Se cumple una década de esa masiva movilización en todo el país que pedía justicia por Chiara Páez, una joven adolescente de tan solo 14 años brutalmente asesinada por su pareja. Ese hito para nuestro movimiento feminista, que dio un salto cualitativo y desemboca la cuarta ola, significó no solo la denuncia ante los femicidios como última y máxima expresión de violencia de genero, sino que cuestionó a la justicia, la policía, los medios de comunicación, los gobiernos de turno y a todas las instituciones. Y fundamentalmente avanzó y cuestionó los roles de conquista y formatos no consentidos de la intimidad. “Mi cuerpo, mi decisión”, una expresión concreta de ese sentir. Después de una década aún es necesario gritar ni una menos, más en este contexto que gobierna la ultraderecha, atacando todos nuestros derechos en general y en particular los de género, sosteniendo que bajo la tasa de femicidios. Incluso buscan eliminar esa figura, que también fue parte de nuestras conquistas, porque son negacionistas, entre tantas cosas, de la violencia de género. Aquí algunas ideas sobre porque a 10 años y casi 3000 femicidios en ese tiempo, “ni una menos, vivas nos queremos”, cobra un sentido estratégico.
Algunos datos
Las cifras varían apenas un poco entre distintas entidades. Por ejemplo, según el Observatorio Ahora que si nos ven, que no sólo recoge los casos judicializados, sino que principalmente toma como referencia notas periodísticas, afirma que en 2023 hubo 308 femicidios y 267 en 2024. Y hasta el 29 de abril se cuentan 94 femicidios en 2025. En promedio 1 cada 30 horas.
Si bien de 2024 a 2023 parece haber una disminución de casos oficiales, en primer lugar la comparación de casos del 2025 representa un aumento significativo en relación a los casos relevados para el mismo período del 2024 (78). Y, por otro lado, muchos casos fueron desestimados como femicidios o no se incluyeron los transfemicidios y además no tomaron notoriedad. Por lo que ningún medio hizo referencia. La violencia lejos de bajar, se ha agudizado.
Además, según la Defensoría del Pueblo de la Nación, El 66% de las víctimas fueron asesinadas en su domicilio, en su trabajo o en la vivienda que compartían con el femicida y en un 84% se comprobó la existencia de una relación preexistente entre la víctima y el victimario. Es decir, en la mayoría de los casos las víctimas tienen vínculos cercanos con el agresor, ya sea su pareja, ex pareja o familiar conocido.
Entonces ¿bajaron los femicidios?
Aunque el gobierno toma algunos datos parciales para justificar su política reaccionaria, lo cierto es que desde que asumieron llevaron a 0 los presupuestos destinados a prevenir, combatir y erradicar la violencia de género. Tanto a través del cierre del Ministerio de Géneros y Diversidades, como de todos los programas relacionados, incluyendo el vaciamiento de la línea 144. Se redujo a la mitad la atención a las víctimas por parte de entidades estatales. El limitado Programa Acompañar pasó de ser de 6 a 3 meses y con requisito de denuncia judicial. Echaron al 85% de las trabajadoras de la línea 144 quedando en atención telefónica solo 2 trabajadoras que reciben las denuncias de todo el país. Claramente la capacidad operativa de atención y seguimiento está disminuida. Con un discurso que argumenta y festeja esa decisión: “Prohibir la perspectiva de género en toda la administración pública nacional”, celebraba el vocero presidencial Manuel Adorni.
Es decir, son como el perro que se muerde la cola. Si disminuyen drásticamente los ya previamente insuficientes mecanismos y herramientas que el Estado tenía para promover políticas públicas, es lógico que se tenga menor acceso a la información. Y por ende también exista un registro menor. Además de un abandono absoluto a las víctimas de violencia.
Sabemos que el patriarcado es un sistema opresor estructural al capitalismo y por ende la detección de la violencia no es un problema individual, sino social y político. El trabajo doméstico no remunerado sigue siendo el gran beneficio económico de la clase social dominante que este gobierno defiende a capa y espada.
Nos declaran la guerra
Si bien como dijimos las políticas de género que existían eran insuficientes, ahora no hay ninguna. Pero además hay un discurso de odio habilitador de las violencias más brutales y crímenes de odio, como el triple lesbicidio de Barracas.
Y por otro lado, intencionalmente han buscado eliminar de la agenda pública la problemática de la violencia de género. Desde la persecución a periodistas, la eliminación de la figura de editoras de género, la reducción de la pauta publicitaria y hasta el cierre de institutos como Télam.
En las últimas semanas, se sumó la noticia del cierre de 13 programas que buscaban reducir las situaciones de violencia hacia las mujeres y diversidades. “El cierre de estos programas ideológicos se encuadra en el compromiso que asumimos junto al Presidente Javier Milei de achicar el Estado, reducir el gasto público, y dar más libertad a los argentinos”, celebró Cúneo Libarona, el ministro de Justicia. El ajuste pone en riesgo nuestras vidas. Nos odian, niegan la violencia machista, pero además profundizan los estándares más patriarcales desde el gobierno. Nuestro grito debe ser agudo y fuerte ¡Ni una menos!
Batalla ideológica contra el feminismo
En el discurso del Foro de Davos, Milei cometió un sincericidio. Recordemos que aseguró que en “sus versiones más extremas” la “ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil”. También se refirió a la “ideología woke” como un “cáncer que hay que extirpar”. A la par de acusar a los homosexuales de “pedófilos”. No son exageraciones, sino muestras explícitas y burdas de sus verdaderas intenciones. Atacar nuestros derechos económicos, políticos y democráticos, a la par de dar una pelea ideológica contra todo aquel sector que lo enfrente y cuestione de fondo a este sistema capitalista que él tanto defiende.
Por eso, además, fomenta los discursos de odio, que avalan, legitiman la violencia y envalentonan a los fachos. Celebra cada avance sobre nuestros derechos. No es sólo un ajuste, es una batalla ideológica contra nosotras y nosotres. Busca volver a someternos en extremo y que perdamos nuestras conquistas ¡No pasarán! En la calle conquistamos cada uno de nuestros derechos, allí los defendemos.
Hoy más que nunca, en este 3J, retomar y fortalecer las banderas del Ni Una Menos
Tenemos una nueva oportunidad de volver a instalar nuestra agenda de lucha. No solo contra la agenda de ajuste, saqueo y represión de Milei al servicio del FMI y las corporaciones, sino también para defender lo conquistado en la lucha y poner en el centro nuestras demandas como movimiento.
Parecía que con los resultados electorales, Milei y sus secuaces tenían todo por ganar y envalentonados limitan el derecho a huelga, pero estas semanas las luchas de Tierra del Fuego, las docentes en Catamarca, el Garrahan, residentes, ciencia y jubilades canalizan la bronca popular y demuestran que sobra fuerza para derrotar el plan del gobierno. La clave es unir todas estas luchas. En CABA, junto a los y las jubilades y en todo el país, que le de contenido bajo un pliego de demandas y exigencias específicas de nuestro movimiento, pero también uniendo todas las luchas, exigiendo un paro general, construyendo las condiciones de plan de lucha y huelga general, como ha sido parte de nuestra histórica tradición de lucha, que no empezó hace 10 años y que no va a frenar Milei.
https://www.csjn.gov.ar/omrecopilacion/omfemicidio/homefemicidio.html
https://ahoraquesinosven.com.ar/reports?category=registro-femicidios
https://ela.org.ar/wp-content/uploads/2024/11/Libradas-a-su-suerte.-Nueva-actualizacion-segundo-trimestre-2024.docx.pdf
Maris Lombardi