En tiempos de quitas y carencias, enfermarse en Argentina no es una situación que permita superar el trance con algún grado de certidumbre sobre cómo conseguir tratamientos y medicamentos.
Sin pretender ignorar las denuncias sobre desmanejos que, en materia de subsidios para discapacitados, se han producido en nuestro país, es importante decir que se aprobó la ley de emergencia en discapacidad en Argentina, que el Congreso confirmó al rechazar el veto presidencial. La ley estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2026 y tiene como objetivo fortalecer el financiamiento y la continuidad de las prestaciones para personas con discapacidad.
En el caso particular que hoy nos compete, la de Daniel es una historia más de una persona que sufre una discapacidad, en este caso producto de un accidente cerebrovascular, y que se queda sin cobertura médica. Su hermana Laura ha iniciado un peregrinar para tratar de revertir esta situación.
Insensibles y brorocráticas argumentaciones
En declaraciones a Canal 10 y el streaming de SRT Media, Laura Salde describió la situación de su hermano al relatar que “los primeros días de septiembre, como todos los meses, presentamos todos los pedidos de pañales, remedios, insumos y nos dijeron que le habían sacado la obra social porque ellos aluden que tenemos dos obras sociales porque tenemos un URG Urgencias.”
Foto: captura de pantalla de Canal 10
La mujer destacó que URG Urgencias “no es una obra social, es un servicio de emergencias; entonces, cuando me pidieron los papeles, URG Urgencias me hizo un papel especificando que el servicio que ellos prestan es de emergencias y que yo también”, porque también decían—como queriendo decir—que yo lo pagaba y que no es barato, pero me lo paga mi hija Yamile Maidana. “Entonces yo empecé a recurrir, hice todos los papeles, me dijeron que iban a demorar 20 días y esto fue el 12 de septiembre y hasta ahora no tengo respuesta.”
Foto: captura de pantalla de Canal 10
Laura no tiene respuesta y Daniel no tiene atención médica, por lo que ella describió su situación al explicar que “mi hermano es electrodependiente; los alimentos me han donado algo, vivo de las donaciones de la gente, de pañales, medicamentos, insumos. El tema es que él no tiene servicio médico ni nada porque se lo sacaron hace tres años. Se lo sacó la obra social.”
Le consultamos sobre el origen de la obra social y nos detalló que “es una obra social, es una prestación médica; según dicen, es de la Nación y la maneja la provincia. Se llama Incluir Salud, que es de los discapacitados”, contó, y señaló que desde Incluir Salud “esto ha ido a ANDIS (Agencia Nacional de Discapacidad) de Buenos Aires; ellos me dijeron que iba a demorar 20 días como mucho y hasta ahora no tengo respuesta. Convengamos que ANDIS de Buenos Aires está intervenida, es todo un desastre allá; entonces, más que todo, lo que me preocupa a mí es el tema: él tiene cuidador, viene ahora a las 10 de la mañana, tiene siete horas de cuidador.”
Es importante destacar que el paciente no recibe la atención que debiera tener y su salud desmejora. Respecto de lo que su hermana nos manifestó: “más que todo, los medicamentos, los pañales; entonces yo estoy viviendo de las donaciones de la gente y de los medicamentos y los insumos.”
Foto: captura de pantalla de Canal 10
Luego, Daniel, un vecino que ayuda a Laura y a su hermano, comentó que “hacemos lo que podemos y bueno, pero se le complica mucho la vida a ella, está sola. Le ayudamos con lo que se puede, le damos la mano que podemos. La hija le ayuda bastante también, pero no puede ser; tiene que haber un poquito más de atención de la (3:06) gente de arriba, del gobierno, de la gente que corresponde.”
Foto: Laura Salde
Todos podemos ayudar
Luego Laura dio un teléfono de contacto donde la gente puede ayudar o acercar pañales u otros insumos: 351-331-77-79. Aclaró que “la única persona que me está ayudando, que me viene a dar una mano con mi hermano porque llega un horario en que el cuidador no está, es mi hija Yamile Maidana; ella nos da una mano, cuando sale de trabajar se viene para acá, porque yo sola no puedo. Él ha engordado, está postrado, estoy recibiendo donaciones, pero la gente tiene un límite. Tiene que ayudar el gobierno, porque los pañales están caros; yo soy jubilada con la mínima, él tiene una pensión por discapacidad.”
Allí quedaron Laura y Daniel: la gente los ayuda, pero ese teléfono debería sonar con una llamada que llegue desde el gobierno o desde Incluir Salud, desde esta obra social que tiene implicancia nacional pero que, al parecer, tiene cierta administración aquí en la provincia. Ese es el llamado que tendría que llegar a Laura para ayudar a su hermano Daniel, hoy postrado por un ACV y sin la atención médica que necesita.
