InicioSociedadTriple puerta grande en tarde triunfal y triunfalista en Pozoblanco

Triple puerta grande en tarde triunfal y triunfalista en Pozoblanco

Ficha del festejo

Ganado: Seis toros de Cayetano Muñoz, bien presentados; corrida pareja y de bella lámina. Nobles y con calidad en líneas generales, aunque les ha faltado motor, final y recorrido en la muleta.

David de Miranda, estocada desprendida (dos orejas) y estocada (dos orejas tras aviso)

Pablo Aguado, tres pinchazos, estocada delantera (ovación) y pinchazo y estocada (dos orejas tras aviso)

Marco Pérez, estocada trasera y un descabello (oreja tras dos avisos) y estocada y un descabello (dos orejas tras dos avisos).

Incidencias: Corrida de toros del abono de la Feria del Mercedes de Pozoblanco. Más de media entrada en tarde de agradable temperatura.

Pozoblanco, qué le vamos a hacer, es una plaza torerista. Torerista y triunfalista. Los años de El Soro hicieron mucho daño. Esa tendencia, que ahora es tónica general en todos los cosos de esta categoría: “pueblos grandes buenos”, que dirían los Lozano, es la del orejeo al que se entregan público, cuadrillas y presidencias sin más final que el de un público que salga de la plaza pensando que ha rentabilizado su entrada. La de hoy ha sido una corrida entretenida, en la que ha habido momentos de lucimiento y entrega de los toreros, pero no debería haber sido un festejo de nueve orejas. En fin, que desde hace años ya no luchamos contra molinos de viento, pero es justo reseñar que el festejo ha sido un festival de arrimones, de ‘regolinas’… de un por aquí lo meto y por aquí lo saco que, finalmente, ha resultado bien y que sin sacar la vara de la exigencia, pues ya… ha sido del gusto de un tendido ya demasiado acostumbrado a determinadas retransmisiones de la tele.

La voluntad de los toreros, la calidad de la corrida tanto en presencia como en juego y la puesta en escena ha sido de categoría. Y con ese envoltorio hemos visto a tres diestros con diferentes estilos y momentos que han abierto la puerta grande gracias a su oficio y su buena disposición, aunque ello no nos impida apuntar que las faenas de Miranda y Marco han sido arrimones, largos metrajes y superficialidades varias.

Puerta Grande para los tres toreros en Pozoblanco / Rafael Sánchez

Pablo Aguado ha puesto el contrapunto artístico. Lástima que la nobleza y la buena condición de sus oponentes no haya tenido buenos finales en la muleta. Porque ha faltado algo. Aguado, con su calidad, ha templado, y ha dejado su impronta pero sin llegar a crujir el tendido salvo en compases sueltos en la faena de su segundo, en la que ha habido dos tandas por el derecho y tres o cuatro cambios de mano de calidad. En las dos faenas ha primado el aseo y la composición, pero los que siguen a este torero saben que su fondo y su forma se han quedado en la superficie.

A David de Miranda se le esperaba porque tiene el patio revuelto con su valor. El sustituto de Manzanares, bien acogido, se ha arrimado sin cuento, en la línea que lo ha encumbrado. Sin guardar nada, Miranda ha estado muy bien con sus dos toros, a los que les ha cuajado muletazos por ambos pitones incluso cuando se han parado. El público, que esperaba tal alarde, se ha entregado al onubense y le ha pedido las orejas pese a todo. Las dos del primero han marcado un listón bajo que se ha mantenido.

Puerta Grande para los tres toreros en Pozoblanco / Rafael Sánchez

Marco Pérez también ha cortado tres orejas, ojo, con cuatro avisos. Todo voluntad y despliegue de medios, prima la vibración y la transmisión por encima de la calidad. Pero es normal en un torero que está empezando. Hay que esperarlo porque sus condiciones son excepcionales. Al igual que Miranda, cuando a sus oponentes se les ha gripado el motor, ha puesto él a funcionar la maquinaria de las cercanías, el arrimón y temple. En el sexto le han pedido el rabo. Tras dos avisos, tras un descabello. 

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