Mientras Rosario vibra con la vuelta de Ángel Di María al club que lo vio nacer, fue su esposa, Jorgelina Cardoso, quien acaparó la atención mediática al sincerarse públicamente sobre una de las decisiones más importantes en la carrera del jugador: su despedida de la Selección Argentina. La revelación se dio en una entrevista para DDM, donde la rosarina se mostró frontal y sin rodeos.
Si bien el regreso al Gigante de Arroyito era un sueño largamente postergado, Cardoso dejó en claro que no fue algo repentino. “Desde 2021 que queríamos volver. Primero fue la pandemia, después no se dieron las condiciones… ahora se alinearon los planetas”, explicó, dejando ver que la decisión fue madurada durante años.
Pero lo que realmente sorprendió fue su testimonio sobre la salida del “Fideo” del combinado nacional. Con honestidad, compartió: “Esta última vez él estaba muy seguro de que quería dejar la Selección porque sabía que venían chicos atrás que lo iban a hacer excelente, que su hora ya se había terminado… Yo le dije, ‘si vos estás seguro, dale para adelante’. A mí me dolió más como argentina que como su pareja”, dijo sin vueltas.
El regreso al país, sin embargo, no fue en un clima totalmente festivo para ella. Jorgelina contó que debió soportar duras críticas y una avalancha de comentarios negativos en redes. “Hubo mucha violencia, exagerada y contra mí. Se instaló la idea de que yo le meto cosas en la cabeza a Ángel, pero yo solamente estoy a su lado”, sostuvo con firmeza.
Molesta con los prejuicios que aún persisten, apuntó: “Me da mucha bronca porque se lleva el papel de ‘pollera’. Si fuese al revés dirían ‘¡qué genio Ángel!’… Eso tiene que cambiar”. Sus palabras evidencian la carga extra que, como mujer de un futbolista famoso, muchas veces le toca llevar.
Lejos de dejarse vencer por las críticas, Cardoso expresó su amor incondicional por su ciudad natal: “Rosario es una ciudad maravillosa, lo malo siempre hace ruido, pero la gente siempre quiere volver. Nosotros tenemos la suerte de poder hacerlo y nos vamos a agarrar a nuestra tierra como sea”.
Y como no podía faltar una cuota de ironía con picante, recordó aquel la “libretita” donde anotaba a quienes hablaban mal de su marido. “Ya no hay libretita, la historia del Mundial se acabó… pero ahora tengo una lista de periodistas rosarinos”, disparó entre carcajadas, pero con un dejo de realidad.
Embed
Lo que se lee ahora