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Doctor Mandíbula de Diamante: «Llevo más de 13.000 masculinizaciones faciales, entre chicos de gimnasio, jueces, notarios, políticos y actores de ‘Élite’ y ‘La casa de papel'»

No soy el típico cliente que se acerca a la clínica de estética que el doctor Rafael Fernández abrió hace un año en la calle Casanova número 220, a la izquierda de l’Eixample de Barcelona. El doctor Mandíbula de Diamante, como es más conocido, llegó hace ocho años a la ciudad huyendo de la crisis de su país, Venezuela (nació en la ciudad de Calabozo, del estado de Guárico, el 24 de febrero de 1987). Estudió cirugía general y luego digestivo, pero pronto comprendió que rentaba más pasarse a la estética, especialidad a la orden del día desde hace tiempo en Latinoamérica. El cirujano plástico de Miss Venezuela, amigo suyo, le ofreció apuntarse al primer máster de medicina estética y así fue como dio sus primeros pasos en el mundillo.

«Los salarios allí no alcanzaban para nada y pensé: ‘EEUU o Europa’. La homologación de mi carrera salió primero acá, así que me vine a Barcelona», cuenta desde el despacho de su clínica, decorada con ricos mármoles blancos y negros y mobiliario en oro con jarrones de flores frescas. Huele a maderas, especias, almizcles y toques ambarinos. «El 98% de nuestros clientes son hombres y queremos que se sientan a gusto, tranquilos, sin batas rosas ni fotos de labios hinchados», observa el especialista, que creó este «remanso de paz dentro de la ciudad», sabedor que los tratamientos estéticos para hombres están en auge (según la Sociedad Española de Medicina Estética, el 31% de las personas que se sometieron a algún proceso estético en 2024 en nuestro país fueron hombres). Y, entre las diferentes técnicas sin cirugía, la masculinización mandibular se ha consolidado como uno de los más solicitados. Y aquí es donde entra en juego el doctor Fernández y su singular clínica.

Rafael Fernández, en su clínica estética de Barcelona. / ZOWY VOETEN

«Se ve un músculo más fuerte, un ángulo y un mentón más marcado, pero siempre natural, bonito»

Técnica patentada

Su innovadora técnica, que ha patentado, y con la que se puede tener una mandíbula como la de Brad Pitt, no necesita pasar por el quirófano, pues consigue el mismo efecto que el bisturí solo con inyecciones de ácido hialurónico de alta densidad. Queda un rostro de estructura fuerte, pero natural.

Se aplica estratégicamente en la mandíbula, maxilar y mentón para dar mayor proyección y simetría a la cara. «Respeta la anatomía y fisionomía de cada paciente y se hace de forma personalizada», explica. «Si el tratamiento dura una hora, 40 minutos me los paso hablando con el paciente, explicándole en qué consiste la técnica, los viales que va a necesitar, y lo que espera lograr. Los pinchazos son menos de 15 minutos«, detalla el doctor, que antes de tratar las mandíbulas de sus pacientes les dibuja un triángulo en la zona que va a esculpir. «Se ve un músculo más fuerte, un ángulo y un mentón más marcado, pero siempre natural, bonito y, por supuesto, diferente, porque el paciente no va a querer entrar y salir como entró, ¿no?», ríe.

Clientela de ‘Guiness’

«Ya son más de 13.000 las mandíbulas que he marcado, por lo que me acaban de meter en el ‘Libro Guiness de los Récords’«, avanza el médico, que además de la clínica de Barcelona, tiene consulta en Madrid, Marbella, Dubái y Ciudad de México. No solo eso, también ofrece ponencias y seminarios, y cursos para que otros doctores aprendan su técnica.

La agenda del doctor hecha humo estos días. «En verano, hay mucho turismo de estética. Aquí viene gente de todo el mundo a masculinizarse el rostro. Durante todo el año, pero ahora tengo muchos clientes cruceristas que vienen directos a la clínica en lugar de ir a visitar la Sangrada Família. El año pasado uno perdió su crucero pero le dio igual y cogió un avión para volver a subirse luego sin perder el tratamiento», explica.

«Tengo desde chicos de 24 años que van al gimnasio, con muchos músculos y tatuajes, pero que sienten que la cara se les ve pequeña, hasta hombres de 60 y 70 años que me han visto en alguna entrevista en televisión y vienen buscando mejorar su cara; hasta algún DJ de fama mundial, ‘influencers‘, jueces, notarios, políticos, como uno joven que está en el Congreso, en Madrid, y también actores, como alguno de ‘Élite‘, ‘La casa de papel, y casi todos los concursantes deLa isla de las tentaciones‘», enumera el doctor, para quien la estética empieza por uno mismo.

Con ‘total look’ negro de Prada, joyas de Hermès y un reloj con esfera de diamantes, ‘of course’, valora la importancia del ‘marketing’ y de la imagen en su sector, lo cual se aplica a raja tabla, predicando con el ejemplo, pues también se infiltra hialurónico en el mentón a discreción, luce un diseño impecable de sonrisa y manicura pluscuamperfecta.

El médico estético Rafael Fernández ha masculinizado el rostro a muchos famosos de la tele y el cine. / ZOWY VOETEN

«Ellos también han comprendido que mejorar su imagen ayuda a ganar seguridad, confianza y bienestar personal»

Más que vanidad

Para el doctor Mandíbula de Diamante, «los hombres no lo hacen solo por vanidad, para conseguir un rostro más armónico y más atractivo, sino que ahora ellos también han comprendido que mejorar su imagen ayuda a ganar seguridad, confianza y bienestar personal«.

Dependiendo del número de viales usados en el tratamiento, el precio oscila entre 3.500 y 4.000 euros [de ahí lo de «diamante», por lo caro, del nombre], que aseguran un mentón rotundo y definido [por la forma tallada de esta gema], por un tiempo que oscila entre los ocho meses y un año, ya que el ácido hialurónico -«la octava maravilla» para el doctor Mandíbula-, estimula el colágeno, regenera la piel y es reabsorbido por el cuerpo. Luego, claro, hay que ir manteniendo.

«También trato casos de gente que quedó desfigurada por algún accidente o algún labio leporino», concreta el médico. En el caso de su tratamiento de mandíbula de diamante, «es apto para todo el mundo y no tiene ninguna contraindicación, solo que tras la sesión en cabina hay que evitar el deporte de físico, de gimnasio, tres días», aconseja.

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