En las primeras cuatro ruedas de 2024, el dólar contado con liquidación subió más de 17%. Se trata del salto de precio más pronunciado de esta cotización en los últimos tres meses. Después de semanas de un «veranito cambiario» la suba del dólar financiero muestra cierta incertidumbre del mercado por el plan de estabilización de la economía que encabeza Luis Caputo.
El contado con liqui comenzará a operar este lunes luego de haber cerrado a $1.140 este viernes, un valor que, medido en términos reales, resulta el más bajo desde la salida de Martín Guzmán, en julio de 2022. La incógnita en la City es cuánto margen tiene para subir.
La brecha cambiaria, que había tocado el mínimo histórico de 8% a fines de diciembre rebotó por encima del 30% si se toma un promedio de las tres cotizaciones paralelas más representativas: el dólar blue, el MEP y el CCL. El Banco Central ratificó el último día del año pasado su intención de dejar correr al dólar oficial al 2% mensual en enero, y en esa línea convalidó una suba del dólar mayorista de 0,5% en la primera semana del mes.
Varias razones se conjugan detrás de este «despertar» de los dólares financieros. Por un lado, en las primeras tres semanas de la gestión de Javier Milei hubo factores «estacionales» que «ayudaron», después de la devaluación del 13 de diciembre, a una rápida reducción de la brecha, incluso a un nivel mucho más bajo de lo que se esperaba en la City.
Jorge Vasconcelos, de IERAL, explicó: «Si bien llegó a contraerse a un dígito a mediados de la semana pasada. Hay factores temporarios detrás de ese guarismo, tal el caso de la liquidación del 20 % de las exportaciones a través del CCL (que drena el flujo de divisas a favor del BCRA); las prohibiciones que subsisten para las operaciones “cruzadas” (MULC/CCL) por parte de las empresas; la normativa cambiaria para el pago de importaciones, con un restrictivo cronograma de pagos; una demanda de dinero estacionalmente más alta en esta parte del año, fenómeno que habrá de revertirse hacia fin de enero».
La disparada de los precios y la decisión del Banco Central en mantener un ritmo bajo de devaluación también presionan al alza a la brecha. «También puede considerarse temporario el elevado nivel actual del tipo de cambio en términos reales, dada la diferencia a la que se ajusta la paridad oficial (2,0 % mensual) y el ritmo de la inflación, que para diciembre anotaría un guarismo cercano al 30 %, pese a que los precios regulados todavía varían a un ritmo de un dígito mensual», sumó el economista.
Una brecha en torno al 30%, 40% está entre las proyecciones iniciales de la City para la primera etapa del plan Milei. Pero, si la presión excede este nivel el mercado no descarta una nueva devaluación que podría ocurrir hacia fines de febrero, cuando la demanda de dinero vuelva a tocar un piso estacional.
Martín Polo, de Cohen, afirmó: «Una convergencia tan rápida entre los distintos tipos de cambios era díficil de sostener, sobre todo si se tiene en cuenta que los importadores estaban afuera del juego. Con el nuevo programa para el comercio exterior, los importadores comenzaron a acceder al mercado en «cuatro cuotas». Por eso, a mitad de enero veremos un cuarto de la demanda del mes pasado, más el 25% de la demanda importadora de este mes, lo que va a complicar más la compra de dólares del Banco Central. Seguramente pase del promedio de compras de US$ 200 millones por día a un resultado bastante más modesto. Y ahí seguramente, la brecha va a ir tomando temperatura».
Este jueves se dará a conocer el primer dato oficial de inflación de la era Milei. Las consultoras de la City lo estiman cercano al 30%. Es justamente la aceleración de «la licuación», lo que puede presionar a la brecha al alza. «El problema surge por la pérdida de competitividad que sufre el tipo de cambio frente a la alta inflación que se espera para los próximos meses, lo que genera dudas sobre la sostenibilidad de esta política y la posibilidad de que la autoridad monetaria acelere el ritmo de devaluación diario o realice otro salto discreto o del tipo de cambio más adelante poniendo en riesgo la estabilización de la nominalidad», dijeron en el Grupo IEB.
«Si asumimos una inflación de 95% acumulada entre los meses de diciembre y febrero (30% diciembre, 25% enero y 18% febrero) el tipo de cambio oficial se va a atrasar y a precios de hoy se ubicaría en $580 aproximadamente para fines de enero y en $500 para fines de febrero«, advirtieron.