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Plebiscito: cómo y cuándo fue la única vez que se usó la herramienta que Javier Milei quiere para gobernar


Lo convocó por decreto Raúl Alfonsín. Después fue sancionado por ley en 2001 pero no se volvió a implementar.

«Plebiscito» es la respuesta del candidato presidencial más votado en las PASO, Javier Milei, ante cada consulta compleja como la baja de inimputabilidad de menores, el aborto y otras decisiones polémicas que podría tomar si obtiene el triunfo. Sin embargo, según la ley sancionada en 2001, para que sea vinculante la debe convocar el Congreso y el Presidente solo la puede hacer no vinculante, como sucedió en el único antecedente que tiene el país.

La única vez que se usó la herramienta a la que aspira Milei fue en 1984, cuando el por entonces presidente Raúl Alfonsín firmó el decreto 2272, con el que convocó a una consulta popular no vinculante para votar, en forma afirmativa o negativa, la celebración de un tratado de paz con Chile referido al histórico conflicto por el Canal del Beagle.

La norma recién se incluyó en la reforma constitucional de 1994 y se convirtió en ley a mediados de 2001, por eso en 1984 se generó una discusión jurídica sobre la legalidad y hasta falló la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Antes de la votación, hubo un famoso debate entre el canciller radical Dante Caputo y el por entonces senador Vicente Saadi, quien en nombre del peronismo se opuso a pactar con el gobierno de Augusto Pinochet. Transmitido por Canal 13 y moderado por el periodista Bernardo Neustadt, el debate abrió la moda de las disputas televisadas y enfrentó no sólo dos posturas, sino también dos estilos políticos.

Finalmente, el domingo 25 de noviembre de 1984, los ciudadanos fueron a las urnas para expresarse sobre la solución del diferendo con Chile en la zona del canal de Beagle. Cada votante debía concurrir al lugar donde ejercitó el último comicio. Incluso se pudo votar sin figurar en el padrón, siempre que se presentara la libreta de enrolamiento o la libreta cívica.

Según las cifras de la elección de 1983, estaban inscriptas nueve millones de mujeres y 8.850.000 hombres. Y funcionó como una elección habitual, desde las 8 de la mañana hasta las 18. En los 24 distritos electorales hubo 67.587 urnas y solo en la provincia de Buenos Aires 22.857 mesas.

Los espectáculos públicos y la consumición de bebidas alcohólicas estuvieron prohibidas durante toda la jornada de los comicios. En el cuarto oscuro solo había una boleta con la inscripción «Sí» y otra con el «No».

Ganó el «Sí» con el 82 por ciento de los votos, y así el Congreso argentino aprobó el acuerdo el 30 de diciembre de 1984. El 2 de mayo de 1985, Caputo y el canciller chileno ratificaron el tratado ante la mirada paciente del Papa Juan Pablo II. 

Chicanas del debate antes de la consulta popular

Saadi, un pícaro y conservador caudillo catamarqueño, leyó buena parte de su exposición, levantó el tono y transgredió las reglas; Caputo, en cambio, mostró un perfil académico, no perdió la compostura, respetó los tiempos e interpeló directamente al público mirando a cámara.

Durante la primera parte del cruce, Saadi acusó al gobierno de «traición a la Patria» porque el acuerdo dejaba para Chile las tres islas en disputa. Y dejó dos frases todavía recordadas: «¡Basta de cháchara!» y «¡Usted se va por las nubes de Úbeda!».

El ministro de Relaciones Exteriores, por su parte, reivindicó el pacto como el «mejor acuerdo posible» tras decenas de desaciertos diplomáticos que casi llevan a una guerra en 1978. El plebiscito celebrado diez días más tarde (25 de noviembre) zanjaría la discusión con un contundente apoyo a la postura del gobierno radical, convalidando el tratado con el 81,13% de los votos.

DB

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