en la propia base.