En un nuevo capítulo de violencia vinculada al fútbol argentino, este miércoles por la noche la Policía de Santa Fe detuvo a Adrián «El Mellizo» Galeano, uno de los líderes de la barra brava de Unión de Santa Fe, conocido por su vinculación con hechos delictivos recientes, como la amenaza de bomba que sufrió el club en marzo.
Según el reporte oficial, las autoridades fueron alertadas por la presencia de un hombre armado, integrante de «La Bomba«, en un Renault Clio en la intersección de Castañaduy y Zeballos, en jurisdicción de la Comisaría 8va. Al llegar, varios sujetos huyeron, pero Galeano y Darío Javier Maidana fueron interceptados. Uno de ellos arrojó un arma entre los pastizales, que luego fue identificada como una Bersa Thunder calibre .380, con municiones.
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Durante el procedimiento, ambos detenidos se resistieron activamente a la aprehensión, aunque ningún efectivo policial resultó herido. Además, se procedió al secuestro del automóvil en el que se movilizaban, aunque no se encontró material adicional comprometedor. Ambos permanecen detenidos a disposición de la justicia por portación ilegítima de arma de fuego y resistencia a la autoridad.
Un historial marcado por la violencia
La figura de Adrián Galeano ya estaba en el centro de la escena desde hace meses. En marzo, el club Unión fue objeto de una grave amenaza, cuando desconocidos dejaron una granada de hostigamiento y una nota intimidatoria en la puerta de la sede social. El hecho generó una investigación que condujo a la identificación de los cabecillas de «La Bomba», barra que se disputaba el liderazgo en medio de internas cada vez más violentas.
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Además, el auto de Fabián Melli Galeano, hermano de Adrián y otro de los líderes de la facción, fue baleado en la vía pública, en un hecho que también está bajo investigación judicial y se enmarca en la escalada de enfrentamientos internos por el control de la barra.
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Contexto preocupante para el fútbol santafesino
Los incidentes recientes se suman a un clima de máxima tensión que rodea al club Unión. Las amenazas, armas de guerra, balaceras y detenciones colocan al fútbol de Santa Fe en el centro de una problemática estructural, donde la barra brava se ha convertido en una organización delictiva con poder territorial y capacidad de amedrentamiento.
Las autoridades continúan trabajando para desarticular a estos grupos, mientras la dirigencia del club permanece en silencio. La escalada de violencia genera creciente preocupación entre los hinchas y la sociedad santafesina, que reclama acciones concretas para recuperar la seguridad en torno al fútbol.