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La depresión podría multiplicarse en un mundo con escasa luz natural

Muchos residentes urbanos pasan aproximadamente la mitad de su día por debajo de los 25 lux, en una «vida en oscuridad biológica». Esta tendencia podría multiplicar los síntomas de la depresión, en un efecto no deseado de la urbanización extrema, que hasta el momento ha pasado casi inadvertido.

En un mundo cada vez más urbanizado, donde oficinas, escuelas y hogares están mal iluminados y gran parte del día transcurre bajo luz artificial tenue, la depresión podría volverse más frecuente y profunda. Esa es la principal conclusión de una reciente investigación científica realizada por expertos del hospital universitario Charité, en Berlín, Alemania.

El nuevo estudio, publicado en Journal of Psychiatric Research, sugiere que la exposición habitual a niveles bajos de luz natural, semejantes a los de interiores pobres en iluminación, puede desencadenar cambios biológicos y conductuales que se asocian con un mayor riesgo de trastornos del estado de ánimo.

La baja exposición a la luz diurna dispara marcadores asociados a la depresión

La investigación comparó dos grupos de adultos jóvenes sanos expuestos durante varias mañanas a luz de diferentes intensidades. Un grupo permaneció bajo luz tenue (55 lux), semejante a la que se encuentra en interiores mal iluminados, mientras que otro estuvo bajo luz más intensa (800 lux), similar a la de una ventana amplia o luz diurna difundida, según informa un artículo publicado en Medical Xpress.

Los resultados revelan que quienes experimentaron luz tenue por las mañanas mostraron alteraciones significativas en marcadores asociados a la depresión. Entre estos efectos, se observó un aumento sostenido de cortisol, la hormona del estrés, durante la tarde y la noche.

También se detectaron cambios en la arquitectura del sueño, con menos sueño profundo en las primeras horas de la noche y un retraso en las fases reparadoras del descanso. Estos patrones hormonales y de sueño son característicos de cuadros depresivos clínicamente diagnosticados.

Referencia

Living in biological darkness III: Effects of low-level pre-midday lighting on markers of depression in healthy subjects. Jan de Zeeuw et al. Journal of Psychiatric Research (2026). DOI:https://dx.doi.org/10.1016/j.jpsychires.2025.11.008

Vivir en “oscuridad biológica”: cómo la falta de luz natural eleva el riesgo de depresión

Además, los participantes en el grupo de luz tenue reportaron mayores sensaciones de tristeza y somnolencia subjetiva conforme avanzaba la semana del experimento, aunque no desarrollaron depresión clínica durante ese breve periodo. Los investigadores interpretan estos efectos como señales tempranas de vulnerabilidad al trastorno depresivo, un “anticipo» biológico que podría, con el tiempo y la repetición, aumentar el riesgo de aparición de síntomas más graves.

Según datos previos, muchas personas que viven en áreas urbanas pasan gran parte de su día con niveles de luz inferiores a 100 lux, muy lejos de los 10.000 a 25.000 lux que ofrece la luz natural en exteriores, una situación que los investigadores han denominado «vivir en oscuridad biológica».

Otros estudios anteriores basados en muestras amplias han mostrado que pasar más tiempo en ambientes con luz brillante y regular se asocia con menores niveles de síntomas depresivos y patrones de sueño más estables, factores centrales en la regulación del estado de ánimo.

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