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Destruir el Estado, su pueblo y falsear sus creencias e historia

Asistimos a unos de los momentos más delicados de nuestra historia reciente.

Muerte del Estado y de su pueblo

El gobierno nacional, conducido por Javier Milei, busca destruir al Estado y con él, a parte de sus habitantes. A estos últimos no les garantiza jubilaciones justas; se les priva de acceso a una vida digna, con imposibilidad de tener una vivienda, a lograr una calidad de salud y en ello, de contar con los alimentos y medicamentos necesarios; se complica contar con adecuados servicios básicos, como al agua, gas y energía eléctrica, por costos excesivos dolarizados, sin subsidios sociales pertinentes; se festeja desemplear, aumenta la pobreza y la indigencia; se hace sufrir o mata por goteo a niños, enfermos, discapacitados y mayores adultos y no se reconocen derechos elementales.

Mientras, el gobierno se ocupa en enfrentar a las víctimas entre sí, haciendo creer que la «justicia social» es la causa de todos los problemas.

Afirmaciones religiosas mentirosas

Funda su postura Milei en la ética judeo–cristiana según su interpretación tramposa. En su discurso del 05/07/2025, en la provincia de Chaco, Argentina, en el acto de apertura del “Portal del Cielo”, el nuevo templo de la Iglesia Cristiana Internacional, afirmó que la justicia social es un «virus» que llena de envidia a las personas. Y agregó, que ello implica un pecado capital, que viola los preceptos bíblicos, de “no robar”, “ni codiciar los bienes ajenos”, preceptos éstos 7 y 10 de los mandamientos que, según la tradición bíblica, Dios entregó a Moisés en el Monte Sinaí. Estos mandamientos son la base del código moral y legal del judaísmo y en ellos se funda también el cristianismo.

La interpretación mentirosa del presidente, no tuvo en cuenta que la religión judía, que él dice profesar, según la Torá, (compilación de los primeros cinco libros de la Biblia hebrea), llamado Pentateuco, considerado sagrado para el judaísmo y el cristianismo, manda que cada siete años, durante el “Año Sabático”, también conocido como Shemitá, se cancelaban las deudas entre judíos y liberaban a los deudores esclavizados, (Éx. 21:2-6; cf. Dt. 15:12-18).

Aún más, después de siete años sabáticos (49 años) se daba el “Año del Jubileo” que, a de los beneficios de los años sabáticos, además, incluía la restitución de la tierra a sus dueños originales despojadas por deudas, (Lv. 25:13, 28 y 35–55).

Los años sabáticos y jubilares bíblicos buscaban evitar la acumulación de riqueza, la desigualdad y aliviar la pobreza, en definitiva, significaba “justicia social”.

Ese objetivo de la Justicia Social de las creencias judeo-cristianas está también como mandato, en la Const. Nac. (arts. 14 bis y 75 inc. 19), que Milei, al asumir como Presidente, juró por Dios respetar y hacer respetar.

Banalizar la historia patria

También, el accionar neoliberal ha desnaturalizado la historia patria.

Así, al cumplirse los 200 años de la declaración de nuestra independencia el 9 de julio de 2016, el entonces presidente Mauricio Macri, frente al rey Juan Carlos de Borbón, invitado al acto en Tucumán dijo: “nuestros patriotas en ese momento. Claramente deberían tener angustia de tomar la decisión, querido Rey, de separarse de España”. La interpretación del presidente fue mentirosa, en el acta de la independencia, de ninguna manera se habla de sufrimiento de los patriotas al declarar la independencia. Por el contrario, se sostuvo expresamente en ella, que «Era universal, constante y decidido el clamor del territorio por su emancipación solemne del poder despótico de los reyes de España” y, enfáticamente, se agregó: “que es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli”.

Macri, en la ocasión, además, como un símbolo de la disculpa pedida a la monarquía, le otorgó al rey de España Felipe VI, descendiente directo de Fernando VII, la máxima condecoración del país, como es el «Collar de la Orden del Libertador San Martín», (joya muy valiosa).

Ahora, Milei, en el 9 de julio de 2025, no participó en ningún acto conmemorativo de la declaración de la Independencia y sólo salió en un programa de televisión con el periodista Majul sin escarapela, pero luciendo un logo de un banco en su campera.

Mientras tanto, se organizó en la Casa Rosada, un “homenaje” al ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger y su trabajo, sin tener en cuenta, que uno de los héroes fundamentales del proceso de la independencia fue Manuel Belgrano, y entre las cosas destruidas por Sturzenegger, ha sido disolver al Instituto Nacional Belgraniano, (Decreto 346/2025).

Córdoba, lugar del impulso emancipador Sanmartiniano 

Atento lo antes mencionado, resulta fundamental rescatar nuestra verdadera historia.

Así, en la Ciudad de Córdoba, durante los días 20, 21 y 22 de Julio de 1816, en la esquina de 25 de mayo y Alvear, fue el sitio en el que se emplazaba el Solar Histórico, donde se reunieron el Gobernador Intendente de Cuyo José de San Martín y Juan Martín de Pueyrredón, Director Supremo de las Provincias Unidas del Sur, designado en el Congreso de Tucumán de 1816. El encuentro en Córdoba fue un momento clave en la lucha por la independencia americana, ya que permitió a San Martín obtener el apoyo necesario para llevar a cabo su plan de campaña y liberar a Chile y Perú del dominio español.

Diez días después, el 1° de agosto nació el Ejército de Los Andes y San Martín fue ascendido a general en jefe.

El edificio del encuentro fue demolido en 1957. En dicho lugar, en el Centro de la ciudad, de particular trascendencia histórica, solo hay una placa en lo alto, colocada en 1968, poco visible, que dice textualmente: “En este solar durante los días 20 – 21 y 22 de Julio de 1816 se reunieron los generales Juan Martín de Pueyrredón y José de San Martín para gestar la campaña de Los Andes”.

Al actual intendente Daniel Passerini, a principios del año 2024, le trasmití mi inquietud de poner una referencia en el lugar que resalte su valor histórico. Lo cual le pareció interesante al intendente. Luego de muchas dilaciones, pudimos reunirnos con él, a principio de este año 2025, en representación de la “Asociación Cultural Sanmartiniana de Córdoba”, su presidente Jorge Jofré y yo, vocal del Consejo Directivo de la institución. Allí se acordó, trabajar el tema, pero la municipalidad no ha avanzado en ello. Por el momento, atento lo desarrollado y lo pronto de la fecha de conmemoración del fallecimiento de San Martín, el próximo 17 de agosto, por lo menos, en el lugar y de manera visible, se debería poner una chapa descriptiva, como las azules que se colocan al referir un lugar de importancia histórica en el centro de la ciudad.

Después se verá de hacer, como corresponde, una alegoría adecuada. Por lo menos, el próximo 17 de agosto, sería importante contar con la referencia histórica debida en el centro de nuestra ciudad.

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