En el búnker de campaña de Unión por la Patria todavía dura la furia contra Alberto Fernández por la denuncia por «intimidación pública» que presentó la semana pasada contra Javier Milei por haberle recomendado a la gente no renovar sus plazo fijo en pesos y ahorrar en dólares.
Pero las voces más sensatas coinciden en que si fuera otro y no el Presidente con peor imagen de las últimas décadas quien llevaba a la Justicia al dirigente libertario no hubiera sido tan grave. Es que, al cabo, sirvió para mantener la polarización con el líder de La Libertad Avanza, el gran objetivo desde las PASO y, en especial, en la recta final de cara a las generales del próximo domingo.
«Hay dos candidatos con chances concretas de llegar a un balotaje. Por eso la importancia de mostrarle a la gente que hay dos modelos de país en disputa y que, con todos los errores que hayamos cometido, nunca la solución puede ser alguien que promete venir a romper todo. En la Argentina hay que construir, no destruir y volver a empezar», es la reflexión que hace uno de los dirigentes más activos en las últimas semanas de campaña.
Detrás del relato extremo contra Milei, hay una clara estrategia de posicionar a Massa como la única alternativa y correr del debate público a la candidata de Juntos por el Cambio Patricia Bullrich.
Se tejió después de las PASO, en medio del tembladeral económico y la devaluación, con un objetivo electoral, pero también para justificar buena parte de la crisis: del mismo modo que en 2019 Mauricio Macri justificó aquel lunes fatídico que tuvieron los mercados posterior a las primarias al temor al regreso del kirchnerismo, en el oficialismo se apostó a instalar la idea de que el miedo a las propuestas del libertario explica el cimbronazo que se evidenció desde el 14 de agosto y que hasta ese momento el ministro-candidato había encauzado el rumbo de la economía.
«Massa no habla mal de Milei, habla de las propuestas que hace que son inviables para Argentina», es la aclaración que hacen en el búnker oficialista sobre la obsesión por polarizar.
Massa y su estrategia para intentar llegar al balotaje.En rigor, si bien de la boca del tigrense no surgieron descalificaciones hacia el libertario, el candidato a presidente se aseguró que fueran otros referentes oficialistas los que cargaran en términos personales contra su principal rival.
Tal como contó Clarín, hizo gestiones para que se pronunciara la CGT (lo tildó de «pirómano» y aseguró que «no es un economista responsable») y también recibió con agrado el sorprendente comunicado de los bancos privados que pidieron «responsabilidad» a los candidatos y evitar declaraciones «que generen incertidumbre en la gente y volatilidad».
Vale la salvedad: aunque no lo mencionaron explícitamente, pareció estar dirigido a Milei, ya que expusieron que «recomendar no renovar los depósitos no hace otra cosa que generar preocupación en un sector de la población». Justamente algo que había dicho pocas horas antes el candidato libertario.
Exceso de optimismo
Todavía con cuatro días de campaña por delante, el balance que hacen en Unión por la Patria de la estrategia de polarizar con Milei «es muy positivo». «Hoy estamos en balotaje y no vamos a cambiar en lo que queda», sentenció una espada massista de las más influyentes.
De hecho, este lunes, el secretario de Industria, José Ignacio de Mendiguren, volvió a subir al ring a Milei. «Estos muchachos que quieren dinamitar el Banco Central no saben diferenciar una bolsa de arena de una de cal, son el club del Power-point», lo cruzó en Radio 10.
Los cálculos que hacen en UxP es que para entrar en balotaje deben sumar «al menos 5 puntos más» que en las PASO, donde la combinación de las boletas entre Massa y Juan Grabois alcanzaron el tercer lugar, con el 27,28 por ciento.
«Ya estamos en esos números y podemos juntar del voto más progre de Juntos por la derrota de (Horacio Rodríguez) Larreta y de la gente que no fue a votar», analizan en el búnker, en un exceso de optimismo que parece no tener registro de la crisis económica que se acentuó tras las primarias.
Apuesta al voto joven
El universo del ausentismo, al que apuntan todos los candidatos, explica gran parte de la incertidumbre y de la dificultad que tienen los encuestadores para explicar lo que puede ocurrir el próximo domingo: son casi diez millones y medio de electores.
Massa refuerza su campaña contra Milei y apuesta a sumar en el territorio bonaerense.En particular, en el oficialismo apuntan al votante más joven. En las últimas semanas, Massa se enfocó en esa porción del electorado: son un total de 8.337.914 de electores de entre 18 y 29 años que representan el 24,29% del padrón.
Con esta premisa, Massa buscó concientizar sobre el supuesto impacto que las políticas del libertario tendrían en ese sector, que fue clave para el triunfo de La Libertad Avanza en las PASO.
Además de agitar la visión de Milei en relación al medio ambiente y su negativa al cambio climático, un eje sensible entre los más jóvenes, trazó un discurso centrado en el rol del Estado: «Es tiempo de rebelarse para defender el derecho a estudiar, divertirse o conectarse, a partir de la inversión del Estado», arengó el tigrense en una de sus últimas intervenciones.