Alberto Fernández encabezó este martes el cierre de la Convención Anual de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO). Lo hizo con un discurso que tuvo mucho de despedida, en el que remarcó que es la última vez que participará de este acto antes de su salida del Gobierno. En el inicio, ungió a Sergio Massa como «el próximo Presidente», un día después de la aparición del ministro junto a Cristina Kirchner. Después, eludió responder las críticas de la vicepresidenta y vertebró su discurso polarizando con la oposición.
El Presidente cerró este martes la Convención Anual de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), en la que anteriormente desfilaron ministros del gabinete nacional, entre ellos Sergio Massa, el precandidato a presidente por Unión por la Patria.
El ministro de Economía acompañó a Fernández en el inicio del acto de clausura. «Quería quedarse a escucharme, pero tiene que ir a arreglar el problema del Fondo, que es más importante «, bromeó el jefe del Ejecutivo, abrazado al postulante único de Unión por la Patria.
Y se atrevió a arriesgar: «Tienen en un ratito el privilegio importante de escuchar al actual Presidente y acaban de escuchar la opinión al futuro Presidente».
«Nos han tocado años muy difíciles. Alguien dio que Sergio usó la misma muletilla, que tuvimos que afrontar la deuda recibida, la sequía, la pandemia, la guerra. Es verdad. Lo vio la humanidad toda, no sólo la Argentina. Nosotros vivimos lo que nos dejó el gobierno anterior. Gracias a dios no lo vivió todo el mundo; si no, hubiera sido una hecatombe», arrancó Fernández.
«Cuánto hicimos en medio de todo eso. Esa reflexión debemos hacerla», se envalentonó el Presidente, que pasó a centrarse en la obra pública, un asunto central para su auditorio de empresarios de la construcción.
«Nos encontramos con esa deuda con el Fondo, le exigimos que nos deje hacer nuestro programa económico, con la obra pública como motor. El Fondo no quería que usáramos el 2% del PBI en obra pública. De hecho, a quienes nos precedieron le dijeron que podían invertir el 0,4%, y ellos lo aceptaron gustosos. Nosotros no», dijo.
«Si ustedes en los próximos 10 años están preocupados por hacer hospitales, hablen con nosotros, porque somos nosotros los que hacemos hospitales. Los otros dicen que los hospitales sobran y que no tienen médicos», se lanzó en plan electoral, rivalizando con Juntos por el Cambio y Javier Milei aunque sin mencionarlos (se limitó a referirse a ellos como «los que me antecedieron»).
Alberto Fernández dejó un particular elogio a Gabriel Katopodis
Siguieron comparaciones similares con el gobierno de Macri en los rubros de educación primaria y secundaria, universidades y empleo. En una de ellas, elogió a Katopodis, el ministro de Obras Públicas, que lo miraba desde primera fila después de haber intervenido él mismo en la convención de la Cámara de la Construcción.
«Sin ese plan que están haciendo quieren con escuelas, no duden más, hablen con nosotros. Porque los que hacen escuelas y universidades somos nosotros. Y sé por qué lo estoy diciendo. Ahí hay un ministro que es un orgullo, Gabriel Katopodis», expresó Fernández.
«Katopodis llevó adelante un plan de obras públicas como nunca antes, con un nivel de transparencia que nadie puede ponerle una sola mácula. Si Ramón Carrillo es recordado por la salud, Katopodis debe ser recordado por lo que hizo en la obra pública», trazó el paralelismo con quien, especialmente en el peronismo, es un prócer de la salud pública.
Lo que resultó curioso es que el mismo Katopodis fue destinatario de piropos políticos de Cristina Kirchner, cuando compartieron una inauguración en Río Gallegos, hace pocos días. Esa vez se sentaron uno al lado del otro y la vicepresidenta destacó al funcionario, a pesar de que -como integrante del Frente Renovador- supo distanciarse del kirchnerismo.
«Este sí es un funcionario que funciona», supo decirle Cristina a Katopodis.
Más críticas a la oposición, sin respuestas a Cristina Kirchner y una frase africana
Continuó marcando distancia con la oposición. «En verdad no somos todos lo mismo. Estamos los que creemos en que el Estado no es un espectador d ella realidad, sino que está llamado a motorizar las fuerzas necesarias para que todo crezca y la distribución sea correcta», dijo en una línea que ya ensayaba desde fin del año pasado, cuando aún alumbraba su sueño reeleccionario.
La distribución del ingreso había sido uno de los reclamos de Cristina Kirchner en el acto que compartió el lunes con Massa en Aeroparque. Fernández prefirió no rivalizar con la vicepresidenta, a quien no mencionó ni una vez a lo largo de su discurso.
En ese sentido, reconoció que la inflación «es muy grande» y elevó un pedido a los empresarios para distribuir «ganancias extraordinarias».
«Recibí el 54%, no recibí 0%. Y tenemos que resolverla, claro. En campaña les dije que iba a demandar años bajar la inflación. Y los empresarios tienen que hacer su parte, porque muchos de los que forman precio realmente han tenido ganancias extraordinarias aprovechando el fenómeno inflacionario, y no la redistribuyeron como debieron haberlo hecho», aseguró.
Siguió apuntando a la oposición. «Si quieren hablar con quien se preocupa con la industria argentina», le dijo al presidente de CAMARCO, Gustavo Weiss, «hablen con nosotros. Porque en otros lados te dicen cosas rasas. Te van a decir que hay que acabar con las vacaciones pagas y que lo mejor es que la indemnización por despido desaparezca. Proponen retroceder en derechos», dijo Alberto F.
Antes del final se declaró como «peronista hecho y derecho, orgulloso». Y retomó otra línea habitual en los discursos que diseminó a su paso por las provincias, en su breve recorrido electoralista propio: el de la utopía.
«Puedo seguir solo con mi utopía. Pero dicen los africanos que cuando uno camina solo llega rápido, pero acompañado llega lejos. Es muy parecido a una reflexión de Antonio Cafiero. Él decía que el que sueña solo sólo sueña, pero el que sueña con otros cambia el mundo», recalcó Fernández, que el 22 de abril se bajó de la competencia electoral.
La de este martes fue la primera aparición del Presidente después del furioso discurso de Cristina Kirchner en Aeroparque, junto con el ministro de Economía. Allí, la vicepresidenta cuestionó la estrategia electoral de Alberto Fernández, quien -dijo la exmandataria- «se embanderó en hacer unas PASO» para el oficialismo. Además aclaró que era obvio que Eduardo «Wado» De Pedro, el aspirante natural de Cristina y el kirchnerismo duro, «no iba a tener el consenso del Presidente».
Después del acto de Cristina y Massa, desde el albertismo trataron de bajarle los decibeles a sus frases. «No pasa nada. Los cierres son difíciles. El día después todos cuentan su historia. Está muy bien», señalaron.
Las revelaciones que hizo la vicepresidenta, a las que ella catalogó como «la verdad de la milanesa», hicieron recrudecer la interna oficialista. «Dar versiones sobre los cierres de listas no contribuye en nada», sostuvo el canciller Santiago Cafiero, uno de los fieles de Alberto Fernández mencionados por CFK.
También reaccionó Victoria Tolosa Paz, a quien la vice criticó por intentar montarle una interna a Axel Kicillof en Provincia de Buenos Aires. «Lo de ayer no fue un palito, fue un palazo frontal», dijo la ministra de Desarrollo Social, que según Cristina fue uno de los nombres que intentaron colocar desde un sector oficialista como candidata a vicepresidenta. «Es un destrato que no voy a olvidar fácil», agregó Tolosa Paz.
DB