La comisaria de medioambiente, Jessika Roswall, ha anunciado este martes que la Comisión Europea planteará volver a retrasar un año, hasta 2026, la aplicación de la directiva europea que busca combatir la deforestación en terceros países, alegando problemas técnicos.
Apenas tres meses antes de la entrada en vigor de una legislación que aspira a prevenir la entrada en territorio europeo de productos que hayan contribuido a la deforestación en otros países, Bruselas vuelve a proponer posponerla. “A pesar de nuestros esfuerzos, creo que no podemos lograrlo sin que haya trastornos para nuestros negocios y en nuestras cadenas de suministro”, ha dicho Rosswall durante una declaración a la prensa en Bruselas, a su llegada a una reunión con ministros de agricultura de los veintisiete.
Se calcula que del total de destrucción de masa forestal registrado entre 1990 y 2000, un 10% puede atribuirse al consumo europeo
La legislación, que debía entrar en vigor el próximo 30 de diciembre, trata de contribuir a la lucha contra la deforestación. Se calcula que del total de destrucción de masa forestal registrado entre 1990 y 2000, un 10% puede atribuirse al consumo europeo. La ley introduce medidas que permitan trazar el origen de productos como la soja, el cacao o el café, para garantizar que no contribuyen a la degradación del medioambiente.
La comisaria ha achacado el aplazamiento a problemas informáticos. En particular, a la Comisión le preocupa la complejidad y la sobrecarga de información en el sistema que empresas y exportadores deben utilizar para registrar los datos de los productos. Este programa es el que permite emitir certificado sobre la compatibilidad -o no- de esos productos con las normas comunitarias.
Debate y voto
Roswall ha planteado la medida tanto al ministro de Medio Ambiente de Dinamarca, que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo, como al presidente de la Comisión de Medioambiente del Parlamento Europeo para conocer su opinión. Sin embargo, el Ejecutivo no ha hecho formalmente la propuesta de aplazamiento.
La comisaria calcula que esos doce meses de margen darían suficiente tiempo a su equipo para examinar los posibles riesgos de la legislación. Pero más allá de cuestiones técnicas, Roswell ha abierto también la puerta a simplificar la norma, aunque sin entrar en detalles. Fuentes comunitarias han evitado especular sobre el potencial resultado del debate político.
Bruselas tiene pendiente, antes de que acabe el año, un paquete de medidas de simplificación de la legislación medioambiental. Roswall ha reconocido que de momento, la idea es plantear simplemente una enmienda para corregir la fecha de entrada en vigor, pero también que está abierta a discutir otras cuestiones con los ministros y la Eurocámara.
Tensiones comerciales
La ambiciosa legislación había sido uno de los puntos de tensión de la UE en las negociaciones comerciales con países como Estados Unidos, el Brasil o Indonesia, que alega que hace sus importaciones al bloque mucho más costosas. Con los tres ha firmado la Comisión acuerdos más o menos complejos en las últimas semanas. Sin embargo, Roswall ha rechazado que su decisión tenga nada que ver con la política comercial. La comisaria ha asegurado que la propuesta nace de una reflexión interna y la desvincula de las negociaciones con otros países. “No está vinculado en absoluto”, ha dicho.
Mientras, las organizaciones ecologistas critican duramente la decisión. “¡Deberíamos poder esperar más de nuestros líderes que una excusa del tipo “el perro se ha comido mis deberes”!”, ha dicho en un comunicado Anke Schulmeister-Oldenhove, directora de Política Forestal de la Oficina de Política Europea de WWF. La ONG califica la medida de inaceptable. “Probablemente no es una coincidencia que esta medida se produzca justo cuando la Comisión persigue una agenda de desregulación sin precedentes”, ha dicho Schulmeister-Oldenhove.
Suscríbete para seguir leyendo