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El Córdoba CF y la clave de su metamorfosis: afianzarse en las áreas

El Córdoba CF ha dado un paso al frente. Lo que hace apenas un mes parecía un equipo a la deriva, ha mutado en un bloque competitivo, sólido y en pleno crecimiento. La clave de ese viraje no hay que buscarla en fórmulas secretas ni revoluciones tácticas, sino en algo tan elemental como eficaz: afianzar su dominio de las áreas. En apenas cinco jornadas, el conjunto de Iván Ania ha equilibrado sus líneas, ha reducido los errores atrás y ha recuperado el olfato de cara a puerta. El resultado: seis semanas consecutivas puntuando y un ascenso de la penúltima plaza a la frontera del play off, con diez de los últimos 12 puntos en el zurrón.

La solidez como base

El cambio empieza en la retaguardia. Entre la sexta y la undécima jornada, los blanquiverdes solo han encajado cinco goles, prácticamente la mitad de los nueve recibidos entre las cinco primeras fechas. Esa contención defensiva ha sido el cimiento sobre el que Ania ha levantado una versión mucho más reconocible. Con la pareja Rubén Alves-Fomeyem como eje y el rendimiento al alza de hombres como Carlos Isaac o Albarrán, el equipo ha ganado consistencia, seguridad y fiabilidad. Ya no se descompone, ya no concede tanto. Y en una categoría tan igualada como Segunda, eso lo cambia todo.

Pero la transformación no se entiende solo desde atrás. En el otro extremo del campo, el Córdoba CF también ha encontrado la mejor arma, a la que ahora debería recurrir con más asiduidad: la eficacia. Nueve goles en los últimos cinco partidos -por los cuatro que sumó en los cinco primeros- reflejan un salto cualitativo evidente. La confianza de Fuentes, el regreso de la inspiración de Jacobo González y la irrupción de Dalisson de Almeida, tanto en el juego como en el balón parado, han devuelto la pegada a un equipo que por momentos parecía desconectado del gol hasta tan solo algunas semanas.

Un patrón con Ania

Eso sí, el crecimiento progresivo del bloque blanquiverde no sorprende a quienes ya conocen la hoja de ruta de Iván Ania. El técnico asturiano repite tendencia: un inicio dubitativo seguido de una escalada constante conforme el bloque asimila su idea. Así ocurrió la hace dos campañas en Primera Federación, aquella que culminó con el ascenso. Entonces, tras once jornadas, los blanquiverdes sumaban 19 puntos -solo tres más que ahora- y se situaban en la cuarta posición, nueve por encima del descenso y a siete del liderato.

La comparación con el curso pasado, ya en la categoría de plata, refuerza aún más la sensación de avance. A estas alturas de la 2025-2026, el Córdoba CF presenta 16 puntos, cuatro más que los 12 que acumulaba tras once jornadas en la temporada anterior. Entonces era decimoséptimo, a solo dos puntos del descenso y a seis del play off. Hoy, el panorama es muy distinto: cinco por encima del peligro, a tres del ascenso directo y seis del liderato, en plena zona media-alta de la tabla.

El giro competitivo del Córdoba CF es, a grandes rasgos, el reflejo de un equipo que ha aprendido a sufrir, a competir y a ser eficaz. El equilibrio entre defensa y ataque, la confianza en el plan de Ania y la estabilidad en el once titular han tejido una versión más madura y consistente. Y es que en un campeonato tan cambiante como Segunda, la regularidad vale oro. Y ahora mismo, los califas podrían haber encontrado el camino hacia la mina.

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