Los almendros ya están en flor en la provincia en sus variedades más tempranas. Es un fenómeno que cada año se adelanta más, aunque en esta temporada la apertura de las flores ha sucedido más o menos en sus fechas habituales. Hay que darse prisa para disfrutar de una estampa que blanquea los campos y que anuncia la pronta llegada de la primavera: el ropaje níveo de los árboles solo dura entre una y dos semanas.
Este periodo de finales de febrero, cuando se abren las flores, es el más delicado del almendro a lo largo de todo el año. En poco tiempo aparecerán las yemas que más tarde serán almendras, y es entonces cuando el árbol es muy sensible a los efectos externos. Una helada a destiempo puede acabar con gran parte de la cosecha abortando los frutos; si falta agua, puede ocurrir lo mismo; y hay que contar también con los efectos de las plagas. Por el momento, todo va bien y la floración está siendo espectacular, pero aún es pronto para saber cómo se desarrollará la campaña de recolección a finales del verano.
Un detalle de las flores del almendro. / A. J. González
Con mucho recorrido
Rafael de la Bastida es una agricultor con almendros en la provincia y destaca que «aún queda mucho recorrido en la campaña. El fruto tiene que cuajar y hay que esperar que no caiga una helada hasta que la almendra tenga un buen tamaño. Nos quedan muchos días de estar pendientes». Las lluvias de este fin de semana perjudicarán «un poco» la polinización, pero «mirando los árboles y el suelo, tenemos que estar contentos».
Carlos Molina, técnico de Asaja Córdoba, incide en que durante varias semanas el fruto del almendro será muy pequeño, «como un guisante», como para poder defenderse de cualquier circunstancia exterior. «Es un periodo muy sensible por el que vamos a atravesar ahora», declara
Los almendros lucen ramilletes de flores que recuerdan a la nieve. / A. J. González
Al margen de las condiciones climáticas, los agricultores deben estar pendientes de las plagas, asegura Molina, especialmente algunos hongos que hay que tratar ahora, durante el periodo de floración. En cualquier caso, señala que esta etapa «está siendo buena».
El año pasado los agricultores ya advirtieron la presencia en la provincia de una plaga que podría acabar -y de hecho lo hizo- con algunas plantaciones. Se trata del gusano cabezudo, una especie de escarabajo que se come el árbol desde dentro. Su presencia es más abundante cuando hay sequía, ya que las larvas no pueden moverse en entornos húmedos. Aunque el año pasado llovió con frecuencia, la situación sigue siendo grave y ya se ha detectado su presencia en las plantaciones cordobesas, aseguran desde Asaja. «Es una realidad», concluye Molina.
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