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Trump llamó a Orbán para preguntarle por su veto a Ucrania en la UE, una adhesión que podría garantizar la seguridad del país eslavo

Con la entrada de Ucrania en la OTAN prácticamente descartada, la adhesión del país a la Unión Europea se ha convertido en un aspecto clave para garantizar su seguridad en el escenario de un acuerdo de paz con Rusia, pero Hungría mantiene su veto, provocando que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se involucre en el proceso. 

Durante su reunión el pasado lunes con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y un nutrido grupo de líderes europeos, Trump hizo dos pausas para hacer dos llamadas. La primera fue para preguntar al presidente ruso, Vladímir Putin, si estaría dispuesto a reunirse con Zelenski. La segunda, para preguntar al primer ministro húngaro, Viktor Orbán, por qué veta la entrada de Ucrania en la UE, según informa la agencia de noticias Bloomberg. 

Orbán no ha confirmado la llamada, pero sí que su posición no ha cambiado. En una publicación en redes sociales, el primer ministro húngaro argumentó que la entrada de Ucrania en la UE «no aporta ninguna garantía de seguridad». Además, defendió que vincular seguridad y adhesión «es innecesario y peligroso». También insistió en organizar una cumbre UE-Rusia.

Hungría es el único país del bloque que ha mantenido un postura crítica tanto con el apoyo a Ucrania como con las sanciones contra Rusia desde que comenzara la guerra en febrero de 2022. Aunque hasta ahora ha cedido a la presión del resto de países, la amenaza de Budapest de frenar las medidas restrictivas contra el Kremlin pesa sobre cada nuevo paquete de sanciones. Además, desde hace meses, Orbán se descuelga de los comunicados sobre el conflicto

Opuesto a la adhesión

La postura de Hungría sobre la entrada de Ucrania en la UE no es nueva. Cuando en diciembre de 2023, el Consejo Europeo aprobó iniciar las negociaciones de adhesión con Kiev, Orbán se ausentó de la reunión. Esto permitió dar luz verde a la decisión garantizando la unanimidad necesaria, y a Orbán, salvar la cara al no haber votado formalmente a favor de la misma. 

Pero el húngaro se ausentó, consciente de que buena parte de los pasos hacia adelante en el proceso de adhesión requieren unanimidad. Lo hizo sabiendo que tendría más oportunidades de vetar los avances de Ucrania hacia la membresía de pleno derecho del bloque. Y eso es exactamente lo que está haciendo. 

Los veintiséis llevan meses tratando de abrir capítulos concretos en las negociaciones con Ucrania. Sin embargo, la oposición de Hungría lo hace imposible, retrasando de manera indefinida la entrada del país en el bloque, en un momento particularmente sensible. La presidencia danesa del Consejo, a los mandos hasta diciembre, se ha comprometido a hacer de este asunto una prioridad

El bloqueo

La UE concedió el estatus de país candidato a Ucrania, en un gesto profundamente simbólico, apenas unos meses después del inicio de la guerra: en junio de 2022. Las negociaciones se abrieron formalmente en diciembre de 2023, tras el episodio en el que Orbán abandonó la sala. 

Pero cada paso adelante en el proceso de adhesión requiere unanimidad. Hungría organizó el pasado mes de junio un referéndum sobre la entrada de Ucrania en el bloque. A pesar de la baja participación, aldededor del 25%, Orbán se escuda en el rechazo de un 93% de los votantes para mantener su veto al procedimiento.

El primer ministro húngaro alega que si Ucrania entra en el bloque con el conflicto sin cerrar, eso significa que «la Unión Europea está en guerra». La Comisión Europea responde que el proceso continúa en paralelo y «no hay razones objetivas» para frenar las negociaciones, mientras Kiev cumpla, como lo está haciendo, con las reformas pactadas. 

Garantía de seguridad

La presencia de tropas extranjeras para el mantenimiento de la paz en Ucrania, un modelo que emule el sistema de defensa colectiva de la OTAN fuera de la alianza, o reforzar las fuerzas armadas ucranianas son algunas de las opciones que los líderes manejan para garantizar la seguridad del país. Pero los europeos entienden que la pertenencia a la UE podría contribuir a la disuasión

En pleno acercamiento entre Putin y Trump, los veintiséis firmaron un comunicado de apoyo a los esfuerzos para alcanzar la paz. En esa declaración, los líderes de la UE reiteraron su defensa del «derecho inherente de Ucrania a elegir su propio destino», incluido «su camino hacia la adhesión». La pertenencia a la UE pondría fin a la tensión entre el acercamiento al Kremlin o su integración formal en la estructura comunitaria en la que Ucrania ha vivido durante décadas.

Los tratados prevén que «si un Estado miembro es víctima de una agresión armada en su territorio, los demás Estados miembros tendrán la obligación de prestarle ayuda y asistencia con todos los medios a su alcance». El texto emula en gran medida el artículo 5 de la OTAN con una salvedad importante, y es que la UE no cuenta con una estructura militar y de defensa común. 

En la práctica, el movimiento es más simbólico que efectivo en lo relativo a la seguridad, y el impacto sería mucho mayor a nivel político, y económico. Al mismo tiempo, parece impensable que, en caso de una agresión contra un país miembro, el resto de gobiernos del bloque no saliera en su defensa.

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