Carolina Marín (Huelva, 1993) se rompió una rodilla por tercera vez en las semifinales de París 2024 y, con ese chasquido, también se quebró el corazón de los españoles. Quizá, para su desgracia, no haya una imagen más icónica y recordada en España de esos Juegos Olímpicos como la suya, rota cuando ya acariciaba su segunda final olímpica. Casi un año después, Carolina exhibe la madurez mental que le ha llevado a ser una de las mejores deportistas de este país, en una disciplina, el bádminton, en la que nadie había reparado antes de su aparición, hace ya más de una década.
Ahora, la onubense es una deportista que apura, «sin pausa pero sin prisa», la recuperación de su rodilla, con la mirada puesta en un ‘last dance’ en el Campeonato de Europa del año que viene, que se disputará en abril en su Huelva natal, en el pabellón que lleva su nombre. Conversa con EL PERIÓDICO sobre este proceso en un encuentro con medios en el Madrid Sports Summit celebrado hace unas semanas.
¿Cómo se encuentra, física y mentalmente?
Recuperándome, pero estoy muy bien. Mi rodilla sigue aguantando y eso es lo más importante. Después de tres lesiones de rodilla tan graves, te replanteas muchas cosas. La principal, que la salud está por delante de cualquier otra cosa. He tenido que aceptar cosas que antes me pasaban desapercibidas porque me creía una superheroína que podía con todo. Ahora lo que más me importa es mi salud, mi rodilla. Afortunadamente, sigo haciendo deporte, puedo seguir jugando a bádminton, pero soy muy consciente de lo que hay y, ahora más que nunca, escucho a mi cuerpo. Si tengo que parar, paro. Y si llega un momento en el que mi rodilla dice «hasta aquí», pues ya está, no me quedaré con la espina de no haberlo intentado.
Si llega un momento en el que mi rodilla dice «hasta aquí», pues ya está, no me quedaré con la espina de no haberlo intentado
Carolina Marín
— Jugadora de bádminton
¿El objetivo es despedirse en Huelva con una nueva medalla europea?
Lo que quería conseguir era esa medalla de oro en el Campeonato de Europa del año que viene, pero para mí ahora eso es algo totalmente secundario. Y es un proceso que he tenido que trabajar mucho, sobre todo por la mentalidad que yo tengo. Cuando yo me preparo para un torneo, es para ganarlo, pero a día de hoy mi mentalidad ha cambiado por las circunstancias en las que estoy. Es lo que más me ha costado aceptar, que para mí ganar, ahora mismo, es poder coger una raqueta de bádminton para entrenar cada día.
Carolina Marín, durante la entrevista. / Xavier Amado
Dudó de que pudiera volver a hacerlo.
Cuando me rompí por tercera vez la rodilla en París, yo no me podía imaginar volviendo a coger una raqueta de bádminton, es que ni se me pasaba por mi cabeza. Afortunadamente, mi cuerpo sigue aguantando, me sigue permitiendo jugar a bádminton, y para mí ya eso es ganar. Yo decía hace unos meses que mi mayor ilusión era ganar el Campeonato de Europa de 2026, pero a día de hoy, sinceramente, he cambiado esa mentalidad. Poder llegar a jugarlo será ganar, queda casi un año y nunca se sabe cuándo tu cuerpo te puede decir hasta aquí. Ganar una medalla sería totalmente secundario, mi mayor felicidad sería poder estar jugando en el Palacio de Deportes que lleva mi nombre.
Mi cuerpo sigue aguantando, me sigue permitiendo jugar a bádminton. Para mí ya eso es ganar. Una medalla es totalmente secundaria
Carolina Marín
— Jugadora de bádminton
¿Calcula que el Campeonato de Europa será el torneo de su regreso?
Sí, seguramente lo sea. No tengo ninguna prisa, me he tomado el tiempo que he necesitado después de los Juegos de París, porque necesitaba una pausa, un descanso conmigo misma para reflexionar sobre muchas cosas, para ver si tenía otra vez ganas de jugar a bádminton y sobre todo si me atrevía a hacerlo. Muchas veces se piensa que como ya he superado dos lesiones de rodilla, la tercera va a estar chupado. Y no es así, yo sé por lo que he pasado y no quiero acabar el día de mañana con una prótesis en la rodilla. Escucho muy bien a mi cuerpo, lo estoy intentando y me siento muy orgullosa del proceso. Está siendo muy gratificante.
Después de tres lesiones de rodilla, ¿cómo gestiona el miedo a que le pueda volver a pasar?
Parece que los deportistas somos como robots o superhéroes y somos personas antes que deportistas, que sentimos y parecemos. Muchos días me invaden las inseguridades. Cuando hago ese movimiento con el que me rompí, pues de vez en cuando me viene algún pensamiento. Pero me enfoco en que me siento muy afortunada de que mi cuerpo me siga respetando y dándome la oportunidad de seguir cogiendo una raqueta de bádminton y en la seguridad de que lo estoy haciendo porque me gusta, ese es el trabajo mental que más llevo a cabo. Si llega un momento en el que durante dos o tres días seguidos no hay disfrute, entonces me lo plantearé y diré, «pues hasta aquí hemos llegado». No voy a hacer esto por obligación, no concibo hacer eso.
Carolina Marín, tras su lesión en semifinales de París 2024. / EP
¿Estaría haciendo todo esto si no hubiera tenido ese objetivo tan especial de vivir un Campeonato de Europa en Huelva?
No, no lo habría hecho, quizá ya estaría retirada. En condiciones normales, mi objetivo era retirarme en el Campeonato del Mundo de este verano en París. Pero no sé qué habría pasado, porque cuando una le dedica tanto tiempo a un deporte durante tantos años, si no tienes un objetivo, una ambición por algo y una motivación, es muy difícil volver a intentarlo por tercera vez. Para mí un objetivo, una ilusión muy grande, es poder estar en ese campeonato. Si el Campeonato de Europa no se hubiera celebrado en España seguramente me lo hubiera planteado mucho y a lo mejor ya habría dicho pues «hasta aquí he llegado».
Si el Campeonato de Europa no se hubiera celebrado en España seguramente habría dicho «hasta aquí he llegado»
Carolina Marín
— Jugadora de bádminton
¿Le dolió más perder una medalla que tenía prácticamente en la mano o el miedo al futuro?
No fue tanto el perder una medalla que tenía en mis manos, como la rabia de no poderme dar la oportunidad de luchar por el gran sueño que tenía, que era conseguir un segundo oro olímpico. Con el tiempo me he dado cuenta de que no me ha parado nadie, que no me ha parado una rival, sino que me ha parado una circunstancia externa a todo eso, como es una lesión. Yo siempre intento buscar lo positivo dentro de una situación negativa o poco positiva.
Inauguración del mural de Carolina Marín en el Palacio de Deportes de Huelva. / AYUNTAMIENTO DE HUELVA
Con su palmarés, ¿le queda alguna espina clavada?
La única espinita clavada que se me quedaría, pero que ahora mismo ya la tengo quitada totalmente, habría sido no haber intentado estar en el Campeonato de Europa del año que viene. Quien no arriesga no gana y yo estoy arriesgando mucho mi salud y mi rodilla, pero como digo, quiero intentar estar en ese Campeonato de Europa, a día de hoy lo estoy intentando. Esa espinita clavada ya la tengo más que quitada.
Suscríbete para seguir leyendo