La comunidad mexicana de Chicago enfrenta un momento de incertidumbre en la previa a uno de sus eventos más esperados del año. Los tradicionales desfiles por el Día de la Independencia de México en los barrios Pilsen y Little Village, programados para este sábado 6 de septiembre, se llevarán a cabo bajo estrictas medidas de seguridad, en un clima de temor ante la posibilidad de redadas migratorias del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y la eventual llegada de la Guardia Nacional a la ciudad.
Según informó el Chicago Sun Times, voluntarios se desplegarán a lo largo de la ruta del desfile equipados con radios, celulares y silbatos para alertar rápidamente sobre cualquier incidente. Rigoberto González Jr., director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Pilsen, explicó que la prioridad es garantizar la tranquilidad de los asistentes. “Queremos que la gente se sienta segura”, afirmó.
La celebración comenzará el sábado al mediodía y marcará la edición número 24 del desfile, uno de los más concurridos y pacíficos de la ciudad, según resaltó González.
A pesar de las amenazas de deportaciones masivas y de la posibilidad de que el presidente Donald Trump impulse el despliegue de tropas, los organizadores decidieron sostener la tradición. “No puedo imaginar que el desfile sea un objetivo, dado que nunca hemos tenido incidentes graves. Es probablemente uno de los eventos más pacíficos que existen”, señaló.
El gobernador de Illinois, JB Pritzker, advirtió que las redadas parecían estar planeadas para coincidir con las celebraciones mexicanas de septiembre. Por su parte, González insistió en que la comunidad no cederá: “No vamos a permitir que las amenazas nos detengan. Somos una nación de inmigrantes y esta es una celebración maravillosa de lo que somos”.
En Little Village, otro de los barrios con mayor presencia mexicana de Chicago, la preocupación también está presente, según el medio citado. Vecinos y vecinas recalcaron que los festejos forman parte de la identidad de la comunidad y no deberían ser interrumpidos por operativos migratorios.
Heidi Torres, de 27 años, criticó directamente las amenazas de Trump: “Son injustas, solo buscan sembrar miedo. Hay muchas familias que disfrutan del desfile, es un momento de paz y celebración. Somos una comunidad trabajadora y merecemos oportunidades para festejar”.
Por su parte, Margarita Salgado, de 42 años, destacó que participar en los festejos también representa un acto de resistencia frente a la presión externa: “Sí, la gente tiene miedo. Y quienes teman por su seguridad quizá decidan no ir. Pero los que podamos salir y celebrar debemos hacerlo. Necesitamos demostrar que somos una comunidad fuerte”.
La tensión se refleja en cada conversación. Algunos temen que la presencia del ICE arruine un evento histórico que, desde hace más de dos décadas, se consolidó como símbolo cultural. Otros creen que participar masivamente es la mejor manera de contrarrestar el clima de intimidación.
Los barrios Pilsen y Little Village, en Chicago, conforman la “Capital Mexicana del Medio Oeste”. Es que ambos concentran la vida cultural y comunitaria de los migrantes de ese país.
Pilsen, ubicado en el área de Lower West Side, se caracteriza por su historia ligada a la inmigración. Desde el siglo XIX, recibió a irlandeses, alemanes y europeos del este. Con la llegada masiva de mexicanos a partir de la década de 1960, el barrio adquirió una identidad propia, marcada por sus murales coloridos, carteles en español y la gastronomía que hoy atrae a visitantes de todo EE.UU.
En tanto, Little Village se ubica en el suroeste de Chicago y es conocido como “La Villita”. Allí, el famoso Arco de Bienvenida diseñado por el arquitecto mexicano Adrián Lozano se erige como símbolo de identidad. Desde mediados del siglo XX, tras el arribo de miles de mexicanos, se consolidó como el principal punto de llegada de inmigrantes de ese país en el Medio Oeste.