Si la primera impresión es la que cuenta, la primera jornada de la nueva Cata del Vino de Córdoba parece augurar un fin de semana de lo más halagüeño. El día de apertura pasará a la historia como el más bullicioso y el de mejores ventas de los últimos años, en parte, debido a la presencia masiva de turistas en el entorno del Alcázar de los Reyes cristianos entre las 12.00 y las 14.00 horas, una franja en la que es difícil que los locales acudan un jueves cualquiera a un evento de estas características. El buen tiempo y la buena temperatura lograda gracias a las aberturas de la carpa permitieron a locales y visitantes disfrutar de un día de degustación que elevó las ventas de los vinos de Montilla Moriles respecto a otros años tanto en las bodegas como en los restaurantes, según la organización y según los afectados. Hay que tener en cuenta que este año hay solo 15 bodegas y cinco restaurantes frente a las 25 y seis del año 2023, lo que jugará a favor de las presentes.
La buena racha parecía tener continuidad en las primeras horas de este viernes, que ha empezado con mucha alegría en los estands y entre el público, en el que se mezclaron turistas extranjeros, nacionales y cordobeses recién salidos del trabajo o procedentes de la provincia. «Ayer fue un día sorprendente, estupendo, que superó nuestras expectativas por la cantidad de gente que vino y también por la inquietud de los jóvenes por probar vinos», ha asegurado Paco Vílchez, de Bodegas Alvear. A diferencia de otras ediciones, en las que los jóvenes acuden a la cata como punto de encuentro con otros jóvenes, el cambio de ubicación y el horario más recortado por la noche (abre solo hasta las 20.00 horas) parece haber seleccionado solo a los realmente interesados en el vino, que se vendió en grandes cantidades. «Hemos hecho minicatas para los que vienen de fuera y no conocen el vino y también hemos introducido nuevos sabores a los habituales para que prueben cosas distintas», añadió Vílchez, convencido de que el botellón nocturno no tiene cabida en este formato.
De la misma opinión es Antonio Portero de la bodega de Montilla Navisa Cobos, que ha tenido que contratar una azafata con idiomas para garantizar que los turistas sepan lo que beben y entiendan qué es esto de la Cata del Vino. Por su estand pasó este viernes una influencer de Perú interesada en probar el Vega María, un vino joven que está causando furor. «La jornada de ayer fue impresionante, vino muchísima gente y esperamos que vengan muchos más el fin de semana«, comentó, «la Cata de Vino no es un sitio al que vengamos los bodegueros por el negocio, porque también hay muchos gastos, estamos porque queremos promocionar nuestros vinos y darlos a conocer al mundo entero».
En Lagar Blanco y en Bodegas del Pino, los comentarios iban en el mismo sentido. «Más gente de la que esperábamos, de todas partes y de todas las edades«, aseguró Ana Gómez, mientras que Alba explicó que no tuvo tiempo de salir del estand ni comer por la cantidad de público que recibieron de forma continuada.
Daniel Gil está al frente de la empresa Woutick que gestiona las ventas y la sostenibilidd de internet y aunque las cifras aún no son oficiales, apunta que el primer día pasaron por las taquillas de la cata unas 6.000 personas. «Aunque las puertas están abiertas, la gran mayoría de la gente que viene consume», ha asegurado, destacando la curiosidad que despierta el evento entre los turistas, que no dejan de interesarse por lo que ocurre en la carpa y, una vez dentro, por los vinos que pueden degustar.
Prohibido beber vinos generosos y no comer
Beber vinos generosos y no comer es un error que puede salir muy caro. Eso es algo que muchos turistas no saben. Algunos incautos, entusiasmados por el sabor delicado de los vinos, se olvidaron ayer del impacto que producen los grados de alcohol y, según fuentes bien informadas, hubo que trasladar en camilla a más de uno. Para evitar estos desmanes, no queda otra que comer. Y de momento, los restaurantes presentes en la Cata de Vino no tienen queja. Según el propietario de Misa de 12, «el primer día fue bastante bueno y esperamos que siga así el resto del fin de semana».
En la Taberna del Río, muy buenas sensaciones también. «El jueves estuvo sorprendentemente bien para ser un jueves, con la Cata llena y gente muy concienciada que venía a tapear a la vez que bebía su vino». Según el cocinero, el plato estrella de la casa en este evento es la mazamorra de pistacho y el más pedido el flamenquín, aunque en cuestión de maridaje, «yo sugiero unas albóndigas de ternera con salsa de boletus». Habrá que probar.
Catas dirigidas para profesionales
El nuevo horario, de 12 a 20 horas sin interrupciones, y la ubicación están atrayendo a un perfil diferente de usuarios, entre los que hay turistas y también un número importante de profesionales, que están compaginando la visita a la avenida del Alcázar con las catas dirigidas que se están llevando a cabo en el Centro de Recepción de Visitantes para promocionar la venta de los vinos de alta gama que conforman la paleta de la DO Montilla-Moriles. Conocida ya la calidad de los finos, jóvenes y vinos de tinaja, las bodegas han apostado en esta ocasión por promocionar los productos más delicatessen como son los olorosos, amontillados o palo cortado, mucho más exquisitos y de precio más elevado.
Precisamente en el Centro de Recepción de Visitantes, ha tenido lugar este viernes la presentación del nuevo patrocinador de la Cata de Vino, la Fundación Caja Rural del Sur, cuyo vicepresidente, Ricardo López-Crespo, se mostró «encantado» del acuerdo. «La cata me retrotrae a mi juventud, cuando firmamos el convenio pensé que esto era un cañonazo», ha manifestado convencido. A falta de inauguración oficial, por la coincidencia de los días de luto decretados por la muerte del Papa, la presentación ha sido punto de encuentro de autoridades, que han alabado el buen hacer de la denominación de origen y celebrado tanto el retorno de la cata como la ubicación elegida. Por cierto que el sitio no ha sido elegido por el consejo regulador, ha aclarado su presidente, Javier Martín. «Han sido los técnicos del Ayuntamiento de Córdoba los que después de estudiar distintas ubicaciones han señalado esta y creemos que es todo un acierto». Los turistas, presentes en masa en Córdoba estos días, también lo andan celebrando.
A las 20 horas, volverá a sonar el pitido que anuncia el fin de la fiesta. El primer día, los jóvenes, que acudieron a última hora de la tarde, lamentaron lo rápido que se les pasó el tiempo. Seguro que vuelven en los próximos días. Afortunadamente, ni la Policía Local ni la organización registró incidencias o presencia de botellones en el entorno. Este fin de semana, más.