En la era digital actual, los centros de datos son la columna vertebral que sostiene la economía digital, el comercio electrónico, los servicios en la nube, y el auge de tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial (IA).
América latina, y particularmente la Argentina, se encuentran en un momento clave para consolidar una infraestructura tecnológica robusta, eficiente y sostenible que soporte esta demanda creciente. Sin embargo, ese crecimiento trae consigo desafíos considerables en términos de protección eléctrica, eficiencia energética y sustentabilidad.
Juan Pablo Vidal Bruni, fundador y director general ejecutivo de Bessel, empresa especializada en infraestructura para centros de datos, afirmó ante iProfesional que «la protección eléctrica y la eficiencia ya no se miran como un costo, sino como un eje estratégico» para el desarrollo de centros de datos modernos en la región.
Tendencias y desafíos del mercado de centros de datos en América latina
Una de las tendencias más notables en el mercado latinoamericano es el impulso hacia la eficiencia energética y la sustentabilidad. Cada vez más proyectos de centros de datos incorporan energías renovables o herramientas híbridas, no solo por la reducción de costos, sino también por la necesidad de que las empresas demuestren compromisos ambientales.
La automatización y el uso de inteligencia artificial están transformando la gestión operativa de los centros de datos. «La inteligencia artificial ya está ayudando a manejar mejor la climatización, a equilibrar cargas y a reducir consumos. Eso antes se hacía de manera manual y hoy se puede ajustar en tiempo real», explicó Vidal Bruni.
Otro importante cambio es el desplazamiento hacia infraestructuras modulares y micro centros de datos o salas técnicas prefabricadas, que permiten una construcción mucho más rápida y escalable, en vez de esperar años para construir un centro de datos tradicional. Esto se alinea con el crecimiento del edge computing y con avances tecnológicos en almacenamiento de energía, como las baterías de litio, que ofrecen mayor autonomía y resiliencia.
No obstante, la región enfrenta desafíos importantes en términos de suministro eléctrico. La demanda creciente, especialmente por el auge de aplicaciones de inteligencia artificial que requieren altas densidades de potencia, supera la capacidad de la red eléctrica tradicional. Esto obliga a implementar soluciones propias como subestaciones dedicadas, grupos electrógenos y sistemas redundantes para garantizar continuidad operacional.
Adicionalmente, la calidad del suministro eléctrico es crucial: «No alcanza con tener potencia, sino que tiene que ser limpia y estable, porque los armónicos o los picos pueden afectar directamente la operación», señaló Vidal Bruni. Para ello, los centros de datos se apoyan en UPS de última generación, filtros activos y sofisticados diseños de protección que aseguran la confiabilidad.
La volatilidad de los costos energéticos y la creciente presión regulatoria para reducir la huella ambiental también constituyen barreras que obligan a repensar las políticas energéticas y adoptar nuevas tecnologías en la región.
Eficiencia energética y sostenibilidad
La eficiencia energética en centros de datos no es solo un asunto de modernizar equipos, sino de gestionar todo el ecosistema integralmente. La climatización es uno de los principales consumidores de energía, donde los avances en free cooling, contención de pasillos calientes y fríos, y sistemas de refrigeración que adaptan su funcionamiento en tiempo real, son elementos clave.
En el ámbito eléctrico, los UPS de alta eficiencia y las baterías de litio contribuyen significativamente a reducir pérdidas energéticas, mejorar la flexibilidad operativa y optimizar el uso de recursos.
Según Vidal Bruni, otro factor fundamental es la gestión inteligente: «La analítica y la inteligencia artificial permiten ajustar parámetros en tiempo real, balancear cargas y anticiparse a fallas. Eso hace que cada KWh que entra se use de la mejor forma posible».
El diseño modular y escalable ayuda a evitar sobredimensionamientos y desperdicios energéticos innecesarios —aspecto fundamental para lograr mejores índices de PUE (Power Usage Effectiveness)— y para mantener bajo el costo total de operación (TCO).
En términos de sostenibilidad, cada vez con mayor frecuencia se integran energías renovables y sistemas de almacenamiento para reducir la dependencia de la red eléctrica convencional. Bessel, por ejemplo, trabaja en proyectos de generación solar que incorporan superficies de techos para instalaciones fotovoltaicas, integradas al diseño del centro de datos con la vista puesta en certificaciones ISO y objetivos ambientales concretos.
La circularidad tecnológica, que contempla la vida útil, mantenimiento y reciclaje de los equipos, es otra dimensión en desarrollo en la región, al igual que la reutilización del calor residual para calefacción urbana o industrial.
Impacto y rol de la inteligencia artificial
La inteligencia artificial está modificando radicalmente la infraestructura y operación de los centros de datos. En particular, la demanda por potencia por rack se ha disparado, con racks que hoy pueden superar los 30 o 40 kW, versus los 5 o 10 kW habituales antes de la irrupción de cargas de trabajo de IA.
Esto exige repensar los sistemas eléctricos desde una perspectiva modular y robusta, además de incorporar nuevas técnicas de gestión térmica. Para mantener controlado el PUE y la temperatura, se están implementando sistemas avanzados de refrigeración líquida, como soluciones direct-to-chip y puertas traseras con intercambio térmico.
