Hoy la Puerta del Rincón no existe -fue derribada en 1852, pero durante siglos fue un importante lugar de acceso a la ciudad.
Como explica el profesor de Historia Jesús Padilla González, la puerta del Rincón era una de las puertas del recinto amurallado de la Axerquía de Córdoba, la que abría la ciudad hacia los caminos de la Sierra y daba comienzo a uno de los ejes viarios más importantes del casco urbano, el que corría paralelamente a la muralla de la antigua medina o villa, uniendo el norte (Campo de la Merced) con el sur de la ciudad (Puerta Piscatoria– Puerta del Sol), lo que hoy es la calle Alfaros. «Su apertura no ha sido aún claramente determinada ni por las escasas fuentes escritas árabes ni por las cristianas, que la citan por primera vez en 1281. Tampoco las exiguas excavaciones arqueológicas realizadas en el lugar y su entorno aclaran mucho su autoría, aunque los arqueólogos se inclinan por un origen bajomedieval cristiano», señala Padilla. Lo que sí se sabe es que el 22 de octubre de 1478 entraron por ella en la ciudad los reyes don Fernando y doña Isabel.
Según Ramírez de Arellano «formaba la puerta un hermoso y bien construido arco, que no lucía, tanto por su situación como por estar más de la mitad cubierto por un tabique en que había pintado las armas de Córdoba», y era llamada así porque la formaban dos líneas de murallas: La procedente de la Torre de la Malmuerta y la de la Puerta de Osario, formando ambas murallas un ángulo menor de 90º, es decir, un rincón.
«La circunstancia de hallarse establecido en ella un fielato para la recaudación del Derecho de Puertas y Arbitrios y ser el inmediato a los caminos de la Sierra, la constituye uno de los puntos más concurridos de la ciudad, tanto de forasteros que vienen á espender sus efectos, como de los vecinos que conducen los productos de sus faenas agrícolas», escribía Ramírez de Arellano.
Tras un terremoto, la puerta quedó en estado ruinoso, lo que llevó al arquitecto municipal Pedro Nolasco Meléndez a aconsejar su inmediata demolición. Los trabajos dieron comienzo el 8 de noviembre de 1852, solo tres días después de la propuesta del arquitecto. A pesar del interés inicialmente puesto en la reconstrucción de la puerta del Rincón, ésta no llegó a realizarse, lo que causó un gran descontento en la población.
Una vez demolida, de manera provisional, se levantaron un par de columnas y una cancela entre ellas, como muestra de que aquello no era un paso libre sino una puerta en construcción. Finalmente, en 1865 el Ayuntamiento decidió demoler los restos que aún quedaban de la vieja puerta y pavimentar una nueva calle, sin puerta alguna, abierta al Campo de la Merced.
Solitario torreón
De la antigua muralla, se conserva una de las torres. Se trata de un torreón de planta octogonal en dos cuerpos, adosado al lienzo de la muralla nororiental de la Villa, que resuelve el fuerte desnivel topográfico entre la Villa y la Axerquía.
Junto al torreón, en 2014 se ubicó en la fachada encalada de la casa ubicada junto al mismo la estatua bautizada como La Regadera, obra del escultor cordobés José Manuel Belmonte, que representa una mujer en bronce que con su cubo de agua cerca riega sus macetas con una caña y una lata.