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El Atlético se reconcilia consigo mismo goleando al Rayo

Se debate estas semanas el Atlético de Madrid entre la tentación de dejarse llevar en el tramo final de una Liga que, para su desgracia, ya ni le va ni le viene y la necesidad de mantener un ritmo competitivo constante que le permita alcanzar el Mundial de Clubes con garantías. Venían los rojiblancos de escuchar más al demonio que al ángel, fuera cual fuera el resultado final de cada partido, y por fin este jueves contra el Rayo armó una goleada convincente que le reconcilia consigo mismo.

Sorloth, Gallagher y Julián Álvarez firmaron una cómoda victoria en el derbi madrileño que se jugó el Metropolitano. Contribuyó Oblak con un par de grandes paradas, sí, pero la actuación de su portero no resta méritos a un Atlético convincente que se atornilla en la tercera plaza: a falta de 15 puntos por jugarse, seis le separan del Real Madrid por arriba y del Athletic por debajo. El Rayo ve ahora a tres puntos su sueño europeo.

Los mensajes de Simeone

Simeone no deja muchos titulares en sus ruedas de prensa, pero sí lanza muchos mensajes. Y en sus últimas comparecencias venía remarcando la necesidad que sus jugadores, los actuales y los que vengan en verano, actúen siempre con necesidad. Un discurso que, ahora que LaLiga se agota sin objetivos para los colchoneros, suena a aviso a navegantes: quien quiera seguir aquí la próxima temporada, que lo demuestre.

Se diría que, a simple vista, el mensaje del técnico caló en sus jugadores. Así se explica, en parte, que el Atlético se adelantara en el marcador a los dos minutos. La otra parte que lo explica es el estado de gracia de un Giuliano que no deja de crecer y que se sacó de su bota derecha un centro extraordinario para que Sorloth cabeceara en el segundo palo.

Griezmann, de nuevo suplente

Porque, sí, el tótem noruego volvió a ser titular en detrimento de un Griezmann cuya continuidad parece encarrilada, pese a las tentaciones procedentes de esos Estados Unidos que tanto le fascinan. Seguramente, a ambos les convenga momentáneamente ese intercambio de roles (el francés entró por su compañero a la hora de partido). Desde luego lo hace a un Sorloth que fue un imán de balones en toda la primera mitad.

Cierto es que el ariete fue perdiendo eficacia con el paso de los minutos, tras gozar de otras dos ocasiones clarísimas en los ocho primeros minutos. Pero sirvió su primera mitad para darle un Atlético una boya sobre la que construir un dominio que solo tembló cerca de la media hora, cuando Oblak intervino para detener un lanzamiento de Isi desde el área.

Superado el susto, el Atlético siguió a su faena y encontró el segundo gol cuando el descanso era casi un hecho. Esta vez, el tanto llegó a través de un centro frontal cuyo destinatario ideal parecía ser, cómo no, Sorloth. Ocurrió que Gallagher se interpuso en la comba del balón y armó un cabezazo sorpresivo que batió a un vendido Batalla.

Julián culmina la goleada

Isi, el mejor jugador del Rayo (este jueves y, con permiso del portero argentino, también en general) fue el único que parecía capaz de rebelarse frente a la derrota. Lo intentó con un gran cabezazo, encontrando una portentosa respuesta de Oblak que dejó en anécdota el mal marcaje defensivo de Barrios.

Un despiste puntual en el contexto de un partido controlado por completo para el Atlético que transformó la victoria en goleada a falta de un cuarto de hora. Julián Álvarez fue el autor y Griezmann el asistente, un pase de gol que el francés necesitaba para, como todo su equipo, reconciliarse consigo mismo.

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