Es el segundo país con más votos dentro del directorio y que se resistiría a flexibilizar el programa.
Sin definiciones sobre el viaje a EE.UU, Sergio Massa se reunió este miércoles con el embajador japonés, Hiroshi Yamauchi, y empresarios de ese país. Según fuentes de Economía el ministro pidió ayuda para la negociación en el FMI que se está llevando a cabo.
Fue durante una charla convocada a las 15.30 en el quinto piso del Ministerio de Economía para analizar inversiones. “Nos gustaría que nos den una mano con el delegado de Japón en el FMI”, les dijo sin vueltas el ministro de Economía, según pudo reconstruir Clarín, después de que el martes se suspendiera nuevamente una supuesta misión a Washington ante las dificultades para cerrar un acuerdo con el staff.
El titular de Hacienda apuntó así directamente a Jun Mizuguchi Shuntaro Hara, el representante nipón en el directorio del Fondo. Japón es el tercer país con más votos en el directorio al concentrar el 6,14% del total, detrás del 16,5% que ostenta EE.UU -el principal socio- y apenas por delante del 6,08% de votos en manos de China. Y es uno de los países apuntados, junto con Alemania, entre los que presionarían para exigir un mayor ajuste a la Argentina.
Acompañado del secretario de Industria, José De Mendiguren, y su par de Comercio, Matías Tombolini, Massa recibió con alfajores de maicena y café a Yamauchi y a un grupo de 20 empresarios nipones, encabezados por el titular de la poderosa federación empresaria Keidanren Kase Yutaka, una organización compuesta por 1500 compañías en la región y unas 70 empresas en Argentina, entre ellas, Toyota y Kawasaki.
Los visitantes presentaron un documento en el que manifestaron su intención en un «pronto acuerdo» con el Mercosur, que permita reducir aranceles para exportar automóviles, maquinaria e infraestructura, importar materias primas y aumentar las inversiones en Argentina. «Festejamos 125 años de relaciones bilaterales, somos el tercer PBI del mundo y aún no pudimos abrir negociación con el Mercosur», aseguró la comitiva.
La reunión en el Salón Belgrano transcurrió en una jornada de movimientos febriles en el Palacio de Hacienda, marcada por la incertidumbre sobre las negociaciones con el Fondo. El staff proyectó la última vez una inflación punta a punta del 88% y un promedio del 98,6%, pero los analistas esperan un 142%. Una suba implicaría una corrección de la meta fiscal, incluyendo el cálculo de gastos, recaudación y déficit primario, proyectado en 1,9% para 2023.
«Estamos en una discusión macro, la tasa de inflación incide en el cálculo de los recursos, salarios y jubilaciones», explicaron fuentes involucradas en las tratativas. La mesa chica se acercó por la tarde hacia el ala donde se encuentra el despacho de Massa. Fueron de la partida el viceministro, Gabriel Rubinstein, el vicepresidente segundo del Banco Central, Lisandro Cleri, el secretario de Hacienda, Raúl Rigo. También De Mendiguren y Tombolini.
Durante la jornada, la sombra del FMI asomó en otra reunión con una delegación de la Cámara de Comercio de EE.UU (Amcham), encabezada por Alejandro Díaz. Los empresarios se mostraron preocupados por la falta de dólares, junto con las trabas a las importaciones y para girar divisas al exterior. «Tengan paciencia, estamos en el peor momento de reservas», les dijo Rubinstein, acompañado por su segundo, Germán Plessen.
El Banco Central perdió US$ 18.000 millones de reservas brutas en el año y el Gobierno aceleró la venta de yuanes.