Tres meses después de solicitar la activación del segundo tramo del swap, Argentina todavía no pudo conseguir la autorización de China para usar los yuanes. Se trata una operación por el equivalente a US$ 5.000 millones que el gobierno supuestamente había destrabado, pero que todavía sigue en discusión ante las dudas que habría en el país asiático por la situación financiera.
El 2 de junio pasado, el Banco Central informó la renovación del swap de US$ 19.000 millones por un plazo de tres años y el inicio del «proceso de solicitud de ampliación de activación» de un nuevo tramo y que operaría una vez que se agote el primer tramo de US$ 5.000 millones activado en enero. La idea era que se usara para todo tipo de operaciones, principalmente el comercio bilateral.
Qué dice el FMI
Pero, según el Fondo Monetario, la herramienta tuvo un destino diferente a lo previsto. Por empezar, a mediados de agosto, se habían utilizado casi Us$ 3.800 millones del primer tramo, de los cuales una parte fue para financiar importaciones (US$ 1.800 millones) y la mayoría para el pago de deuda (US$ 900 millones a bonistas y US$ 1.000 millones al FMI en junio).
Fue la primera vez en la historia que la Argentina usó yuanes para cancelar vencimientos, aunque en julio se reiteró para saldar un pago de US$ 2.700 millones con el Fondo. «No se va a usar un solo dólar de las reservas», dijo el 31 de julio pasado el ministro de Economía, Sergio Massa, y precisó que utilizaría US$ 1.700 millones del segundo tramo del swap y el resto lo cancelaría con fondos de la CAF.
Lo que muestra el último staff report del FMI, en realidad, es otra cosa: dice que el Banco Popular de China concedió un «préstamo puente» por US$ 1.700 millones para pagar parte de la deuda al organismo en julio, que el mismo se reembolsaría una vez concluida la última revisión y que «la activación de un segundo tramo por un importe equivalente al primero sigue estando sujeto a discusión».
En el Gobierno aseguran que «cuando el FMI hizo ese informe, lo que refleja es que todavía no se había terminado de consumir el primer tramo del swap y que se activó un tramo del segundo en modo puente para el pago al FMI». Pero otras fuentes del equipo económico reconocen que China todavía debe autorizar ese tramo, lo que depende de la situación «política».
Las dudas de China
El gigante asiático mira con cautela la victoria en las PASO de Javier Milei, quien cree que el swap sirvió para «financiar la corrida» y amenaza con cortar relaciones. «Con Milei diciendo que con esos comunistas no va a hacer nada no se si lo van a ampliar», admitió un funcionario. El obstáculo más inmediato, igualmente, sigue siendo la escasez de dólares y la fragilidad de la economía.
Así como el Fondo se resistió a adelantarle los dólares que pedía Massa y solo destrabó el desembolso de US$ 7.500 millones tras la devaluación, China también estaría evaluando los riesgos de seguirle prestando a la Argentina. «El segundo tramo no se activa porque China estima que ya dio suficiente y no tiene perspectivas de repago en el corto plazo», dijo un exfuncionario del Banco Central.
«Las autoridades transitaron los últimos dos meses con reservas internacionales en niveles muy críticos y, aunque el desembolso del FMI trajo algo de alivio, la dinámica de desacumulación de reservas volverá en lo que resta del año. En efecto, el Banco Central logró comprar divisas desde la devaluación del 14 de agosto, pero éstas se perdieron por otras vías», señaló un informe de Fundación Capital.
También canceló el préstamo con la CAF, el BID y adelantó cerca de US$ 900 millones al FMI, pero no está claro si reembolsó los US$ 1.700 millones del préstamo «puente». «Están cuidadosos con los riesgos de créditos, no me sorprendería que haya habido problemas de comunicación por los giros hechos, cómo se tenía que pagar y cuánto había de disponibilidad del swaps», estimó otro especialista.
Por otra parte, la devaluación del yuan viene impactando en las reservas. Desde enero de 2022, el swap pasó de US$ 21.900 a 20.900 millones, una pérdida de US$ 1.000 millones hasta el 15 de agosto. Como las reservas están compuestas por el préstamo de China, la variación de la cotización de la moneda asiática afecta el stock de reservas. Y los analistas no descartan que pueda seguir ocurriendo, si China devalúa el yuan, hoy en su menor nivel desde agosto de 2007.