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Al obispo de Córdoba le preocupan «nuevas pobrezas», como las de los mayores en «soledad» y los jóvenes «aislados»

El obispo de Córdoba, Jesús Fernández, se ha referido a la situación de la pobreza en la provincia y a cómo se está actuando ante la misma, desde la Iglesia Católica y desde otras instituciones y entidades que colaboran con ella, y ha dicho que le preocupan las «nuevas pobrezas», que tienen que ver con las dificultades para acceder a una vivienda, con las personas mayores que sufren «soledad» y con los jóvenes que viven «aislados».

En una entrevista concedida a Europa Press, ha recordado que el lema elegido por Cáritas para este año es Hagamos que tener una vida digna deje de ser una cuestión de suerte, considerando Jesús Fernández que «es muy acertado, porque cada ser humano debe tener garantizada su dignidad, con independencia del lugar donde nazca y el entorno con que cuente».

De hecho, según ha argumentado, «cada persona es importante para Dios y debemos trabajar para que la pobreza no acabe destruyendo la capacidad única e inigualable por la que viene al mundo cada ser humano», y ha añadido que le preocupan, «especialmente, las nuevas pobrezas, que tienen que ver con la soledad no deseada, el difícil acceso a la vivienda, las adicciones, o el aislamiento de jóvenes con muchos amigos virtuales, pero ausentes de su necesidad de relación real».

Faltan recursos públicos

A esto se suma también, según ha señalado Jesús Fernández, que «cada vez las necesidades son mayores y los recursos de las institucionales públicas no se incrementan proporcionalmente», aludiendo en este contexto, respecto a las relaciones entre la Diócesis y las instituciones públicas, a que la coordinación, que ya existe, es clave.

Así, Jesús Fernández ha recordado como, poco después de su llegada a Córdoba, «una responsable municipal dedicada a los servicios sociales me dijo que ellos son las manos, pero la Iglesia es el corazón de muchos de los proyectos que compartimos para ayudar a las personas», y «realmente es así, tengo una visión complementaria y creo en lo mucho que se avanza en atención social si instituciones e Iglesia tienen una buena coordinación. Creo que en un clima de entendimiento, estamos llamados a unirnos para el bien común».

Precisamente, según ha resaltado, en los seis meses que lleva el frente de la Diócesis, ha sido recibido «por todos los representantes de instituciones y tengo que decir que han sido encuentros muy interesantes, en los que me he sentido muy bien acogido, por lo que estoy muy agradecido. Hay muy buena sintonía y espero seguir contando con esa generosidad para construir proyectos que beneficien a quienes menos tienen».

Miles de personas llegan a Cáritas

«En cuanto a la pobreza material», según ha asegurado, «Cáritas Diocesana de Córdoba sigue trabajando con los mismos recursos para erradicarla», es decir, «las Cáritas parroquiales, que son la puerta de entrada de las miles de personas que cada año acompaña Cáritas Diocesana», y «también se cuenta con el programa de Empleo, que es el canal para que muchas personas puedan transformar su vida de una forma digna, gracias a la formación y al empleo».

No se puede olvidar, según ha indicado, «el programa de Mayores en Situación de Exclusión, que cuenta con una residencia de mayores y el programa Tejiendo Redes, para acompañar a personas mayores que viven en una situación de soledad no deseada».

Ampliar la capacidad de acogida a personas sin hogar

A ello se añade «el programa de Personas sin Hogar, con la casa de acogida Madre del Redentor, el dispositivo nocturno, donde se acompaña a entre 50 y 70 personas cada lunes, miércoles y viernes, y el Ala de baja exigencia», subrayando el obispo, igualmente, la labor de «la empresa de inserción de Cáritas Diocesana», Solemccor, «que ofrece una oportunidad laboral a unas 100 personas cada año».

Además, «como refuerzo a toda esa actividad y gracias a la colaboración del Cabildo, el Ala de baja exigencia está abierta los 365 días del año, y no sólo los meses de más frío, sirviendo de refugio a 20 personas más en situación de calle; así como la implementación del programa Territorios en la provincia, de la mano de la Diputación de Córdoba».

En este capítulo ha destacado, por último, que «el compromiso caritativo y social de nuestra Diócesis, con motivo del Año Jubilar de la Esperanza, es colaborar económicamente para ampliar y mejorar la capacidad de acogida de personas sin hogar en nuestro centro Madre del Redentor. De ahí que las colectas que se han hecho y se van a hacer serán dedicadas íntegramente a esta obra».

Diseñar un plan pastoral

Al margen de ello y en el marco del balance de sus primeros seis meses como obispo de Córdoba, ha señalado que ha puesto en marcha «un periodo de escucha con vistas a elaborar un Plan Pastoral para los próximos años», con vigencia hasta 2030, habiendo constituido para ello «336 grupos, en los que se han integrado 2.600 personas, que ya han comenzado la tarea».

De este modo, según ha precisado, «se ha puesto en marcha una estructura destinada a la participación sinodal, que implica la reflexión por grupos en torno a cuatro itinerarios: primer anuncio, acompañamiento, procesos formativos y presencia pública». Los trabajos de estos grupos «estarán centrados en la lectura y comprensión de cada ponencia, una por itinerario, para analizar la situación en que se encuentra nuestra Iglesia en ese camino, y emitir sus consideraciones y propuestas para avanzar en la vivencia de la fe y en la misión evangelizadora«.

Todo ello llevará a celebrar el año próximo «una asamblea diocesana, para la presentación de las conclusiones, evaluación y revisión del proceso» y, «con el material recogido, se elaborará el plan pastoral diocesano», mientras que «el mes de septiembre de 2026 estará dedicado a la elaboración y presentación del plan y comenzará su implementación».

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