Una de las pizzerías porteñas más antiguas es Banchero, nacida en 1932 en el barrio de La Boca, y se destaca por seguir vigente y continuar en manos de la misma familia fundadora. De hecho, hoy su dueño es Diego Banchero, bisnieto del creador de este icono de Buenos Aires, y que habló con iProfesional para contar cómo afronta el nuevo escenario del país, donde destaca el impacto que genera en su facturación la falta de turismo de países limítrofes por los altos valores en dólares.
Además, comenta cómo están compensando con público interno esa caída en consumo, que proviene de las provincias y del repunte de la asistencia al teatro, y lo positivo que le resulta para su negocio que la inflación haya descendido a menos de 2% mensual.
«Ahora casi no hay un movimiento de precios. A decir verdad, la muzzarella y la harina, que son dos componentes importantes en nuestro sector, casi no han subido a lo largo de este año», dice a ese medio.
Banchero ya cuenta con 7 locales, donde se encuentran la reconocida sucursal ubicada a pocos pasos del Obelisco e, incluso, una en Miami Beach (Estados Unidos), que se ha hecho «viral» en redes sociales por haber recibido un pedido del mismísimo Lionel Messi.
Incluso, esta cadena acaba de ser distinguida como una de las 10 «Pizzerías Emblemáticas Porteñas», por el Ministerio de Desarrollo Económico de la Ciudad y la Asociación de Pizzerías y Casas de Empanadas (APYCE), por preservar la «auténtica tradición de la pizza argentina».
-¿Cuál es el impacto en el consumo de pizza por la situación económica?
–No hay ninguna novedad si menciono que el consumo, en general, está bajo. Me parece que las pizzerías, dentro de la gastronomía, deben ser lo que menos lo sienten, por lo popular y accesibles que son. En el caso particular de nosotros, que tenemos locales en La Boca y en la Avenida Corrientes, se siente la baja, sobre todo, por el tema de la caída del turismo de los países limítrofes, que antes era muy fuerte, pero que ahora casi ya no existe por la diferencia en el tipo de cambio. Diría que ya no se ve turismo chileno, uruguayo y brasilero, que antes había mucho. Ni siquiera se ven las chapas de los autos de Chile y Uruguay en los estacionamientos.
-¿Cómo hacen para suplantar esta baja de consumo?
-Se reemplazó bastante con el turismo interno argentino, que ha crecido mucho. Ahora es más normal que la gente de las provincias venga a pasar los fines de semana largos. Además, en la Avenida Corrientes la temporada de teatro está siendo muy buena, hay muchas buenas obras en cartel.
Entonces, en el balance, en realidad la facturación bajó, pero no tanto. No es algo alarmante. Siempre se va supliendo con otras cosas y no es nada que no hayamos atravesado en los 90 y pico de años de vida que tenemos.
-¿Cuánto les ha subido en consumo interno?
-El consumo interno de este año es mejor que el 2024, estamos un 20% arriba en unidades. Sobre todo, por las vacaciones de invierno, que es el mes más fuerte para la gastronomía, en general, en Buenos Aires. Cabe recordar que el 2024 había sido flojo, y el actual volvió a ser un buen año. Por lo que esperamos que siga mejorando.
-Se lo nota positivo con la situación…
-Sí, la parte mala es que bajó un poco el consumo, pero la parte buena que no hay inflación. Yo vivía peleando con los proveedores, peleando con el que vende las gaseosas, con el que me vende la muzzarella. Ahora eso está más estable, uno puede programar más y, sobre todo, los empleados están mejor también, porque han recompuesto los sueldos con respecto al incremento de los precios de la economía. El tema de la inflación es vital, es muy difícil trabajar con inflación.
-¿Cada cuánto suben los precios ahora?
–Ahora los precios no aumentan. Antes, la realidad era que todo aquél que tenía la posibilidad de tocar precios, iba adelante de la inflación. Por eso digo, los empleados siempre venían atrás de esos incrementos, pero en la actualidad es al revés. En el presente, como la inflación es tan cortita, porque ahora por 1,5% o 2% mensual, no vas a tocar las listas de precios. Y cuando te acordás de eso, ya estás un 10% abajo, y cada tanto hay que retocar los valores.
Pero ahora casi no hay un movimiento de precios y, a decir verdad, la muzzarella y la harina, que son dos componentes importantes en nuestro sector, casi no han subido a lo largo de este año.-