Parecía que tenía los tres puntos en el bolsillo, que empezaba a olvidarse de la lucha por la permanencia y podía enfocarse en la disputa por ingresar al Reducido. Sin embargo, Quilmes sintió el desgaste del durísimo partido que había tenido el jueves ante Alvarado y se le escapó el triunfo de las manos. Pasó de un cómodo 2-0 a un 2-2 agónico frente a Almagro, con dos goles en apenas siete minutos.
El Cervecero fue superior en el primer tiempo, contó con el dominio de la pelota y logró abrir el marcador luego de un gran centro de Gabriel Carabajal para la aparición goleadora de Oscar Belinetz. Lejos de apichonarse, la visita fue por más en el complemento y lo encontró por un error ajeno. ¿Qué pasó? Un pelotazo largo superó a toda la defensa local y Carabajal, con toda su jerarquía y experiencia, metió un lindo gol para estirar la diferencia.
Con el correr del ST, a Quilmes le pasó factura el poco descanso que tuvo, Alfredo Grelak sacó a muchos jugadores importantes y, ahí, el Tricolor ganó en protagonismo y en intensidad. Porque tomó la lanza, empezó a merodear el área de Esteban Glellel y lo exigió en varias oportunidades.
Y en la agonía del partido, luego de que el árbitro Franklin diera 7’ de adición (pareció un poco exagerado), Almagro lastimó con la pelota parada y Axel Rodríguez y Julián Vitale metieron dos cabezazos: 2-2.
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