El horror quedó escenificado dentro de una casa de San Miguel de Tucumán. Rosa Andrada tenía 104 años, necesitaba asistencia por la edad, pero en general aún podía valerse por sí misma. Fue testigo de la violencia que sufría su hija. Y cómo pudo se enfrentó con su yerno para detener la agresión. Fue asesinada.
El hombre de 62 años no se apiadó por la edad de su suegra. Para los investigadores policiales, Hugo Zelaya no dudó en tomar el bastón de la anciana para matarla a golpes.
El hecho se registró aproximadamente a la 1 en la residencia que Zelaya y su pareja, Estela Medina, compartían en el pasaje Agustín Maza al 500, en la zona oeste de San Miguel de Tucumán.
Según fuentes policiales, Zelaya y su esposa iniciaron una disputa que rápidamente se tornó agresiva, con Zelaya propinando golpes a Medina. La mujer logró escapar momentáneamente de la agresión, momento en el cual su madre, Rosa Andrada, quien también residía en la vivienda, intentó defender a su hija.
La intervención de la mujer de 104 años no detuvo la violencia, ya que Zelaya continuó agrediendo a su suegra. Además de los golpes de puño, el agresor habría utilizado un bastón para atacar a la anciana.
Como consecuencia de los golpes, Rosa Andrada cayó al suelo y falleció a los pocos minutos. Su hija, Estela Medina, logró huir del domicilio mientras un vecino, alertado por los gritos, dio aviso a la policía, según consignó Noticias Argentinas.
El hombre fue detenido en el lugar del crimen.
El fiscal Carlos Sale, a cargo de la Unidad Fiscal de Homicidios II, tomó intervención en el caso y dispuso que el Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) llevara a cabo las pericias correspondientes en el lugar del crimen. Asimismo, el fiscal aguarda los resultados de la autopsia practicada al cuerpo de Rosa Andrada para proceder con la indagatoria a Zelaya, quien deberá responder tanto por el cargo de homicidio agravado de su suegra como por el intento de homicidio de su esposa.