A sala llena, la astrofísica mexicana Fernanda Clever brindó una charla magistral sobre la vida y muerte de las estrellas en el Salón Rizutto de Villa Carlos Paz. La presentación se enmarcó dentro de las actividades previstas en el marco de la segunda edición de la Feria Internacional del Libro y congregó a vecinos, escritores y estudiantes.
Durante la charla, Clever combinó datos duros de ciencia con una visión poética sobre el surgimiento y la extinción de los astros.
En ese sentido, se produjo un enriquecedor intercambio con los integrantes del club literario «La Magia de la Palabra», quienes le hicieron entrega de un obsequio al final de la conferencia. Lo mismo ocurrió con la Biblioteca del Autor Local, que estuvo representada por el coordinador Ariel de Nicola y Silvia Garrigós.
Clever enfatizó que el universo está salpicado de miles de millones de estrellas, faros incandescentes que iluminan la vasta oscuridad. Pero, lejos de ser eternas, estas gigantes cósmicas tienen un ciclo de vida dramático y fascinante, comparable al de cualquier ser vivo: nacen, viven, y mueren. Este proceso, que abarca miles de millones de años, es fundamental para la existencia de los elementos que componen todo lo que conocemos, incluyéndonos a nosotros.
El viaje de una estrella comienza en las nebulosas, inmensas nubes interestelares compuestas principalmente de hidrógeno y helio, junto con pequeñas cantidades de polvo. Dentro de estas nubes frías y oscuras, la gravedad juega el papel de partera. Cuando una región de la nube molecular acumula suficiente materia y densidad (superando el umbral conocido como la inestabilidad de Jeans), colapsa bajo su propia fuerza gravitatoria.
A medida que el gas se comprime, la energía gravitacional se convierte en calor, y la temperatura del núcleo aumenta drásticamente. Esta fase se conoce como proto-estrella. El colapso continúa hasta que la temperatura central es lo suficientemente alta —alrededor de 15 millones de grados Celsius— para que comiencen las reacciones de fusión nuclear, transformando el hidrógeno en helio. En este momento, la estrella «enciende» su motor, alcanzando un equilibrio hidrostático entre la fuerza expansiva de la fusión y la fuerza contractiva de la gravedad. Ha nacido una estrella y entra en la fase más larga de su vida: la Secuencia Principal. Nuestro Sol, por ejemplo, se encuentra actualmente en esta etapa.
Cuando el hidrógeno se agota en el núcleo, la estrella abandona la Secuencia Principal y comienza su inevitable declive, con un destino final que depende exclusivamente de su masa. Cuando el hidrógeno se agota, el núcleo comienza a contraerse y calentarse, lo que provoca que las capas externas de la estrella se expandan enormemente y se enfríen, formando una gigante roja. Eventualmente, la estrella expulsa sus capas exteriores en un espectáculo cósmico llamado nebulosa planetaria . El núcleo remanente, denso y caliente, se convierte en una enana blanca, que se enfriará lentamente durante eones hasta volverse una inerte enana negra.
El ciclo estelar es un relato de transformación cósmica: el polvo de nebulosa se convierte en estrellas, que luego mueren para dispersar los elementos esenciales que forman nuevas estrellas, planetas y, en última instancia, la vida.
