La casa de los padres de Loan, en 9 de Julio, es muy transitada por la familia numeroso de Peña. José (56) y María (46), los padres del chico desaparecido hace ocho días, necesitan un poco de tranquilidad y paz. «Queremos estar un poco juntos, nosotros solos, pero la guardia periodística no nos da descanso», pide Mariano (25), el hijo mayor. «Hablemos, hablemos, interrumpe José, pero vamos adentro, no quiero que nos vean aquí porque van a querer hablar todos los medios», le dice José a Clarín.
Entramos a la humilde vivienda de la calle Córdoba, en el barrio Chaquito. Pasamos por delante del santuario de la Virgen de Itatí, que hay en una de las piezas de la casa y se suma María por pedido de su marido. «Que hablé él, está todo bien», sugiere ella. «Estamos agotados, casi no dormimos, casi no comemos y casi no vivimos», expresa Peña, en el fondo de la casa.
Hace unos minutos se acaba de ir la policía correntina, encabezada por el comisario Marcos Navarro. «Nos preguntan siempre lo mismo y contamos lo mismo. Qué hicimos durante y después del almuerzo del jueves, cuando Loan desapareció. Además quiero decir que es mentira que yo me quedé dormido después de comer. Siempre estuve despierto y escuchaba a los chicos jugando afuera de la casa. Siempre pensé que ahí estaba Loan».
La tristeza se hace carne en la resquebrajada cara de José, que no llora. Lo observa María, su mujer, con sumisión. No agrega ni interrumpe, sólo habla él. «Loan no tenía vinculo con casi nadie de ese almuerzo. Y al tío (Antonio Benítez, detenido e imputado) lo conocía, pero nada más, no había relación. Yo tampoco era su amigo, nunca tuve mucho contacto con él, tampoco me caía muy simpático… Me enteré que aparecieron fotos en su, en su… no sé cómo se dice».
Foto: Fernando de la Orden «El comisario me dijo que están haciendo todo lo posible, pero a mí no me alcanza, porque no tengo a mi Loan», dice José Peña, padre del chico desaparecido.El comisario Marcos Navarro, de la policía correntina, abandona la casa de la familia de Loan. Foto: Fernando de la Orden Se le muestra a José el Facebook de Antonio Benítez y llama la atención la cantidad de fotos del pequeño Loan. «Es raro, me sorprende que tenga tantas fotos, como te digo, no había relación. No sé, no sé qué pensar. Yo sólo quiero a Loan otra vez conmigo. No puedo creer que no esté, menos que se lo hayan llevado. Pero hoy sería lo mejor que esté con alguien, pero con vida. Hace ocho días que lo están buscando. El comisario me dijo que están haciendo todo lo posible. Para mí no alcanza, porque Loan no está».
Reaparece Mariano, el hijo mayor, con un plato de guiso. «Pa, dale, vamos a comer, tenés que comer». María se lo lleva del brazo. «No perdemos las esperanzas, Loan es un chico fuerte y vivo». Esboza una sonrisa José, es casi una misión imposible. «Es mi preferido Loan, con él, a esta hora, jugamos mucho después del jardín… Tiene que volver, es un chiquito fuerte. No puede estar muerto, debe estar con alguien que se lo llevó».
SC