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Feijóo evita el choque con Aznar por Gaza omitiendo en FAES sus críticas a Netanyahu

Alberto Núñez Feijóo enfrió este viernes su viraje reciente hacia posiciones más críticas contra el Gobierno de Israel y su ofensiva sobre Gaza, que se ha cobrado ya decenas de miles de muertos, que ha provocado una crisis humanitaria sin precedentes en la Franja y que una comisión nombrada por la ONU ha tildado ya de genocidio. Un término, este último, que el Partido Popular (PP) sigue sin emplear, como tampoco hacía hasta hace apenas unos meses el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El líder del PP acudió a la clausura del campus de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), el think tank presidido por José María Aznar, que celebró sus jornadas anuales en Madrid bajo el título de ‘Europa y el futuro del vínculo atlántico’, en un acto que sirvió para reforzar y plasmar la buena sintonía entre ambos. «Yo, como todos, he venido a escuchar al presidente de mi partido», dijo Aznar en su intervención, y Feijóo le respondió con parecido cumplido.

Feijóo, que arrancó su discurso blasonando de fomentar los «debates complejos», despachó su postura sobre Israel con unas pocas palabras (en un discurso escrito y medido, mientras que el resto del campus se realizó mediante el formato de coloquio, con intervenciones improvisadas de viva voz) en las que no hubo ni atisbo de su censura a la actuación israelí expresada el miércoles ante Sánchez durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. Sí que definió como «masacre» lo ocurrido en Gaza, pero apenas nada más.

El resto fue una encendida defensa de Israel en la línea expresada por Aznar en la inauguración del campus de FAES el domingo, y en línea también con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que apenas veinticuatro horas antes se había empleado a fondo en la sesión de control en la Asamblea de Madrid en esa defensa del Estado judío, frente a una izquierda que incluso blandió banderas palestinas en la cámara de Vallecas, como hizo la portavoz del PSOE madrileño, Mar Espinar.

Ataques a Sánchez

El líder de la oposición se aferró a su posición previa a la postura más crítica con la invasión de Gaza, que ya había puesto en circulación la semana pasada en su primera entrevista en televisión del curso político. Y así, criticó a Sánchez por el elogio que de alguna de sus palabras ha realizado Hamás -«no es normal», dijo- de las que en su opinión debería haberse desmarcado expresamente; lamentó igualmente «que se condene al pueblo israelí, que todavía espera la liberación de sus rehenes inocentes, y que se deba recordar que representa la única democracia vigente en Oriente Medio» y, en conclusión, acusó al jefe del Ejecutivo de recurrir a Gaza ante sus problemas políticos domésticos («hasta el cuello de corrupción», llegó a definir su situación) e incluso de aprovechar la crisis humanitaria en la Franja para «deshumanizar a sus rivales».

Tonos o gestualidades a aparte (el líder popular es un dirigente conservador muy contenido y medido en sus expresiones) el Feijóo de FAES se asemejó más a la Ayuso que se alinea indubitada y enfáticamente con Tel Aviv que a otros líderes autonómicos del PP que oscilan entre posturas templadas (Jorge Azcón en Aragón o Juan Manuel Moreno en Andalucía) o abiertamente críticas con Israel, como la que manifestó hace unas semanas, para sorpresa de muchos, la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola.

Su discurso ante FAES también se produjo veinticuatro horas después de una sonada intervención de alguien con quien cultiva buena sintonía y a quien escucha, como el primer presidente socialista de la democracia, Felipe González, muy alejado del actual PSOE y de su líder. González, durante un coloquio en Palma de Mallorca junto al ponente constitucional Miquel Roca, se preguntó en voz alta por qué Hamás «no suelta a los rehenes» si «de verdad», aseguró el histórico socialista, «quiere que no maten a niños y a mujeres». Unas palabras que no tardaron en recibir las críticas desde su propio partido, como las que manifestó en las redes sociales el ministro de Transportes, Óscar Puente, que las despachó con un significativo «qué vergüenza».

La semana que termina comenzó con Feijóo reclamando a los suyos a puerta cerrada en la Junta Directiva Nacional, órgano al que pertenecen todos los presidentes autonómicos, que no cayesen en el marco del Gobierno de centrar en Gaza todo el debate político, e incluso, para ello, de adoptar un cierto perfil bajo, según describen a El Periódico fuentes presentes en la reunión. El discurrir de la semana, hasta la clausura del campus FAES este viernes, ha evidenciado hasta qué punto esa es una misión difícil para el PP ante una crisis humanitaria del tamaño de la que se vive en la Franja de Gaza.

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