La llegada de las vacaciones implica subir la cifra del cuentakilómetros del coche. Los viajes por carretera son más largos y muchos españoles optan por el coger el coche para llegar a sus destinos vacacionales.
Aunque no todos, la mayoría de componentes del coche se suelen cambiar por kilometraje. En el caso de no usar mucho el coche, también se usa como parámetro el paso del tiempo.
Qué es la correa de distribución
Un componente que es esencial tener en mente conforme pasan los kilómetros por el odómetro es la correa de distribución. La correa de distribución es una de las piezas fundamentales del motor de un vehículo y su función principal es sincronizar el movimiento del cigüeñal y el árbol de levas, asegurando que las válvulas se abran y cierren en el momento adecuado.
Esto permite una correcta combustión y evita colisiones internas entre pistones y válvulas. Aunque no es visible a simple vista, su correcto funcionamiento es vital para la vida útil del motor.
Un error común que puede tener consecuencias muy graves es no saber cuándo cambiar la correa de distribución. El cambio de la correa de distribución por kilómetros recorridos varía según el fabricante, pero existe una recomendación general que conviene tener presente.
Cuándo se cambia la correa
En términos generales, los fabricantes recomiendan el cambio de la correa de distribución pasados los 60.000 kilómetros, entre los 80.000 y los 120.000 kilómetros. dependiendo del modelo del vehículo y del tipo de motor. Esta cifra puede llegar a los 160.000 kilómetros en algunos casos puntuales, pero siempre es fundamental consultar el manual del fabricante o las indicaciones del taller autorizado.
Además del kilometraje, también es importante considerar el tiempo: incluso si no se alcanzan los kilómetros recomendados, se aconseja reemplazar la correa cada 5 a 7 años, ya que el material con el que está fabricada se deteriora con el paso del tiempo y la exposición a condiciones extremas.
Qué pasa si se rompe la correa de distribución
Cuando la correa de distribución se rompe en marcha, las consecuencias pueden ser muy graves para el motor. En la mayoría de los vehículos, esta rotura provoca que los pistones golpeen contra las válvulas abiertas, generando una avería que puede implicar la reconstrucción completa del motor o incluso su reemplazo.
Este tipo de fallo no solo implica un alto coste económico, que puede superar los 1.000 euros, sino también la inmovilización inmediata del coche, lo que riesgos si ocurre en carretera. Por eso, estar atento al cambio correa distribución es esencial para mantener el vehículo en condiciones seguras y evitar imprevistos.