Paco Maqueda lleva más de medio siglo trabajando en el mármol, la restauración y las reformas. Ahora, a sus 65 años, ha dado un giro vital: invierte en inmuebles rurales y asume que su jubilación dependerá del régimen de autónomos, con sus límites y desafíos para obtener una pensión digna.
De joven marmolista a restaurador y reformista
Paco Maqueda empezó a trabajar con tan solo 14 años en el taller de mármol de su padre en Villaverde (Madrid), tal y como explicó en su participación en el pódcast Sector Oficios Podcast.
Cargaba tableros, ayudaba a pulir encimeras y modelos de lavabo, todo manualmente, en una época en la que el mármol natural era un signo de lujo.
Tras 34 años en el negocio familiar, decidió diversificar: creó su propia empresa de reformas, gestionó un call-center de mantenimiento, participó en una gran compañía dedicada a la restauración de iglesias y expuso en su tienda de cocinas en la zona de Moncloa.
Hoy, con 65 años, no planea retirarse. Ha comprado varias casas en Sacedón, un pueblo con encanto junto al embalse de Entrepeñas, con la idea de rehabilitarlas para su familia y para el turismo vacacional. «Empiezo a vivir otra vez», asegura. Su proyecto es combinar su experiencia como reformista con una nueva vida rural.
Realidad de la jubilación para autónomos en España
El caso de Paco pone de manifiesto una cuestión clave para muchos emprendedores: la jubilación bajo el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). En 2025, la normativa exige al menos 15 años cotizados para acceder a una pensión contributiva.
Pero, si se ha cotizado solo ese mínimo, se cobra solo el 50% de la base reguladora, lo que puede traducirse en una pensión bastante reducida.
Además, para lograr una pensión completa (el 100%), el autónomo necesita haber cotizado 38 años y 3 meses y tener, al menos, 65 años cumplidos; o bien, cotizar 36,5 años y esperar hasta los 66 años y 6 meses.
En el caso de quienes cotizan por la base mínima (que muchos autónomos eligen), su pensión mínima en 2025 se sitúa en 12.241,60 euros/año si no tienen cónyuge a cargo, o 15.786,40 euros/año si sí lo tienen.
¿Qué implica para Paco y otros profesionales?
- Un largo recorrido laboral no garantiza una pensión alta. Aunque Paco lleva más de 50 años trabajando, si sus cotizaciones fueron bajas o irregulares, su pensión podría quedarse lejos de lo que espera para vivir con tranquilidad.
- Complementos a mínimos. Muchos autónomos reciben complementos para alcanzar la pensión mínima cuando su cotización ha sido modesta.
- Cotización y cuotas en el futuro. Además, las cuotas para autónomos están en discusión: el Gobierno ha propuesto aumentar la cotización en 2026 en función de los ingresos reales. Esto podría afectar tanto a cotizantes actuales como a quienes se preparan para su jubilación.
En conclusión, la historia de Paco Maqueda ejemplifica las alegrías y retos de una vida de trabajo constante: ha convertido su oficio en legado, pero también refleja las dificultades para lograr una pensión generosa cuando se cotiza bajo el régimen de autónomos.
Su ambición de «empezar a vivir de nuevo» con 65 años está acompañada de un análisis profundo sobre el sistema de pensiones que muchos emprendedores deben afrontar.
