Racing siguió de fiesta hasta largas horas de la madrugada en Río de Janeiro. Claro, en medio de los preparativos para el inicio del Carnaval, el conjunto de Gustavo Costas ya le puso música a la previa tras el triunfo ante Botafogo en el Nilton Santos, que le permitió levantar su primera Recopa Internacional, un título que nunca había conseguido la Academia. En la cena posterior a levantar el trofeo y con el reloj cerca del amanecer, Gustavo Costas tomó la palabra y, lejos de quedarse en las mieles de lo conseguido en Río de Janeiro, el DT se encargó de puntualizar sobre el nuevo objetivo: la Copa Libertadores. Es de público conocimiento porque así lo han contado los propios jugadores de la Academia, que desde hace varios meses y luego de la Sudamericana, el técnico se obsesionó en ganar la Recopa. “Estábamos explicando algo y de la nada te dice: ‘¿En qué estás pensando? Y vos tenés que contestar en la Recopa porque si no te reta”, reveló Agustín Almendra hace un tiempo atrás.
Y así fue, Racing fue a Brasil y demostró que la final ante Botafogo fue el combustible de una obsesión que es positiva en tiempos en los que las obsesiones parecen ser el mal del fútbol. Claro, mientras algunos plantean que la obsesión puede ser un arma letal, el conjunto de Avellaneda demostró que, en otras circunstancias, puede ser un elemento motivacional que mantiene vivo el hambre de ganar y de quedar en la historia grande. En algunos casos será mortal, pero lo cierto es que, con Costas, Racing hizo de la obsesión el elixir del éxito. Como era de esperar, el DT volvió a demostrar que la Acadé no debe quedarse en lo conseguido e ir por más, por lo que la nueva obsesión será la Copa Libertadores.
Costas y el deseo de la Libertadores
En medio de la cena post título y con el cumpleaños 62 de Gustavo Costas contabilizando en el reloj, el técnico tomó la palabra luego de que le cantarán el Feliz Cumpleaños y, junto con la Recopa a su lado, comenzó a preguntar: “¿En qué están pensando?”. Claro, sus jugadores, gran parte de ellos con las medallas doradas aún colgadas en sus pechos, lo miraron con asombro hasta que la ansiedad lo sobrepasó al DT, que enfrente de sus players lanzó: “¡En la Libertadores papá!”, algo que ya había anticipado en la conferencia de prensa y que dio paso al nuevo hit de la Academia. “Claro que vamos a ir por la Libertadores: queremos llevar a Racing a lo más alto. Logramos dos títulos importantes después de 36 años, de cuando jugaba yo. Ahora vamos por más. Tenemos que ir por más. No nos podemos quedar ahora”; dijo Costas en conferencia de prensa.
Gustavo Costas. (EFE/ Andre Coelho)
Tras el triunfo 2-0 en Río de Janeiro frente al último campeón de la Copa Libertadores y por la composición de Damian Kimelman, coordinador general del plantel, tanto Costas como sus jugadores entonaron un nuevo cántico que devela la obsesión del Racinguismo. “Y dale alegría, alegría, alegría a mi corazón… ya dimos la vuelta en Río y en Asunción. La Copa Libertadores es mi obsesión, tenés que dejar el alma y el corazón”, dice la nueva obsesión del equipo de Avellaneda.
En fin, Gustavo Costas ha cumplido con su propia obligación de ganar en un club que esperó 36 años para volver a la cúspide internacional, algo que ha logrado en gran parte por la locura, el hambre y la ambición de su entrenador, que no solo ha creado un equipo sensacional que pasó por arriba a Botafogo, sino también un plantel que es el fiel reflejo del sentimiento del hincha racinguista. Es que claro, si bien el éxito fue esperado y se disfruta, el entrenador es quien encabeza el nuevo objetivo de Racing y será quien se encargue de que, en la cabeza de sus futbolistas, tan solo haya un pensamiento: la Copa Libertadores de América.
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