Guerra abierta entre el Gobierno y Aena con Ryanair. El gestor aeroportuario acusa a la compañía de «chantaje», mientras el Gobierno defiende que no se someterá a «decisiones arbitrarias de una compañía», después de que la aerolínea irlandesa haya anunciado que recortará en casi un millón de asientos su programación para el próximo invierno por la subida de tarifas de Aena.
El centro del problema son las tarifas aeroportuarias para el próximo año, que serán un 6,5% más elevadas que las actuales, hasta los 11,03 euros por pasajero, lo que representa un incremento de 68 céntimos. Ryanair considera el alza imposible mantener su operativa en los aeropuertos regionales, donde hay menos turistas y, por tanto, menos margen.
Aena defiende que las revisión de las tasas «no responde a ninguna decisión caprichosa«, sino que se rige por «la Ley 18/2014 y sus desarrollos normativos posteriores, que elaboró y aprobó el PP en el año 2014». «Al contrario de lo que sostiene Ryanair, ni el Gobierno de España ni Aena pueden modificar a su antojo las tarifas aeroportuarias que la ley define porque cometerían una ilegalidad si deformaran sin justificación unas prestaciones patrimoniales públicas cuya naturaleza es muy distinta de los precios privados ordinarios«, ha defendido el presidente de Aena, Maurici Lucena, en un comunicado sin precedentes en el que echa por tierra las acusaciones de Ryanair.
«Todo el mundo sabe que la decisión de un ciudadano de coger un avión no depende de que el billete de avión cueste 68 céntimos de euro más el año que viene. Ryanair insiste una y otra vez en lo contrario al tiempo que, sin sonrojarse, la aerolínea irlandesa sube sus billetes de avión en el último año un promedio del 21%», ha añadido.
En un comunicado de cinco hojas, Lucena reconoce la «excelencia operativa» de la aerolínea irlandesa, pero la acusa de «querer aprovecharse de su elevada cuota de mercado conseguida en España» en favor de sus intereses. «Si los aeropuertos españoles evolucionaran al son de las exigencias, el lloriqueo, los embaucamientos y la infumable estrategia de extorsión de Ryanair, a medio y largo plazo, los aeropuertos dejarían de funcionar bien (como lo hacen en la actualidad) y no serían sostenibles financieramente», asegura.
El dirigente afirma que el ‘modus operandi’ de la compañía se basa en «atemorizar a la opinión pública con la retirada de aviones» y «pedir el cambio de leyes a su favor», al mismo tiempo que tacha de «fariseísmo, mala educación y chantaje» su política de comunicación. Como ejemplo, sostiene que el volumen de tráfico aéreo programado por las aerolíneas en la “temporada de invierno 2025” (de finales de octubre de 2025 a finales de marzo de 2026) en los aeropuertos españoles constituye un nuevo récord histórico, pese a que Ryanair afirme que «España está cerrada al turismo» y añade que es decisión de la compañía participar en el mercado español: «Ninguna fuerza demoníaca sobrenatural obliga a Ryanair a ser uno de los grandes clientes de Aena y vender sus billetes de avión a más de 60 millones de personas con origen o destino españoles».
Otras alternativas
«No nos someteremos a las decisiones arbitrarias de una compañía, vamos a mantener siempre un diálogo pero desde el respeto y desde la defensa del interés general», ha afirmado Industria y Turismo, Jordi Hereu, desde Santander, donde se encuentra para participar en el Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones, que organiza Ametic.
De esta forma, el gestor aeroportuario –del que el Estado es propietario en un 51%– buscará otras aerolíneas que quieran «rellenar» el abandono de las rutas que deja libres Ryanair (600.000 plazas en aeropuertos regionales y 400.000 en las Islas Canarias). «Vamos a trabajar para diversificar los operadores que puedan rellenar el abandono de posibles conectividades», ha afirmado el ministro
Hereu ha defendido que «más de un 80% de los turistas que llegan a España, cuando el país «está a punto de llegar a entre 90 y 100 millones de turistas internacionales», lo hacen en avión, por lo que es necesario mantener la «calidad de la infraestructura aeroportuaria» y «eso significa unas tasas que sean racionales, ya que han sido congeladas durante muchos años». «Vamos a trabajar para defender el marco de nuestras tarifas y dialogar con las compañías», ha dicho el ministro.