Ron DeSantis advirtió este lunes que recortará 500 millones de dólares del presupuesto de Florida de US$115 mil millones. De esta manera, el gobernador marcó un nuevo capítulo en su disputa con el presidente de la Cámara de Representantes, Daniel Pérez, a quien criticó por haber extendido “sin motivos” el cierre de la sesión legislativa durante 45 días más de lo previsto.
El presupuesto estatal de Florida fue aprobado el 16 de junio tras una sesión que duró 105 días, un mes y medio más de lo previsto inicialmente. En este contexto, DeSantis calificó esa demora como innecesaria. “Se podría haber cerrado hace 45 días”, enfatizó el republicano, de acuerdo a Tallahassee Democrat.
En esa misma línea, insistió: “La realidad es que los líderes de la Cámara extendió esto durante 45 días sin ningún motivo real. El presupuesto aprobado no supone ningún cambio radical. No se lograron grandes victorias políticas”. Se trató de un mensaje directo a Daniel Pérez, líder de la Cámara baja estatal y principal contrapeso del gobernador.
Aunque DeSantis aún no recibió formalmente la Senate Bill 2500 (SB 2500), se espera que firme el presupuesto con sus vetos antes del 1° de julio.
El gobernador de Florida defendió el presupuesto impulsado por su administración al calificarlo como “más austero que el de otros estados”. Además, destacó que cuenta con la menor cantidad de empleados públicos por habitante de Estados Unidos.
Por su parte, Pérez señaló que el presupuesto aprobado es alrededor de US$500 millones inferior al que DeSantis había propuesto originalmente. Entonces, el mandatario estatal sostuvo que, para mantener la disciplina fiscal, usará con firmeza su poder de veto.
“Si parte del liderazgo de la Cámara dice que estamos con demasiado gasto, ¿entonces no me corresponde a mí recortar al menos US$500 millones para quedar por debajo de lo que recomendé?”, ironizó.
Tras seis semanas extras de deliberación, la legislatura aprobó un presupuesto de US$115 mil millones, un número de US$3000 millones menos que el del año anterior, producto de un acuerdo entre la Cámara baja y el Senado sobre los recortes fiscales.
Sin embargo, el conflicto central entre DeSantis y Pérez se focalizó en cómo aplicar recortes fiscales. Por su parte, el presidente del recinto propuso reducir el impuesto a las ventas del 6% al 5,25%. Sin embargo, Ben Albritton, líder del Senado, advirtió que esa medida podría comprometer recursos estatales.
Finalmente, ambas partes aprobaron un recorte de US$1300 millones que elimina el impuesto a los alquileres comerciales y productos para huracanes. Este incluye baterías, lonas y otros artículos de preparación ante esos fenómenos climáticos.
Uno de los principales objetivos de Pérez con la propuesta de recorte del impuesto a las ventas era evitar un aumento del gasto en los próximos años. Cuando el proyecto fue aprobado, el presidente de la Cámara de Representantes sostuvo que esa meta se había logrado, pero DeSantis consideró que ese argumento no tiene mucho peso.
El primer roce entre ambos republicanos fue en enero pasado, cuando Pérez rechazó una propuesta de DeSantis sobre inmigración. Aunque luego llegaron a un acuerdo, el gobernador expresó su molestia.
“Con una mayoría casi 3 a 1, tengo que luchar con uñas y dientes para aprobar una ley de deportación. Deberían haber cruzado brasas descalzos para ir a Tallahassee a una sesión especial”, se quejó el gobernador, ante la ausencia de los legisladores para tratar su proyecto de ley.