Vidal Bruni explicó que «la variabilidad de cargas que generan las aplicaciones de IA obliga a apoyarse en software de gestión inteligente, que ajusta setpoints en tiempo real y anticipa posibles hotspots antes de que impacten en la operación».
La protección eléctrica para cargas intensivas en IA, como servidores de GPU, también demanda productos especialmente diseñados para soportar densidades elevadas y transitorios rápidos sin comprometer la disponibilidad. UPS modulares con baterías de litio, sistemas busway montados sobre racks y rPDUs inteligentes que permiten monitoreo detallado son algunas de las soluciones adoptadas.
La inteligencia artificial también se utiliza para la gestión y monitoreo de la infraestructura, mediante herramientas que predicen fallas, optimizan el uso de energía y mejoran el mantenimiento predictivo.
En Bessel, se entrenan modelos que analizan datos de variaciones de corriente, temperatura, ciclos de baterías y eventos de alarmas para predecir fallas y programar mantenimientos basados en condiciones reales, evitando caídas imprevistas.
Además, la IA permite ajustar en tiempo real los parámetros de operación de los sistemas de climatización y energía para maximizar la eficiencia y anticipar picos de demanda, estabilizando operativamente los centros.
Tecnologías emergentes y futuro de la industria
En protección eléctrica, las tecnologías emergentes incluyen UPS modulares con baterías de litio que están dejando de ser una novedad para consolidarse como estándar debido a su vida útil, eficiencia y costo total de propiedad optimizado. También aparecen convertidores basados en silicio-carburo, que permiten reducir pérdidas energéticas en entornos de alta densidad.
La integración de almacenamiento energético está evolucionando para que los sistemas UPS no solo respalden la continuidad sino que también participen en estrategias de «peak shaving» y estabilización de la red interna, configurándose como micro-redes (microgrids).
En distribución eléctrica se consolidan los sistemas busway sobre rack y las rPDU trifásicas inteligentes, que permiten escalar densidades de potencia muy elevadas sin rehacer infraestructura tradicional.
En refrigeración, la gran protagonista es la refrigeración líquida, en modalidades como direct-to-chip, puertas traseras y, en casos extremos, la inmersión total para cargas con alta densidad térmica. Se busca minimizar el uso de agua y maximizar las horas de free cooling, lo cual tiene especial relevancia en climas exigentes de la región.
La reutilización de calor residual para calefacción o procesos industriales ya está planteada en varios proyectos, generando beneficios económicos y ambientales adicionales.
El software y la digitalización serán clave para el futuro. La creación de gemelos digitales (digital twins) permite simular escenarios, proyectar consumos y planificar expansiones con precisión fundamental en economías volátiles como la argentina.
Ejemplos prácticos en la región
Un caso concreto relevante en Buenos Aires involucró la transformación de la infraestructura crítica de un casino de gran envergadura. Se reemplazó el UPS por un equipo de nueva generación Schneider Electric, modular y escalable, con autonomía para soportar interrupciones mayores a 30 minutos.
Además, se diseñó una sala técnica con monitoreo inteligente y refrigeración avanzada, todo gestionado bajo la plataforma EcoStruxure, logrando una infraestructura más confiable y eficiente, reduciendo consumo y costos operativos.
En Brasil, centros de datos han invertido en parques eólicos y sistemas de «free cooling» que mejoraron notablemente la eficiencia energética y el PUE. Por otra parte, países como México y Chile ya ofrecen incentivos fiscales para centros de datos que utilicen energías renovables, fomentando operaciones más verdes y competitivas.
Intersección de tecnologías, infraestructura eléctrica y sostenibilidad
La convergencia de tecnologías de la información con infraestructura eléctrica es fundamental para enfrentar los desafíos de escalabilidad, eficiencia y sustentabilidad en los centros de datos modernos. La integración de inteligencia artificial y analítica avanzada con sistemas eléctricos y climáticos permite una gestión dinámica, en tiempo real, que maximiza recursos y minimiza impactos ambientales.
La sostenibilidad se materializa no solo en el uso de energías limpias y sistemas eficientes, sino también en la digitalización y automatización que permiten operar con mayor previsibilidad y adaptabilidad.
Esta sinergia tecnológica es clave para que América latina, y especialmente la Argentina, capaz de aprovechar recursos renovables abundantes y talento técnico creciente, se transforme en un hub regional de innovación y operación de data centers de nueva generación.
Futuro y desafíos a cinco años
Según Vidal Bruni, los mayores desafíos a enfrentar serán garantizar un suministro energético confiable, competitivo y sustentable para soportar cargas cada vez más densas, principalmente por la IA, y superar cuellos de botella de infraestructura existentes en varios países de la región.
Además, el marco regulatorio y financiero debe acompañar este crecimiento para evitar trabas burocráticas y fomentar inversiones privadas en energías limpias y arquitectura tecnológica avanzada.
Las oportunidades más prometedoras radican en las condiciones naturales de la región, la posibilidad de proyectos disruptivos como microcentrales nucleares modulares en la Argentina, y la adopción de infraestructuras modulares y gestión digital que permitan crecimiento resiliente y sostenible.
Si se logra cerrar la brecha de infraestructura y se alinean políticas públicas claras, América latina puede convertirse en un polo pujante para centros de datos y desarrollo de IA, con la Argentina jugando un papel destacado.