Le reprocharon que cuando bajó su precandidatura presidencial había prometido ser «neutral» en la interna. Para el ex presidente, Vidal «ha desdibujado su perfil».
El pronunciamiento de María Eugenia Vidal se venía cocinando desde hace unos días -faltaba conocer la manera y el grado de apoyo a Horacio Rodríguez Larreta-, pero lo que no estaba en los cálculos era la reacción de los referentes de Patricia Bullrich y la nueva escalada de tensión en Juntos por el Cambio, con Mauricio Macri involucrado y de modo implícito también a un paso de dejar su aparente neutralidad.
“Lamentablemente siento que María Eugenia ha tomado varias decisiones sucesivas en las cuales ha desdibujado su perfil”, apuntó Macri desde San Nicolás, y avaló el cruce de Cristian Ritondo a Vidal por el respaldo que le había dado a Rodríguez Larreta por la mañana, con un posteo en las redes sociales y una actividad compartida en Río Gallegos.
“Tiene razones (Ritondo) de estar desilusionado, porque lo mejor en la vida es hacer lo que uno dice y no una cosa distinta”, siguió el ex presidente, en su segunda actividad -había estado el domingo en La Rural- luego de su regreso de Europa en el tramo final de la campaña hacia las PASO.
Vidal había dejado trascender hace dos semanas que tenía definido su voto y analizaba hacerlo público. Lo confirmó al día siguiente del respaldo de Facundo Manes a Rodríguez Larreta. Antes también se había expresado en el mismo sentido Rodrigo de Loredo, en una saga que exhibió el jefe de Gobierno porteño con el propósito de apuntalar su precandidatura.
Antes de Macri, y en paralelo a Ritondo, otros referentes del espacio de Bullrich habían salido a cuestionar a la ex gobernadora bonaerense, lo que generó otro pico de tensión en la interna de Juntos por el Cambio. “Rompió la promesa que le había hecho a Patricia y a la sociedad de ser neutral. Es una gran decepción”, dijo a Clarín el legislador porteño y jefe de campaña Juan Pablo Arenaza, que llamó a Vidal “empleada del mes” y endilgó “comprar figuritas gastadas” a sus rivales.
También Hernán Lombardi, cercano a Macri y alineado con Bullrich, salió fuerte en redes sociales. “El 13 no van a ganar los afiches ni los carteles. Ni los descomunales aparatos. Ni el despilfarro. Ni los acuerdos de dirigentes. El 13 va a ganar el acuerdo de Patricia con los argentinos. El 13 va a ganar la gente”, remitió el diputado a la contraposición de estrategias resuelta por el sector de la titular del PRO en uso de licencia frente a los apoyos a Rodríguez Larreta.
Al caer la tarde, cuando escalaba la discusión pública y se potenciaba por las palabras de Macri, Bullrich evitó fogonearla todavía más. “No tengo comentarios sobre el tema, no opino sobre los votos individuales de cada uno”, dijo a este diario.
Al rato también el ex presidente buscó bajarle el tono a sus propias declaraciones. “En ningún momento cuestioné a María Eugenia por su decisión de apoyar públicamente a Horacio”, tuiteó Macri, aunque insistió en avalar el “desencanto” de Ritondo, uno de los dirigentes más cercanos a Vidal y primer precandidato a diputado en la provincia de Buenos Aires con la boleta de Bullrich. “Como dije otras veces, hay que cuidar la palabra”, insistió Macri.
“Es un gran orgullo seguir trabajando con ella, para mí es una de las mejores dirigentes políticas que tiene la Argentina. Es muy importante sumar”, sacó pecho Rodríguez Larreta en LN+, y aludió a los respaldos de Manes, y otros ex aspirantes a presidente como Gerardo Morales, Miguel Pichetto, Elisa Carrió y José Luis Espert.
El jefe de Gobierno eludió responder sobre lo que habían dicho Macri y los exponentes del ala dura del PRO, e insistió en mostrarse conciliador: volvió a proponer esperar los resultados en un búnker compartido la noche del domingo 13, para que funcione como una señal de «unidad» de cara a las elecciones generales.
“Lo que tenga que responder a cada uno va a ser en privado, ni por las redes ni por los medios”, transmitió Vidal en la misma línea, entrada la noche.
Macri mantuvo su aparente neutralidad, aunque además del fastidio con Vidal en sus declaraciones deslizó guiños -como adelantó Clarín– para sugerir una inclinación hacia Bullrich. “La Argentina necesita un cambio profundo, rápido, claro, firme, porque necesitamos sacar a la gente de la desesperanza en la que ha caído. Entonces creo que éste es el camino, como lo dije cuando presenté Primer tiempo: somos el cambio o no somos nada”, aseguró el fundador del PRO, que había avisado que sería “ecuánime, pero no neutral” en la pulseada interna de Juntos por el Cambio.