InicioSociedadLas claves del Italia-España: el centro del campo no se toca

Las claves del Italia-España: el centro del campo no se toca

El centro del campo representa para un equipo de futbol lo que representa el ‘core’ para el cuerpo humano: el núcleo principal de la fuerza, del movimiento y del equilibrio. Montse Tomé alineó a las tres centrocampistas indiscutibles en un once con muchos cambios, con la convicción de que con Aitana, Patri y Alexia juntas, los nombres del resto de la alineación son secundarios. Son dos balones de oro por duplicado, y una tercera que se lo merece por el respaldo que les proporciona.

Martina Piemonte y Patri Guijarro disputan un balón en el tercer partido del grupo en el Estadio Wankdorf, en Berna. / Ana Escobar / EFE

Dosificar sin debilitar

Con las tres centrocampistas jugaron las otras jefas del grupo. Las expertas. Las mejores. La columna vertebral. Como se quiera denominar. Permanecieron en el once Mariona y Paredes, la capitana, más Adriana Nanclares la meta titular por la enfermedad de Cata Coll. Las demás refrescaron el once inicial, en ese delicado balance de cualquier técnico en dosificar los esfuerzos individuales sin debilitar al equipo. Estaba justificado el relevo de Ona Batlle, amenazada de suspensión si veía una tarjeta. La relevó Jana Fernández.

España ya tenía todo el trabajo hecho con la clasificación. Tan sólo se trataba de no cometer ninguna torpeza; es decir, perder ante una Italia inferior, y caer al segundo puesto.

Las jugadoras de Italia, incluidas las suplentes, corren a felicitar a Elisabetta Oliviero, autora del 0-1 del Italia-España. / Ana Escobar / EFE

Diez minutos claros

Las transalpinas se jugaban más, ya que su clasificación quedaba amenazada si perdían. Jugaron ocho de las titulares habituales, y la mayor necesidad derivó en una mayor ambición. Un remate al larguero, una ocasión y un gol de Elisabetta Oliviero en diez minutos lo certificaron. Y cuatro minutos después también quedó corroborado que la capacidad futbolística de cada equipo era desigual. España es la vigente campeona del mundo y conserva la misma base. Mejorada incluso. Más preparada, más cuidada, más atendida, más profesional. Si se equilibraba la actitud, la pelota rodaría en bajada hacia el campo azul.

Y rodó. Constantemente. Rodó de pie en pie entre las rojas, con la naturalidad de la destreza adquirida en un estilo de juego que prima el cuidado y el buen uso de la pelota.

Un taconazo, un chispazo

Italia no tuvo tiempo de ilusionarse. Apenas habían apagado sus jugadoras la llama de la euforia. Ni tiempo tuvieron de pensar cómo gestionarían el marcador. Se les coló en la defensa Athenea del Castillo, que avanzó hasta que vio una amiga.

Más que una amiga. Le dio un balón para que le devolviera una golosina. Así de generosa y desinteresada es Alexia Putellas, a quien le sobran los goles y los MVP. Un simple y complejo taconazo aclaró el espacio y el tiempo para que Athenea enfocara el marco de Giuliani y colocara el esférico donde nunca lo alcanzaría la portera italiana. El empate convenía a los dos equipos para clasificarse y la derrota no castigaba a las italianas porque Portugal no sólo no goleaba a Bélgica, sino que perdía.

Patri Guijarro lanza una imaginaria flecha para festejar su gol, el momentáneo 2-1 ante Italia. / Associated Press/LaPresse / LAP

Patri vuelve a llegar

A Alexia le pudieron las ganas cuando la victoria ya estaba encarrilada. Compite por ser la máxima goleadora del torneo, empatada con Esther González y a quien le sirvió otro caramelo para que desempatara. Un premio tan cercano como el Balón de Oro que desea recoger otra vez en septiembre. La Eurocopa puede ser el trampolín definitivo para saltar al escenario del Théâtre du Châtelet de París.

Desde la platea, si va, la aplaudirá Patri Guijarro, la versión más próxima a Sergio Busquets en la ecuación entre la enorme importancia de su labor y el bajo reconocimiento que obtiene. Si Patri no subió cuando marcó el doblete con el Barça en la final de la Champions frente al Wolfsburgo en 2023, no irá por el zapatazo que soltó para amarrar el triunfo en una de sus discretas y silenciosas llegadas.

Otro córner mal defendido

Las dos asistencias fijaron los ojos en Alexia, pero por un sentimiento de culpa, seguramente, el Grupo de Técnicos de la UEFA otorgó el MVP a Patri por el gol, que no fue el mejor de su vida. «Me saqué el balón de encima, pero con intención», reconoció al final del encuentro.

El gol de Italia hurgó en las acciones de balón parado mal defendidas –sucedió ante Bélgica– y que aún no han pasado factura por la boyante producción ofensiva que encabeza la catalana. España, con el pleno de puntos y más goles que nunca, cabalga por Suiza.

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