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La producción de autos sigue en jaque por la falta de dólares

Esta semana una terminal automotriz paralizó una de sus líneas de producción porque varios de sus proveedores a su vez suspendieron la entrega de piezas por no poder pagar la importación de insumos.

«No sabemos cuándo se podrá retomar (la producción), porque cuando entramos al sistema de la AFIP la semana pasada para comprar los dólares y girarlos al exterior nos reprogramaron esa operación para esta semana. Este martes, una vez que finalizó el fin de semana largo, nos pasó lo mismo: cuando intentamos acceder al mercado de cambios, el sistema nos reprogramó la fecha para la semana próxima», dijo uno de los directores de la automotriz, quien pidió reserva de la fuente.

La fábrica en cuestión no detuvo su producción por completo, ya que otro de los vehículos que ensambla continúa con su cronograma. Pero en la línea de montaje que detuvo su tarea el martes, donde trabajan casi 1.000 operarios, no tienen por el momento fecha para la reanudación de tareas.

Desde marzo, las terminales automotrices están afectadas por la falta de piezas, principalmente las que compran a proveedores que a su vez deben importar insumos o materias primas desde el exterior.

Las terminales automotrices locales se abastecen tanto de partes importadas como de las que les proveen unas 400 empresas autopartistas radicadas en el país, tanto de capital multinacional como locales.

En particular estas últimas tienen una situación más frágil a la hora de tramitar permisos de importación ante la Secretaría de Comercio, así como de poder adquirir los dólares para pagar a sus proveedores externos.

Los dólares a precio oficial son adquiridos en el Mercado Unico y Libre de Cambios (MULC) del Banco Central, pero antes de acceder a esa ventanilla, la empresa importadora debe validar su permiso ante la AFIP. Esa sucesión de trámites, que se hacen por internet, colapsaron en más de una ocasión desde fines de julio, a través de lo que los empresarios comenzaron a denominar «apagón importador»: el sistema informático dejó de informar fechas de pago, o bien pasó a generar reprogramaciones de fecha.

En ese contexto, el mes pasado cesó por completo la actividad en la fábrica de General Motors, en Rosario. Durante casi 20 días, entre mediados de octubre y comienzos de este mes, la filial de la automotriz estadounidense no produjo una sola unidad de sus modelos Chevrolet Cruze y Chevrolet Tracker.

Chevrolet Cruze II, fabricado en Rosario. Chevrolet Cruze II, fabricado en Rosario. Ahora, en GM están trabajando a todo vapor, para compensar en parte aquella caída de producción y cumplir principalmente con compromisos de exportación y entrega a las concesionarias locales de unidades del Cruze.

La planta de Rosario fue la que más tiempo permaneció inactiva a causa del cepo cambiario, pero no fue la única. En agosto, Renault y Nissan pararon dos jornadas por falta de parabrisas. Y durante el fin de semana largo de octubre, todas las fábricas dejaron de trabajar, aun aquellas que tienen pendientes pedidos de exportación. El día anterior de ese fin de semana largo, la planta de Peugeot en Villa Bosch también había detenido su producción por un problema de logística, según fuentes del sector.

La Nissan Frontier que se produce en Córdoba. Su producción estuvo detenida por falta de parabrisas, junto con la Renault Alaskan, a fines de agosto. La Nissan Frontier que se produce en Córdoba. Su producción estuvo detenida por falta de parabrisas, junto con la Renault Alaskan, a fines de agosto. Ahora, en otras dos terminales automotrices donde hasta ahora la actividad se desarrolló sin interrupción están evaluando adelantar vacaciones al personal antes del 10 de diciembre. ¿El motivo? Buscan ganar tiempo para poder abastecerse de piezas: en una de esas empresas, ya tienen incorporado como rutina dejar filas enteras de vehículos terminados, pero incompletos, estacionados en un playón, a la espera de que lleguen piezas faltantes. «Las vacaciones normalmente se toman en la última quincena de diciembre, pero podríamos adelantarlas para de esa forma poder retomar la producción con un inventario más sólido», dijeron en esa empresa.

En la otra, donde las vacaciones podrían comenzar incluso la semana próxima, fueron más lacónicos: «Esta semana estamos produciendo. La semana que viene no sabemos«.

Según la consultora Abeceb.com, la deuda externa del sector automotor con sus proveedores sumará 6.000 millones de dólares para fin de año, de los cuales US$ 5.000 millones corresponden a pasivos pendientes de las propias terminales y US$ 1.000 son obligaciones de las autopartistas locales.

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