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Un engaño, torturas y una venganza narco: qué se sabe por el momento del triple crimen en Florencio Varela

Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Morena Gutiérrez (15), las jóvenes que eran buscadas desde el viernes pasado en La Matanza, fueron brutalmente asesinadas en Florencio Varela. Sus cuerpos fueron hallados descuartizados en un pozo cavado dentro de una casa y los investigadores apuntan a que fueron torturadas por una «venganza» que fue transmitida en redes sociales, en un caso vinculado al mundo del narcotráfico y un ajuste de cuentas.

Las chicas fueron vistas con vida por última vez en la rotonda de la localidad de La Tablada, en avenida Crovara y Monseñor Bufano. Una cámara de seguridad captó el momento en que subieron a una camioneta blanca, que horas después apareció incendiada a siete cuadras de la escena del triple crimen. Se cree que fueron llevadas con engaños a una supuesta fiesta, que resultó ser una trampa mortal.

Quiénes son los cuatro detenidos por el triple asesinato de las chicas desaparecidas en La Matanza

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La hipótesis inicial apunta a un presunto ajuste de cuentas por parte de una banda narco peruana con base operativa en la Villa 1-11-14, en la Ciudad de Buenos Aires. Los primeros datos de las autopsias revelaron que las muertes se realizaron con «sello narco», ya que las víctimas fueron asesinadas una por una y a la menor le amputaron los dedos de una mano, la golpearon y le cortaron un trozo de oreja antes de matarla.

Por el triple crimen, hasta el momento hay ocho demorados en el marco de un allanamiento en la Villa Zavaleta del barrio de Barracas y cuatro detenidos: dos mujeres, de 28 y 19 años, y dos hombres, de 25 y 18 años. Sin embargo, se estima que los más jóvenes serían encubridores y los otros dos -una pareja de nacionalidad peruana- habrían facilitado la vivienda donde se cometieron los asesinatos.

En ese sentido, la teoría apunta a que el autor intelectual del triple femicidio sería un supuesto jefe narco de origen peruano conocido como «Pequeño J» o «Julito», de 23 años, quien habría contratado sicarios para perpetuarlo.

Quiénes eran las víctimas del triple crimen

Brenda del Castillo tenía 20 años y era mamá de un bebé que hace unas semanas había cumplido un año. Vivía junto a su madre, Paula, y sus hermanos menores en la zona de los monoblocks de La Tablada, donde también trabajaba en un Kiosco 24 horas. Era prima de Morena Verdi, que también convivía con su mamá y hermanos, y se ganaba la vida vendiendo ropa y golosinas, entre otros objetos.

Lara Gutiérrez, la adolescente de 15, vivía con su abuela, que la llevaba regularmente al templo evangélico “Cristo la Salvación”. Este miércoles, la casa fue baleada por la ex pareja de otra de las chicas.

Los familiares de las víctimas indicaron en dialogo con la prensa que al parecer ejercían la prostitución y solían ir a la zona del Bajo Flores, lugar en el que la menor presuntamente habría conocido a un miembro de un grupo narco. Se cree que se habría quedado con algo (dinero o drogas) que le pertenecía.

En ese contexto, Antonio, el abuelo de Brenda y Morena, se convirtió en el vocero de las protestas pidiendo justicia por el crimen de las jóvenes. «Las tres chicas son víctimas, la justicia tiene que ser para las tres«, sostuvo.

Mientras la investigación avanza, expresó que «hay cosas que no le cierran» y pidió que el caso pase a la Justicia Federal: «Hay una cordillera que tiene una punta, siempre la van a sacar, pero la parte de abajo no porque hay intereses».

Crimen de Brenda, Morena y Lara: la teoría principal

El fiscal Gastón Dupláa, titular de la UFI N°2 descentralizada de La Matanza, lleva adelante la investigación para esclarecer en qué circunstancias murieron las jóvenes. Según explicó el propio ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, la hipótesis principal sostiene que «fueron invitadas a una fiesta, sin saber que era la trampa de una banda narco que perpetró un plan para asesinarlas por venganza«.

Fuentes del caso manifestaron que supuestamente Lara habría conocido a un integrante de este grupo que tenía su base de operaciones en la Villa 1-11-14, pero que también utilizaba puntos de ventas en diferentes localidades del Conurbano. Supuestamente, iban a encontrarse con un hombre para ir a un bar en Flores y la última imagen que se conoció de ellas fue cuando se subieron a una camioneta Chevrolet Tracker en la rotonda de La Tablada. Más tarde, se supo que el vehículo tenía la patente adulterada.

