Como ministro y precandidato, debe hacer equilibrio. Los votos que quiere sacarle a Grabois.
El preacuerdo con el Fondo Monetario Internacional le dio a Sergio Massa algo de alivio en un contexto de volatilidad cambiaria que se profundizó en la primera jornada post anuncio pese a que en el Ministerio de Economía confían en que va a a ceder en los próximos días. Pero, al mismo tiempo, en términos políticos le abre al tigrense, en el doble rol que implica su precandidatura a Presidente, interrogantes respecto al impacto que tiene el acercamiento con el organismo de crédito en un momento en el que busca solidificar el voto duro kirchnerista.
En una jornada signada por la suba del dólar, Massa tuvo en su desembarco en La Rural, donde disertó junto al resto de sus principales rivales de cara al 13 de agosto, otra postal incómoda para un sector del universo kirchnerista que observa con desconfianza y no termina de asimilar su elección por parte de Cristina Kirchner y la declinación del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.
Como contó Clarín días atrás, la campaña de Massa se centró desde hace unos días en la confrontación con la oposición, con el objetivo de marcar el supuesto perjuicio que generaría el triunfo de Patricia Bullrich i Javier Milei, y a la espera de que un guiño de Cristina persuada al electorado K a elegir su boleta por sobre la de Juan Grabois, para asegurarse ser el más votado en las PASO.
“Necesitamos que al menos dos o tres puntos nuestros que todavía están ahí vengan con Sergio ahora y no esperen a octubre”, dicen en el Frente Renovador. Un promedio de los sondeos que siguen con atención en el búnker de Unión por la Patria, montado en un lujoso edificio ubicado en Bartolomé Mitre al 300, a metros de Plaza de Mayo; sitúan a Grabois entre los 6 y 9 puntos.
“Ya no está en diez puntos, pero necesitamos que esté con cinco puntos o menos, que vaya a buscar votantes de izquierda”, remarcan.
En el massismo justifican el equilibrio que debe hacer el tigrense para no alterar el clima interno y resaltan la postura que adoptó el kirchnerismo desde que este domingo se anunció el preacuerdo con el FMI. “Nadie salió a pegarnos, eso no es poco”, advirtió un incondicional del ministro-candidato. “Igual nadie regala nada. Saben que Sergio negoció con los dientes apretados. Esto es muy diferente a lo que hizo (Martín) Guzmán”, agregó.
Guiños al FMI
En rigor, la periodista Silvia Naishtat reveló en este diario que ante los dirigentes rurales Massa contó detalles de lo que habló con la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, a quien le transmitió la urgencia de querer pagar, mientras un sector del kirchnerismo -con Cristina al frente-mantiene sus objeciones y plantea que el organismo “se haga cargo” por el préstamo que le concedió a la gestión de Mauricio Macri.
De la devaluación encubierta que implicaron las medidas que Massa definió para convencer al staff del FMI nadie quiere hablar. Lo mismo del impacto que tendrán en el corto plazo en la inflación. Para alivio de la tropa massista, los K tampoco: “No podemos pedir mucho más. Ellos lo entienden y acompañan”, realzó un dirigente que habló con Massa “durante todo el fin de semana”.
“Hay que hacer equilibrio. El acuerdo era necesario porque necesitamos los dólares y fortalecer las reservas para despejar dudas, pero no se hizo a cualquier precio”, defendió otro entornista de Massa que cree que, asegurado el frente interno, en el último tramo de cara a las primarias el líder del Frente Renovador debe ir en busca de un voto más de centro.
”Es imposible pensar en hablar de reforma del Código Penal, pero sí podés interpelar a los que nos votaron en 2019 y que hoy están enojados por la inseguridad. No hace falta hablar a lo (Rudolph) Giuliani (NdeR: el ex alcalde de Nueva York, famoso por la teoría de la “tolerancia cero” y ex asesor massista) para mostrar que sabemos cómo combatir el delito”, razonó. Es, de todas maneras, un tema que genera rispideces en el kirchnerismo y sobre el que debe cuidar las formas.
«Es un equilibrio constante, Sergio es el candidato de Unión por la Patria, el que no lo entiende, está mirando otra película«, justifican en el massismo. El cierre de la jornada fue una prueba de ello: tras haber anunciado el acuerdo con el FMI y almorzado en el Salón Central de La Rural, Massa se subió al avión rumbo a Santiago del Estero, para mostrarse con el gobernador ultrakirchnerista Gerardo Zamora.