«Un hombre mayor, con el pelo blanco, me ha hecho daño. Cuando he salido del cole, me ha seguido hasta la parada del autobús, me ha puesto contra la pared y me ha tocado«. Ocurrió a plena luz del día, en la puerta de un colegio del distrito madrileño de Puente de Vallecas. Una niña de 12 años salió del centro escolar el pasado 16 de octubre, a las dos y media de la tarde, se despidió de sus compañeras y se dirigió, como cada día, a una parada de autobús próxima para ir a casa.
Durante el trayecto, unos pocos metros, la menor se dio cuenta de que un hombre que llevaba «la cara tapada con una mascarilla quirúrgica» la seguía, caminando cada vez más cerca de ella. Al llegar a la altura de la marquesina, el hombre se «abalanzó» sobre ella y la agredió sexualmente, según la denuncia presentada por la madre de la menor ante la Policia Nacional, a la que ha accedido el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica.
«Me agarró de las muñecas»
«No había nadie en la parada, vi que estaba sola. Se me acercó y me cogió de los hombros. Me agarró de las muñecas, me sujetó muy fuerte y me puso contra la pared y empezó a tocarme por la zona del pecho, por encima de la ropa», contó la niña a su madre y a la Policía.
Según la denuncia, la menor «consiguió zafarse y escapó corriendo por la calle, sin mirar atrás, ante el susto y el temor de que el hombre la estuviera siguiendo». La niña llegó a casa con «rojeces en ambas muñecas», según explicó su madre. La niña le contó lo que le había ocurrido y ambas acudieron rápidamente a la comisaría.
Paralizada, temblando
La niña describió a su agresor a los policías: un «hombre mayor, no muy alto, robusto, con el pelo canoso, gafas de ver transparentes, mascarilla quirurgica en la cara y vestido con camiseta verde y pantalón negro». Su madre añadió que, durante la agresión sexual, el individuo no habló con su hija, pero apuntó a la posibilidad de que fuera español, por sus rasgos físicos.
Los agentes mostraron a la menor fotografías de varios delincuentes, con antecedentes por hechos similares y de aspecto similar al descrito por la niña. Sin dudar, la cría «señaló» una de las imágenes del fichero policial, reconociendo la cara de su agresor.
Cuando los agentes le enseñaron una foto del hombre de cuerpo entero, la niña «quedó paralizada, empezó a temblar y se refugió en su madre». El hombre señalado por la cría es conocido de la Policía porque ya había protagonizado al menos tres incidentes similares en la zona con otras niñas. También con mujeres jóvenes.
Vive a 400 metros del colegio
Se trata de un hombre de 58 años, español, casado y que vive a solo cuatrocientos metros del colegio de la menor de 12 años a la que presuntamente agredió sexualmente. Cuando los agentes de la Comisaría de Puente de Vallecas lo detuvieron el pasado 22 de octubre se acogió a su derecho de no declarar y se negó a facilitar una muestra de ADN.
Según ha sabido este medio, el titular del juzgado de violencia sobre la mujer 4 de Madrid lo envió a prisión, ante la contundencia de las pruebas y el riesgo de que reincida.
La Policía comprobó que se trataba del mismo hombre que habían detenido el 19 de octubre, solo tres días después de agredir sexualmente a la niña, por bajarse el pantalón y los calzoncillos y masturbarse delante de dos menores, de 15 y 16 años, que estaban solas en la calle. Él las abordó entre dos furgonetas aparcadas, mientras les repetía: «¿Queréis comer esto?».
«Me mira fijamente»
Al detenido le constan otros dos episodios por hechos similares, ocurridos en 2023 y 2024, según ha sabido este medio. El verano pasado, una mujer de 32 años lo grabó en vídeo y lo denunció, cansada de que encontrárselo en la calle y de que se masturbara mientras la observaba.
El 22 de marzo de 2023, una joven de 22 años llamó a la policía para alertar de que «un hombre se está masturbando en la calle mientras me mira fijamente«. Los agentes acudieron al lugar e identificaron al tipo, pero la chica decidió finalmente no denunciar los hechos.
Con el presunto agresor en la cárcel, la niña a la que atacó ha necesitado asistencia psicológica, ya que no es capaz de volver del colegio sola, ha dejado de ir en autobús, como hacía cada día, por el miedo que le ha provocado lo ocurrido. Tiene pesadillas y problemas para dormir y no soporta estar sola, ni en la calle ni en su casa. No confía en nadie, salvo en su madre, de la que no se separa.