Un seguimiento realizado con las cámaras del municipio y apoyo de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires permitió corroborar que el rodado cruzó la avenida General Paz. Los investigadores pudieron reconstruir que recorrieron alrededor de 30 kilómetros hasta una casa ubicada en Jáchal y Chañar, en Florencio Varela.

Allí, las víctimas fueron torturadas y asesinadas. Luego, las descuartizaron para colocarlas en un pozo realizado horas antes en el patio de esa vivienda. Las primeras pericias informan que las muertes habrían ocurrido entre las 2 y las 3 de la madrugada de este sábado. Dos horas después, el vehículo fue localizado a siete cuadras del lugar en un descampado, totalmente envuelto en llamas para evitar que se detecten rastros.

Qué dicen las autopsias de las tres chicas

En línea con la teoría que apunta a una «venganza narco», los datos que revelaron las autopsias a los tres cuerpos señalan características de tinte mafioso, especialmente en lo que respecta al cuerpo de la menor de edad.

A Lara le amputaron todos los dedos de la mano izquierda y un pedazo de oreja antes de asesinarla. También tenía un corte en el cuello, a la altura de la arteria carótida, y presentaba múltiples quemaduras, aparentemente provocadas con cigarrillos.

Por su parte, a Brenda le dieron puntazos en el cuello para torturarla, la golpearon en el rostro y sufrió una fractura de cráneo y un aplastamiento macizo facial. Después de matarla, los asesinos le abrieron el abdomen. Su prima, en tanto, también fue sometida a una golpiza antes de sufrir una luxación cervical que le provocó la muerte.

El triple femicidio se transmitió por Instagram

Según explicó Alonso en un reportaje a la señal TN, “toda la sesión de asesinato y tortura que fue transmitida en vivo por redes sociales”. Este dato, que causó conmoción, fue aportado por uno de los cuatro detenidos en la causa.

Esto le pasa al que me roba droga”, habrían sido las palabras del autor material del hecho. En ese sentido, el ministro de Seguridad de la provincia precisó que la transmisión fue realizada por Instagram a un grupo cerrado de aproximadamente unas 45 personas, todas ellas integrantes de la banda narco.

En ese sentido, Alonso comentó que es una práctica utilizada por cárteles de droga de otros países para enviar un mensaje con el fin de «disciplinar» y dar el ejemplo a quienes forman parte de la agrupación. “Si les roban droga, no pueden quedar como unos inútiles. Desatan una furia disciplinante para que a nadie se le ocurra hacer esto”.

Quiénes son los detenidos y el jefe narco buscado

Por otro lado, el ministro bonaerense informó que ya habrían logrado identificar al cabecilla de la organización: se trata de un ciudadano peruano de 23 años conocido bajo los apodos de “el pequeño J” o “Julito”, sobre quien pesa una orden de captura. Según los investigadores, habría estado minutos antes de que la Policía llegara a la Villa Zavaleta, donde quedaron demorados ocho hombres.

Durante los procedimientos, los agentes hallaron gran cantidad de raciones de comida «preparadas como viandas” y varios fajos de billetes de baja denominación sujetos con bandas elásticas. También dieron con un búnker que, según sospechan, había sido abandonado de forma apresurada. Supuestamente, «Pequeño J» está vinculado a un clan que opera en la zona del barrio de emergencia situado en Flores.

La casa donde aparecieron los cuerpos, por otro lado, sería parte de una red que distribuye droga en distintas zonas del Conurbano sur y que tiene base en territorio porteño. En los operativos que se llevaron a cabo en Florencio Varela, fueron detenidos Magalí Celeste González, de 28 años; Miguel Ángel Villanueva, de 25; Daniela Iara Ibarra, de 19; y Maximiliano Andrés Parra, de 18.

El martes por la noche comenzaron los procedimientos en los que se logró constatar la presencia de manchas hemáticas. Las actuaciones policiales en la zona comenzaron tras detectar la última conexión que localizó la antena celular de una de las chicas y, al ingresar al domicilio se encontraron a dos sospechosos limpiando distintas partes de la casa, que tenía un fuerte olor a lavandina. Más tarde, Villanueva e Ibarra fueron arrestados, señalados como los presuntos dueños de la propiedad.

FP / EM

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