Desde el fin de la «guerra de los 12 días» entre Israel e Irán, el presidente estadounidense, Donald Trump, no deja de imaginar escenarios con un nuevo panorama regional. En una entrevista con Fox News el pasado domingo, el líder republicano se atrevió a vaticinar que, como resultado de la campaña estadounidense e israelí contra el régimen de los ayatolás, más países normalizarían relaciones con Tel Aviv. «Tenemos algunos países realmente excelentes ahí ahora mismo, y creo que vamos a empezar a apoyarlos porque Irán era el principal problema», dijo, insuflado de optimismo por la posibilidad de que nuevos países se unan a los Acuerdos de Abraham firmados en 2020 con otros países árabes.
Trump no está solo en esta euforia. Este martes el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, se unió a las ilusiones de su aliado. En un vídeo, el mandatario expresó que, tras la victoria sobre Irán, Israel tiene ahora la oportunidad para «ampliar dramáticamente los acuerdos de paz». «Tenemos una oportunidad y no debemos desperdiciarla. No debemos desperdiciar ni un solo día», declaró Netanyahu. «Israel está interesado en ampliar el círculo de paz y normalización de los Acuerdos de Abraham», aseguró el ministro de Exteriores, Gideon Saar, esta semana. «Tenemos interés en sumar a países como Siria y Líbano, nuestros vecinos, al círculo de paz y normalización, salvaguardando al mismo tiempo los intereses esenciales y de seguridad de Israel», añadió.
Arabia Saudí, cada vez más lejos
Con el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 y la posterior guerra contra la Franja de Gaza, muchos creían que los sueños de normalización de Israel se habrían apagado. Aquel fatídico otoño el Gobierno de Netanyahu parecía a las puertas de firmar un acuerdo con el gigante de la región, Arabia Saudí, a cambio de algo tan impreciso como «mejorar las condiciones del pueblo palestino». Pero ahora las condiciones son otras. El príncipe heredero saudí y gobernante de facto del reino, Mohamed bin Salmán, ha elevado el tono. En noviembre, calificó las acciones israelíes en Gaza, que han matado a más de 57.000 palestinos, de «genocidio«. Cualquier normalización con los saudíes obligaría a Israel a permitir la creación de un Estado palestino.
«Una normalización barata con Arabia Saudí podría haber ocurrido el 6 de octubre [de 2023], pero no ahora, ya que el Gobierno de Bin Salmán desestima la idea de que sea el momento de normalizar las relaciones», constata Michael Wahid Hanna, director de programa de EEUU del International Crisis Group. En mayo, el 61% de la sociedad israelí apoyaba la normalización con Riad, según una encuesta de Ipanel. «Los israelíes volvieron a la idea de que son capaces de convencer a los saudíes de que, de alguna manera, podrían lograr un acuerdo barato, pero el panorama regional es muy diferente, lo que en cierto modo dificulta mucho la normalización con Arabia Saudí», explica a EL PERIÓDICO.
«El panorama quizá sea diferente y Trump quiere que esto ocurra, pero no está claro que ninguna parte de la región involucrada se tome en serio su objetivo de que esto suceda»
Michael Walid Hanna
— Director de programa de Estados Unidos del International Crisis Group
Oriente Próximo no es el mismo que el 7 de octubre de 2023. A lo largo de estos 21 meses, Israel ha luchado en varios frentes. Más allá de sus batallas en Cisjordania y Gaza, se ha enfrentado a los hutíes en Yemen, al Hizbulá del Líbano, al nuevo régimen sirio tras la caída del dictador Bashar el Asad, y a su histórico enemigo, Irán. Ha debilitado de forma notable a todos sus rivales y, con la fuerza, se ha asegurado un nuevo panorama regional. Desde esa posición inferior, nuevos nombres de países que llevan en guerra con Israel desde la creación del Estado, como Líbano y Siria, han aparecido en la carrera por normalizar sus relaciones. «El panorama quizá sea diferente y Trump quiere que esto ocurra, pero no está claro que parte de la región involucrada se tome en serio su objetivo de que esto suceda», apunta Hanna.
Por la izquierda, el ministro de Exteriores de Baréin, Abdulatif bin Rashid al Zayani; el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu; el presidente de EEUU, Donald Trump, y el canciller emiratí, Abdulá bin Zayed al Nahyan, durante la firma de los primeros Acuerdos de Abraham, el 15 de septiembre de 2020 en la Casa Blanca. / JIM LO SCALZO / EFE
Hizbulá, fuerte en el Líbano
«Los países en Oriente Próximo saben que es una prioridad para EEUU, pero es muy difícil convencer a las partes tal y como están ahora, especialmente a los israelíes, ya que no están dispuestos a hacer concesiones», como podría ser la creación de un Estado palestino a cambio de la normalización con Riad, apunta el investigador. Durante la última semana, tanto en el Líbano como en Siria, han aparecido informes sobre avances en las conversaciones. Tel Aviv, junto a Washington, hace tiempo que presiona a las autoridades libanesas para impulsar el desarme de Hizbulá. La milicia chií fue severamente diezmada durante la operación militar israelí del pasado otoño, que arrasó más de 4.000 vidas libanesas.
El nuevo Gobierno libanés, formado después de la ofensiva israelí tras años de bloqueo político, ha exigido que cualquier paso suyo para desarmar a Hizbulá se vea recompensado con un paso, o un compromiso por parte de Israel. Sus tropas aún ocupan cinco puntos estratégicos en la frontera y Beirut exige su retirada total. «Hizbulá se ha visto disminuido como fuerza regional y como posible amenaza para Israel, pero, en el plano doméstico libanés, no es algo que se pueda ignorar», subraya Hanna. «Por ello, los libaneses tendrán interés, al menos, en no distanciarse de la Administración Trump en estos temas, cosa que está muy lejos de normalizar sus relaciones con Israel», aclara, mostrándose «escéptico» ante la posibilidad.
Seguridad para Siria
Respecto a Damasco, un alto funcionario israelí dijo el lunes a The Times of Israel que los contactos entre ambos países se centran en la coordinación sobre cuestiones de seguridad. «¿Podría convertirse en algo más allá de [los acuerdos de seguridad]? Por ahora, no hay nada concreto», afirmó. Desde la caída de Asad en diciembre, las tropas israelíes cada vez avanzan más en territorio sirio, hasta el punto que fuerzas especiales han entrado en las inmediaciones de la capital siria mediante helicópteros esta misma semana. «Siria necesita dialogar con Israel por razones de seguridad, para intentar detener esta actividad israelí desenfrenada en su territorio, pero eso es muy distinto a acordar una normalización», explica Hanna.
«Hay mucho interés en mantener buenas relaciones con EEUU», que recientemente levantó las sanciones sobre el país, afirma. Para Trump, este asunto va más allá de apoyar a su histórico aliado. «Él cree que es un gran negociador y quiere consolidar su legado como tal», explica Hanna. En 2020, el presidente sorprendió al mundo con los Acuerdos de Abraham que permitieron la normalización de relaciones de Israel con Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Marruecos. Sudán también se unió al pacto, pero aún no se ha materializado. «Cuando ocurrieron por primera vez, la gente los desestimó; ahora, cinco años después, podemos constatar que cambiaron la región y fueron un gran acontecimiento», concluye Hanna.
Suscríbete para seguir leyendo