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Benedict Cumberbatch se sincera en el Festival de Sitges: «Busco proyectos que me dé miedo hacer»

Benedict Cumberbatch hay uno y muchos, de ahí la diversidad generacional y de género, seguramente también de personalidades, en la muchedumbre que lo esperaba este lunes en la alfombra roja de Sitges. Está el actor de formación clásica curtido en montajes de Shakespeare y premiado con el Laurence Olivier por su doble papel (doctor y criatura) en ‘Frankenstein’ en 2011. Está el último gran Sherlock Holmes televisivo, modernización carismática del detective de Baker Street que le valió el Emmy en 2014. Está el protagonista de películas con pátina prestigiosa, aptas para los Oscar, como ‘The imitation game (Descifrando Enigma)’ o ‘El poder del perro’; por el Alan Turing de la primera y el hosco vaquero de la segunda optó a la preciada estatuilla. Y está la presencia carismática en franquicias de fantasía y ciencia ficción como ‘El Señor de los Anillos’, ‘Star Trek’ o el Universo Cinematográfico de Marvel, proyectos que justifican especialmente la Máquina del Temps que el actor ha recogido en el festival

El actor Benedict Cumberbatch en el Festival de Sitges, este lunes, con el director de ‘Esa cosa con alas’, Dylan Southern. / EPC

Como muchos de sus colegas de profesión británicos, Cumberbatch sabe hacerlo todo y ya lo ha hecho todo, o casi. «Me falta un musical«, recuerda en entrevista con El Periódico. «Pero sí, trato de mantener la inquietud y de divertirme. Incluso de buscar cosas que me dé miedo hacer. En el horizonte tengo un poco de todo, desde otra película de Marvel [probablemente la tercera entrega de ‘Doctor Strange’, que podría llegar en 2027] hasta toda clase de proyectos teatrales. Ojalá mis trabajos más grandes sirvan para dar visibilidad a los más modestos, a esos proyectos de cine independiente que han de competir con todo el ruido del marketing». 

El actor Benedict Cumberbatch en el Festival de Sitges, este lunes. / EPC

El monstruo del duelo

Una de esas películas es la pequeña (pero matadora) ‘Esa cosa con alas’ (Oficial Fantàstic Competición; en salas desde el 31 de octubre), adaptación del director Dylan Southern de la querida novela experimental de Max Porter sobre un escritor (aquí historietista) que lidia con la viudez y la paternidad en solitario creándose mentalmente un cuervo antropomórfico que lo manipula, cuestiona, humilla o defiende, según el momento. Curiosamente, el año pasado Cumberbatch daba vida en la serie ‘Eric’ a un marionetista cuyo sentimiento de pérdida cobraba la forma de un gran monstruo de felpa. «Son simples coincidencias, en realidad», señala el actor. «Olivia Colman acaba de hacer de dos chefs, una en ‘The Bear’ y otra en ‘Los Rose’. Sucede de vez en cuando. Por otro lado, en la película no estamos ante un trastorno de identidad disociativo sino ante una metáfora de muchas cosas; por ejemplo, de cómo tratar de huir del duelo a través del trabajo puede girarse en tu contra y golpearte en la cara”. 

De hecho, el Cuervo parece algo real también para los hijos, unos brillantes Richard y Henry Boxall que no, no sufrieron ningún trauma rodando la película. «El trauma, el lado traumático de las cosas, es dirigir en solo seis semanas un proyecto que has tardado una década en levantar», dice Cumberbatch mirando a Southern, sentado a su lado. «Cuidamos a esos jóvenes actores como a las personitas de siete años que también tenemos en casa. De hecho, por quienes debíamos preocuparnos era por nosotros, porque a veces les daba por morder, o lanzar cosas, o querer marcharse del ‘set’. Son chicos de siete años y la misión era acorralarlos y esperar a que nos dieran lo inesperado».

Por suerte para los niños, Cumberbatch no optó, como en ‘El poder del perro’, por seguir el método de Stanislavski y no salirse del rol en ningún momento. «Escojo y diseño la metodología, en lugar de simplemente seguir el Método, dependiendo del proyecto y lo que es más apropiado para el entorno y la gente que me rodea. En el caso de ‘El poder de perro’, estábamos en la Montana de 1925, algo absolutamente alejado de mi experiencia a todos los niveles; debía ser ese personaje todo el día para sentirme cómodo. En este caso sabía en qué entorno me movía. Sé lo que significa ser un tipo de clase media con un piso en Londres. El principal trabajo fue indagar en cómo había sido mi relación con una mujer que está ausente de la película. ¿Cómo se conocieron? ¿Cómo éramos como padres? ¿Cómo colaborábamos como padres? ¿Cómo tratábamos de buscar un equilibrio entre la vida y el trabajo, algo que tanto nos cuesta a todos? Tenía que absorber todo eso, sentir que ella no estaba ahí”. 

El actor Benedict Cumberbatch en el Festival de Sitges, este lunes. / EPC

Cuervo crítico musical

‘Esa cosa con alas’ supone el debut en la ficción de Southern, antes autor de documentales sobre LCD Soundsystem (notable ‘Shut up and play the hits’), Blur (‘No distance left to run’) o la explosión del ‘indie rock’ neoyorquino en la primera década del siglo XXI (‘Nos vemos en el baño’). Por eso no sorprende que la música tenga aquí un papel tan señalado. Incluso sirve al Cuervo para atizar al padre: estar tirado en un sofá llorando con Bonnie ‘Prince’ Billy le parece un cliché de moderno progre. «Esa canción [‘I called you back’] me ha ayudado en momentos difíciles», comenta Southern. «Tuve que pedirle los derechos a Will Oldham y no sabía cómo explicarle que un cuervo gigante iba a ponerla a caldo. Se lo dije, pero él no se negó, nos la cedió amablemente”. 

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